Capítulo 16

32 3 1
                                    


Kaia:


―En 15 minutos nos marchamos.―Soltó el bastante serio, como de costumbre.

―No creí que vendrías a buscarme...  y menos de esa manera.―acoté―Muy bien, vámonos...

Al terminar de decir eso mi cuerpo cayó. No recuerdo mas nada, excepto que estábamos los 4 juntos en la sala.

Al despertar, había llegado hasta mi habitación y hasta tenía puesta una pijama que no usaba hacía varios años. De repente escuché un ruido sordo proveniente de la habitación de huéspedes que esta pegada a la mía. Me levanté bruscamente para dirigirme lo más rápido que pude hasta la pared de al lado y, mientras lo hacía, esos segundos me sirvieron para poco a poco recordar la noche anterior.  Cuando mi mano estuvo a centímetros de la perilla la detuve y en mi mente sólo resonaba una palabra: «Marco».

No parecía haber ningún tipo de respuesta a mi llamado así que me quedé unos pocos segundos parada delante de la puerta con miedo de lo que podía llegar a encontrar detrás. Tras pensarlo unos instantes me decidí a entrar y acabar con todas mis dudas de una sola vez pero unos pasos secos detuvieron mi actuar. Mamá se aproximaba con la bandeja del desayuno preparado y bien decorado. Preferí entrar rápidamente a mi habitación  y recostarme para fingir que estaba durmiendo. 

Ella entró y, al notar que yo aún no había despertado, dejó la bandeja sobre el escritorio y cerró la puerta tras de sí. Oí claramente como abría la puerta vecina y a los pocos minutos cerrarla.  Sus pasos se alejaron pero aún hacían eco por el pasillo pudiendo orientarme en su ubicación.

Cuando dejé de oír sonido alguno en el corredor, retumbó sobre mi habitación el sonido que había llamado mi atención. Me dirijo nuevamente al destino, antes interrumpido, y muy lentamente abrí la puerta, todo estaba oscuro y pude ver un bulto moverse sobre la cama.  Entré muy suavemente temerosa de lo que podía llegar a encontrar pero mi cuerpo comenzó a reaccionar de manera muy extraña con cada paso que daba. 

Me sentía muy bien;  fuerte y con energía.  La frazada estaba toda revuelta y lo que estaba debajo parecía querer salir de ese lío.  Cuando la levanté un poco vi el rostro de Marco  boca abajo amordazado y todo sudado. Sus ojos eran tristes y débiles, no hacía falta preguntar para saber lo que estaba sintiendo en ese momento: impotencia y debilidad.
Me incliné hacia su oído y susurre lo más bajo que pude para que mis padres no pudieran oír voz alguna.

―Suplica por mi ayuda.―cité sus exactas palabras. sinceramente lo disfruté.

De él sólo salían sonidos desesperados por liberarse de, lo que pude corroborar al levantar más la frazada, eran nudos con una cuerda de un tamaño medio.

―Claro, papá. 

Decidí intentar deshacer los nudos con los dedos pero estaban bastante apretados y pude notarlo al ver lo morado de sus muñecas que estaban detrás de su espalda. El no paraba de moverse lo que complicó mi plan de rescate así que, al no encontrar utensilio a la mano para cortar la cuerda, decidí usar mis dientes para intentar aflojarlas un poco. Noté lo orgulloso que es este tipo al rechazar todo intento que hacía para ayudarle.

―Si no te quedas quieto no podré desatarte.―susurre.

―mmnmnmnmmnnnm..

―Qué?  Perdón pero no habló idioma prisionero.

 «ALEJATE, YO PUEDO SOLO»

Me incline más hacia él para intentar una segunda vez aflojar la cuerda pero el muy bruto giró sobre sí quedando boca arriba y provocó que yo perdiera el equilibrio del cuerpo cayéndole encima quedando nuestros cuerpos pegados y nuestros rostros a poco más de unos centímetros.

¿Cómo fue que llegamos a esto tan sólo por intentar desatar nudos?.

Creo que el calor que emanaba su cuerpo no me desagrada para nada, al contrario creo que muy dentro de mi inconsciente desee que ese calor no se acabara. Nuestros ojos se encontraron para provocar un gran rubor que se extendió hasta las orejas.  Lentamente sin quitar mis ojos de los suyos coloque mi mano derecha sobre su cara para quitarle el pañuelo que aprisionaba un bollo de calcetín dentro de su boca. Lo escupió pero no emitió sonido o palabra alguna en contra mío o de la comprometedora situación; sólo se quedó ahí,  inmutó esperando. No pude evitar ver su boca tan llamativa, no había notado lo tentadores que eran sus labios. Parecían golosinas color Rosa pálido, brillantes y de un tamaño no tan grandes.

Impulsivamente mi cuerpo reaccionó de manera que casi toco sus labios con los míos....

~~~~~~~~~~~~~~~~~

Haaaay por Dioooooos.

Na na na na na me voy, chau.  》_《

July♡

.

El Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora