Capítulo 12

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Kaia

Papá abrió la puerta y, para nuestra sorpresa, Marco estaba parado casi adentro de la casa.

―Si, Puedo ayudarte?

―Papá, yo lo recibo. El es... Marco.

―Marco Samaritano―extendio su mano―Mucho gusto.

―Y qué edad tienes..?

―Papá no seas grosero e invitarlo pasar, no puedes tener a los invitados en la entrada hasta que averigües sus vidas.

Comenzaba a perder poco a poco la calma conforme papá endurecía la expresión.

―.... Marco quieres algo de beber?

―No, gracias.

―Yo tampoco, ven vamos a mi habitación.

Lo tomé del brazo y lo jale hasta las escaleras pero papá lo sostuvo de su chaqueta.

―A dónde crees que vas muchacho.

Marco lo miró con desprecio y se quitó la mano de papá de encima. Acto seguido papá, a punto de explotar en furia, lo tomó de la remera en la parte del pecho y preguntó.

―Quién te crees ?

―Ya veo de donde sacaste tu salvajismo niña.

―Papá detente, ya!!

Papá lo soltó casi empujándolo contra la pared.

―No puedes tratar así a mi invitado, Por favor te pido un poco de respeto.

―Respeto? Es él quien debería respetar mi casa y no ir a la habitación de una jovencita para estar a solas.

―A caso.. desconfias de mi―solte un poco herida.

―No, pero de él..

―Ya es suficiente! No es momento de hablar de este tema ahora. Si te molesta que él esté aquí entonces nos iremos...

―No dije que los estaba echando, simplemente...

―Iremos a otro lado..

―Qué problemas hay con estar aquí en la sala...?!

―...Para que continues con el interrogatorio? No, gracias.

―Hija, no lo conozco y aún así quieres que lo deje entrar a tu habitación?

―Papá me estas avergonzando―susurre―Sé cuidarme sola. Cálmate, todo estará bien, sólo vamos a... ver alguna pelicula o charlar.

Papá puso una expresión muy triste en su rostro lo que hizo que mi corazón se partiera en dos.

―Te quiero pero debes dejar de tratarme como niña y confiar más en mi...

―Lo sé.

Le di un fuerte abrazo y subí con Marco a mi cuarto.

―Si que es complicado el hombre.

―No te atrevas a decir nada sobre mi padre...―le acerque el índice a la cara.

―Tranquila, sólo digo que se nota que te quiere mucho. Entiendo Por qué no quisiste desaparecer de tu hogar cuando te lo propuse.

―Ahora estas conmovido?―dije picara.

―¿Acaso crees que su insignificante existencia me importa?

―.... ¿Porqué tu puedes ser un bastardo conmigo pero yo no puedo decirte nada?

―Por supuesto que puedes! Sólo que te matare si lo haces...

―Vez? Eres un imbécil.

―Bien, comenzamos?―se acercaba lentamente.

―De acuerdo pero dame unos minutos para mentalizar...

―Ponte cómoda primero.

―La cama es... No, mejor la silla del escritorio.

No puedo recostarme en la cama con un desconocido tocando mi vientre, si papá entra justo en ese momento sería el fin.

―En la cama vas a estar más cómoda!

―... Aquí estoy bien.

―Como quieras; relájate y mantente en silencio.

―Por favor avisame cuando....

No tuve tiempo de prepararme que todo mi cuerpo experimentó un agónico y doloroso sufrimiento.

«Por cuánto tiempo tendré que soportar esto?... ya no creo poder hacerlo... »


―Si decidieras venir conmigo, esto no sería necesario.

―Otra vez con eso?

―Mi cuerpo y mi vida necesitan estar juntos o si no se debilitan y requieren de este tipo de procedimientos dolorosos.

―... O sea que debemos estar juntos todo el tiempo?

―Si prefieres puedo hacerte esto todos los días hasta tu muerte, incluso puedo prometerte que será peor con el paso del tiempo.

―¿Todo ésto te parece divertido?

―Me divierte, si!

―No puedo desaparecer así como si nada de la vida de mis padres; tu no lo entiendes porque estás sólo...―me levante rumbo al baño para mojarme un poco la cara.

Marco Cambió su expresión soberbia por una melancólica; una que, por primera vez desde que lo conozco, me hizo arrepentirme de lo que dije.

―Lo siento, no quise...

―No me heriste ni nada por el estilo―se levanto y se marchó―Hasta mañana en mi casa!

Salió de mi habitación muy correctamente y sin detenerse. Me siento muy mal por lo que dije, acaso hay algo que no se pueda saber respecto al tema?. 

Me pase el resto del día muy distraída; tiene una actitud muy ruda y la mayor parte del tiempo se burla de mí mediante el sarcasmo pero creo que tras esa gruesa capa dura debe haberla pasado mal estos años sólo.
Son las 10 de la noche y Marco aún no interrumpió mis pensamientos con sus comentarios soberbios.

«Marco... estás ahí?»

«Por favor contéstame...»

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«De verdad lo siento»

«... al menos dime que me odias!»

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«Desearía estar contigo ahora... »

Tras pensar en esas palabras mi cuerpo perdió el control y cayó al suelo dando un gran estruendo. No podía moverme o gritar si quiera, sentía que algo me estaba arrastrando con fuerza pero no era algo físico, más bien era una gran presión sobre el cuerpo.

«¿Qué me está pasando ahora?; Marco... ayu... »

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...

July♡


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