| Anna |
La sala de abordaje está empezando a abarrotarse de gente. Los distintos pasajeros suben a sus aviones, algunos con sonrisas de esperanza y otros con caretas amargadas y secas.
Y cuanto a este experimento social, es una página más en el libro de la vida. Y si, fue todo un éxito. Pero este vacío irreprimible en mi pecho no se quita, y duele.
¿Yo? Yo estoy viendo como Méria está siendo acompañada por su novio y se despide cariñosamente de Rapunzel, quien ha tenido la suerte de quedarse.
Elsa sonríe ante la imagen de Jack Frost y lo abraza con fuerza, no queriendo soltarlo nunca.
No me gustan las despedidas, así que anoche, después de pelear por última vez con Kristoff agarre mis maletas y me vine directamente al aeropuerto. El no me detuvo, ¿qué podría pensar yo?
Se ha quitado un peso de encima, no tuvo la más mínima consideración conmigo, no me tiene un pequeñísimo afecto, también odia las despedidas...
Llaman al vuelo 708 con destino a la fría capital de Rusia y yo sonrió con nostalgia. Me uno al grupo y les doy un fuerte abrazo.
—Les aconsejo venir a visitarme —dice Punzie y se gana una mirada irónica de parte de mi hermana, ya se cree toda una Veguense—. ¿Qué? No piensen que volveré a ese nefasto y permanente congelador al que con mucha ceguera llame hogar, ¿y dejar solo a este bombón? ¡Ni loca!
Nos reímos por su comentario y caminamos al avión.
Mérida que va adelante acompañada de Hiccup dice algo que mi hermana y yo alcanzamos a escuchar.
—Hicc, ¿estás seguro de que quieres dejar tu país, tus raíces solo por un capricho mío? —paren el mundo, ¿capricho?
—Mer, yo por ti le doy la vuelta al mundo. Además, el contrato era una novia o ninguna.
Irónico.
Subimos al avión y las muestras de afecto no terminan. Hago una mueca de asco y busco mi lugar.
Me siento junto a la ventana y Elsa se sienta a mi lado, fresca como una lechuga.
Creo que es momento de preguntarle.
— ¿Como estas tan tranquila? Digo, el posible amor de tu vida estará a 7676 kilómetros y, ¿no haces nada? ¿No... te molesta?
—No —vaya, eso responde todas mis dudas—. Porque sé que esto que tengo aquí en mis manos —señalo un sobre rojo que tenía su nombre escrito—. Me va a reconfortar cada vez que me sienta sola.
—Wow—dije sarcásticamente y bufe. Supongo que al llegar casa ahogare mis penas en el alcohol y no saldré hasta el verano siguiente, si, buena idea.
—Además, Jackson no puede vivir sin mí. Tomara un vuelo hacia Yakutsk el mes que viene.
Pasajeros por favor abrochen sus cinturones y apaguen sus dispositivos electrónicos, nos preparamos para el despegue.
Y le hice caso a esa voz, agarre mi teléfono y lo revise antes de apagarlo, curiosamente, tenía un par de mensajes en mi WhatsApp.
Kristoff: Demonios. Tú ya te vas y yo ni siquiera tuve la oportunidad de decirte todo lo que sentía. Anna de verdad lo siento, pase tanto tiempo distraído en mis propias idioteces que no me di cuenta de lo que en realidad era importante. Y joder, no sé si sea hoy, mañana, o dentro de un año; pero ten por seguro que me volverás a ver Arendelle... y ten en cuenta que soy un tonto, un cobarde, y un imbécil que probablemente haya perdido su oportunidad contigo. — Visto 6:55 a.m. √√
— ¡Me odio! — Visto 6:56 a.m. √√
— En fin, sabrás de mi Anna, volverás a saber de mí.
P.D: Te quiero ❤— Visto 6:58 a.m. √√
Apago el teléfono mientras siento que las lágrimas nublan mi vista, estoy feliz, creo que estoy enamorada y al dejar salir todo el llanto y las tensiones acumuladas, comienzo a reflexionar, ¿Qué hubiera sido de mí de no haber realizado La Encuesta?
---------------------------
-------------------
--------------------------
Bueno, esto ha llegado a su fin. Gracias por el apoyo, los comentarios... y todo.
¡Bye!
ESTÁS LEYENDO
La Encuesta (Jelsa, Mericcup, Kristanna, Eugenzel) ©
Teen FictionResumen: ¿Por qué demonios tengo que ser tan necia? ¡Claro que sí! Oh, Anna. Es una sencilla encuesta, no leas lo demás, ¡estas ebria! Solo responde las preguntas y te dejaran en paz. Llama a tus amigas para que la hagan contigo. Será divertido, dec...