- Eugene, si quieres vivir más vale que esta no sea otra de tus bromas baratas.
- tranquila... es solo un favor.
Caminaba a rastras detrás del, me había levantado temprano para hacer el desayuno y él se me adelanto. Hoy ha estado muy raro. Más de lo normal.
- ya me duelen los pies...
- mira - se detuvo - me siento culpable de que hallas perdido tu trabajo por mi causa... así qué, por eso te traje aquí. Sigue caminando Rapunzel.
Sin más que decir le hice caso y caminamos como por 4 minutos. Hasta qué:
- no me engañes, eso ya es crueldad. - no creía lo que mis ojos me mostraban.
- sip, hay una silla solo para ti princesa - ay, me dijo princesa. - el paquete ya esta pago, tu solo elige.
- Eugene... - comencé.
- ¿sí?
- ¿Qué le dijo la rubia al castaño?
- no sé.
- bastardo caído del cielo - lo abrace y corrí al local. No puede ser, el salón de belleza más concurrido de L.V solo para mí. ¡Ah!
<Dios, me siento como una bendecida y afortunada. No zí, la perra y tal> pensé.
Al terminar todo lo que me hice en el salón, me encontraría con Eugene en la fuente.
- wow...
- ¿qué? ¿Muy radical?
- te ves...
- dilo - me pone de nervios.
- preciosa - susurro.
- aw, eres todo un, tan, eres, aw... - tan yo.
- la peluquera hace milagros - ok, eso me ofendió.
- ¡¿khé?! Osea que, ¿no me veía bien?
- no, no me mal entiendas...
- más vale que expliques Eugene.
- te ves... radiante, no importa cómo - aja sí.
Me abrazo, eso no me lo esperaba. Y menos de él, yo lo mire confundida. Pero él, él capturo mis labios por un instante, o eso me pareció.
Lo mire aun más confundida y me sonrió. Luego volvió a besarme, esta vez duro un poco más, pero con una delicadeza increíble, "labios de porcelana" buena descripción para lo que hacemos. Y lo peor es que yo no me niego, ¿o será lo mejor?
No sé, quizás, solo quizás, este loco experimento llegue a funcionar.
--
- ¡chicaaaas!
- ¿Qué mierda te paso Rapunzel? - grito Anna.
- wow, ¿acaso las pirañas te atacaron? - pregunto la otra rubia confundida.
- te ves linda. - neh, por lo menos.
- yo digo lo mismo - apareció el castaño.
- eh, disculpa... mi laptop, mi conferencia. - el me miro feo y se encamino al cuarto.
- a-ok - dijeron ellas.
- esperen - me levante de la silla y salí corriendo hacia él. Me le lance encima y caímos a la cama. Yo me senté a horcajadas de él y le dije al oído: - lo que daría por qué ese experimento no dijera castidad en letras grandes.
Me levante, salí corriendo y regrese con mis amigas a hablar de pan, si, pan. Grrr.
- de Loreal. - hablo Mérida refiriéndose a mi corte y tinte de cabello. Yo reí como boba y mire a las otras dos.
- ¿Qué? - se defendió Anna. - ok si, se te ve bien... pero nos hubieras llamado, a Elsa le están saliendo canas.
- ah, ¿yo qué? - grito.
- si hermanita, pronto Jack Frost hará posible las canas arcoíris.
Ay no, cerré la laptop. Me voy a orinar de tantas estupideces.
- ¿sabes que aun estamos aquí verdad? - gritaron al unisonó. Yo abrí el aparato y les dije:
- no tienen idea de cuánto - y ¡pffs! Congele la pantalla para subirlo a mis redes sociales.
"Ellas y su hermosura" posted.
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La Encuesta (Jelsa, Mericcup, Kristanna, Eugenzel) ©
أدب المراهقينResumen: ¿Por qué demonios tengo que ser tan necia? ¡Claro que sí! Oh, Anna. Es una sencilla encuesta, no leas lo demás, ¡estas ebria! Solo responde las preguntas y te dejaran en paz. Llama a tus amigas para que la hagan contigo. Será divertido, dec...