CAPÍTULO 9

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Desperté en la sala de operaciones...

¿¡Mami!? ¿Donde estás? ¿Por qué esto está tan oscuro? ¿¡Mami!? - dije muy asustada
Tranquila, no hables. Ya te llevaremos a tu cuarto. - dijo una voz
¿Quien eres? ¿Donde esta mi madre? - pregunté asustada
Tranquila, nosotras estuvimos contigo cuando te operaron somos las enfermeras y estamos a cargo de ti, los doctores dijeron que todo salio bien, pero no debes hablar, si hablas todo lo que hicieron los doctores sera en vano y te harás un daño mucho mayor. - dijo la enfermera. Me dijeron que cantas y muy lindo, si hablas no podrás hacerlo más. Si me entiendes? Levanta mano si lo hiciste...
Levante la mano.
Bien, Chiquinquirá. Vamos a llevarte a tu habitación para que puedas descansar. - dijo una de las enfermeras

Me llevaron hacia mi habitación, tenía muchas preguntas sin importancia, lo único que en verdad quería en ese momento era ver a mi madre, a mis tías y poder escuchar la voz de tía Amparo, tenía la esperanza de que mi madre la llamara. Aunque sabía que no podía hablar, me conformaba con escuchar su voz...

¡Beba! Mi niña. Mi bebé. Estas bien, no tenías razones para llorar, te dije que todo saldría bien. - dijo mi madre con mucho entusiasmo

Aunque no podía responderle me calmó mucho el poder escuchar su voz. Ya estando en la habitación ví a mis tías y mi tío, aunque faltaba una de ellas, a mi madre obviamente que estaba del lado derecho de la cama y a mi abuela. Unos 20 minutos después llegó mi abuelo junto a mi tía Elena...

Hola mi niña bella, se que no puedes hablar. Pero te traje algo para que puedas escribir. - dijo mi tía Elena
Y yo te traje helado, pero te tienes que tomar toda la sopa que te traigan. - dijo mi abuelo

Aunque no pude hablar con mi tía Amparo, ver a mi familia reunida y sin pelear era reconfortante para mi. Estaba muy feliz luego de salir de la sala de operaciones, pues lo que podía comer era helado, sopa y gelatina. Cosas suaves.

Pasaron las horas, se hizo tarde y ya había acabado la hora de visita, mis tías se despidieron de mi, me llenaron de besos y abrazos, luego se fueron lo mismo hicieron mi abuelo y mi tío Enrique. Esa noche estuvieron a mi lado mi abuela y mi madre. Fue una linda noche, no pude dormir bien, así que pase casi toda la noche viendo televisión, hasta que pude quedarme dormida. Pero veía a las enfermeras pasar a la habitación a tomarme la temperatura y a pasarme los medicamentos por la intravenosa...

Pasaron los días en la clínica y todo iba bien, ninguna pelea, yo mejoraba. Todo estuvo bien. El día que iban a darme el alta fue una de mis hermanas de crianza con sus padres, Carolina... Como no podía hablar tuve que escribir...

Yo:
*¡Hola! Gracias por venir a verme. ¿Como estás?*

Carolina:

*Bien. No tienes que agradecer. Mami dijo que cuando estés en tu apartamento puedo ir a verte*

Yo:

*Que bueno. No tienes porque escribir, puedo escucharte, mas no hablarte*

Carolina:

Cierto! No recordaba eso. Bueno nos vemos ahora. Chao.*

Luego de su partida, esperamos a que llegara la doctora para que me dieran el alta. Pasaron horas y al fin llegó. Me revisó dijo que todo estaba bien firmó el alta y nos fuimos, mi madre ya tenía todas las cosas preparadas para irnos volví al apartamento y me sentía de lo mejor. Mi desayuno, almuerzo y cena era sopa, mi merienda helado o gelatina. Y así fueron mis comidas durante un tiempo...

La Vida De Una AdolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora