Vendida.

Capítulo 29.

-Igual.- dije sonriendo. Me devolvió la sonrisa, y me soltó poco a poco, para ir por Jake, que flotaba por la piscina en su salvavidas. 

El resto de la tarde, jugamos en la piscina, junto con Jake, hasta que el sol se ocultó, y el cambo en el clima era muy notable. 

-Pásame una toalla para Jake, por favor.- le pedí a Harry que ya estaba fuera del agua. Me acercó la toalla, y envolví a Jake en ella, Harry lo tomó en brazos, para que yo pudiera salir del agua. Salí del agua, y colocó una toalla en mis hombros. 

Entramos, y Harry encendió la calefacción.

-Cambia a Jake, y duérmelo, prepararé algo para cenar.- dijo sonriendo, yo solo asentí, y subí hacia la habitación de Jake.

Entré, y cambié a Jake por una pijama roja, que Harry le había comprado hace poco. Encendí la televisión de la habitación, y puse caricaturas, para que Jake de quedara mirándolas. A los pocos minutos, estaba dormido en mis brazos. Lo dejé en la pequeña cuna, y apagué el televisor y la luz. 

Fui al cuarto a cambiarme, ya que seguía en traje de baño. Me puse unos jeans, y una blusa negra, con un cardigan gris. El traje de baño de Harry estaba tirado en el suelo, suponía que se había venido a cambiar. “Sucio” pensé mientras lo recogía, y lo ponía en el cesto de ropa sucia. 

Bajé las escaleras, y fui a la cocina, Harry no estaba ahí, solo habían platos sucios. Escuché música afuera, supuse que era Harry. Sonaba algo de “The Beatles” para ser exactos. Salí al jardín, y en el porche había una mesa con velas, dos copas de vino, y dos platos de Spaguetti’s, Harry estaba recargado contra la barra del bar, sonriéndome. 

-Sorpresa.- dijo extendiendo ambos brazos, mientras sonreía. 

-¿Qué es todo esto?- pregunté con una sonrisa en mi rostro, mientras caminaba hacia donde el estaba. 

-Ya no nos hemos dado un tiempo, para nosotros.- dijo sonriendo. –Ven, dijo extendiendo su mano, la tomé, y me guió hacia la mesa. Acomodó una silla, para que me sentara, lo hice y el se sentó frente a 
mi.

-Esto es hermoso.- dije viendo las velas, y como había colocado la mesa, Harry solo sonrió. 
Comimos en silencio. No era incomodo, era uno lindo, lo único que se escuchaba era la música a bajo volumen de The Beatles. Terminamos de comer, y Harry me dijo que dejara los platos, mañana lo limpiaba la encargada del aseo. 

Subimos a la habitación, y Harry cerró la puerta detrás suyo. Puso sus manos en mi cintura, y besó mi cuello, yo lancé la cabeza hacia atrás, para darle mayor accesibilidad a mi cuello. Pasó a mis labios, y sus manos a mis piernas. Me besó de una manera tierna, pero intensa. Comenzó a desabrochar mis jeans, y me estremecí, y me alejé un poco, recordé todas las violaciones que habían sucedido cuando apenas había llegado aquí. Pero ahora no tenía porque asustarme, yo lo amaba, y el a mi. 

-Si no quieres, no importa.- dijo Harry casi en susurro.

-Nono.- dije enseguida.- Si quiero.- dije sonriendo, acercándome a el de nuevo para besarlo, y que siguiera con lo que estaba haciendo anteriormente.