Capítulo 57.

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-¿Qué?- pregunté con una leve sonrisa en mis labios, mirando confundida a la chica. -¿Cuidarlo? ¿Para que?- le pregunté a Harry.

-Saldremos de viaje.- me dijo sonriendo.- Ven, vamos arriba.- me dijo antes de que yo pudiera decir algo. –Victoria, espera aquí con Jake. – le dijo bajando a Jake de sus brazos, la chica solo asintió, y le sonrió a Jake. Mientras Harry y yo subíamos las escaleras, vi como la chica se inclinaba para hablar con Jake. Llegamos a la habitación, y Harry se sentó en la cama, y yo junto a el. 

-¿Qué… esta pasando?- le pregunté riendo.

-Tengo varias sorpresas este fin de semana.- dijo 
alzando una ceja, sonriendo. 

-¿De que hablas?- le pregunté riendo ante su expresión. Pero me ignoró. 

-¿Te parece si iniciamos ahora?- me preguntó haciendo caso omiso de mi pregunta.

-Está bien.- le dije poniéndome de pie. –Pero antes dime algo. ¿Quién es ella?- dije mirando hacia la puerta.- No voy a dejarle a Jake a cualquiera.- dijo alzando una ceja. No solo preguntaba por eso, si no que sentía una sensación de celos. 

-¿Victoria?- me preguntó poniéndose de pie, y soltando una pequeña risita. –Es mi prima. Cuidará bien de Jake.- asentí, y caminé hacia la puerta, Harry la abrió, y me susurró al oído. -¿Celos?- yo solo le di un ligero codazo. 

Bajamos, y Victoria seguía de cuclillas, hablando con Jake, que pareció, tomarle más confianza. 

-Vicky, cuídalo bien.- le dijo Harry, mientras abría la puerta principal. Ella solo asintió. –Ten, por si necesitas algo.- le dijo Harry sacando de su billetera, un pequeño fajo de dinero. –Jake.- dijo refiriéndose a este, que estaba sentado en el suelo. Mamá y yo saldremos, te quedarás con Vicky, ¿si? – le dijo inclinándose de cuclillas, igual que Victoria. 

-Sí papi.- dijo Jake asintiendo con la cabeza. –Adiós.- dijo antes de abrazarlo. –Adiós mami.- dijo abrazándome la cintura. Lo abracé igual, Harry me hizo una seña para que saliera, y lo hice. 

-Suerte.- le dijo Victoria a Harry, yo no entendía porque. Harry solo le sonrió, y susurró gracias. 
Salimos, y Harry tapó mis ojos con una mano, mientras sacaba un pañuelo de su saco, y lo ataba sobre mis ojos.

-¿Qué haces?- pregunté tomando sus manos, para no caer después de que ató el pañuelo. 

-Te llevo hacia la primera sorpresa.- - jardín de la casa, y caminamos –lo que yo sentí- una cuadra. -¿Lista?- me preguntó con ambas manos en el nudo del pañuelo. Yo solo asentí, y este deshizo el nudo. 

Abrí los ojos, y vi un Mini Cooper ® nuevo, con un moño rojo, gigante sobre el parabrisas. -¿Te gusta?- preguntó Harry. Yo solo asentí sin apartar la vista del auto. –Es tuyo.- dijo agitando las llaves.

-¿Qué?- le pregunté girándome para verlo.- ¿Estás hablando enserio?- le dije mirándolo a el, y a las llaves.

-Sí.- afirmó. –Siempre estás sola en casa, y vives en Los Ángeles, tienes que salir.- dijo sonriendo. –Anda, tomalas.- dijo agitando las 
llaves, lo miré, y sonreí.

-Gracias.- le dije abrazándolo, antes de tomar las llaves.

-No hay de que.- dijo sonriendo. –Anda, vamos al auto, que faltan sorpresas. –dijo tomando mi mano, caminamos hacia mi nuevo auto, Harry abrió la puerta del piloto, e hizo una seña con la mano para que subiera. Subí, y Harry rodeó el auto y subió en la parte del copiloto. Encendí el auto. Hace tanto tiempo no conducía. –Conduce hacia el aeropuerto.- me indicó. Conduje, y Harry me indicaba hacia donde ir, ya que yo nunca había conducido en Los Ángeles. Después de varios minutos de que Harry me diera instrucciones, llegamos al aeropuerto. Al bajar del auto, reaccioné. No llevaba equipaje, fuéramos a donde fuéramos. 

-Harry.- le dije después de ajar del auto. – No traemos equipaje.

-Esa.- dijo sonriendo caminando hacia el área de carga del auto. –Es la segunda sorpresa.- dijo abriendo la parte de carga, donde habían 3 maletas, enormes para ser una maleta. Abrió dos de estas, y estaban llenas de ropa. Para mi.- Esta de acá es mía.- dijo señalando otra maleta, más pequeña. –Ahora.- dijo bajando una de las maletas grandes de ropa, y la suya.- Vamos.- dijo antes de caminar hacia el aeropuerto. Entramos, y revisaron el equipaje –lo cual tardó por la gran maleta de ropa que Harry me había comprado- y subimos al avión. Todavía no sabía hacia dónde nos dirigíamos. Pasé gran parte del viaje preguntándole que hacia donde íbamos, y el se negaba a responder. Después de un tiempo me rendí. Antes de aterrizar, alguna empleada del avión dijo “Dentro de 10 minutos arribaremos al aeropuerto de Hawái. –Rayos.- susurró Harry después de que la mujer hablara, y una sonrisa se me escapara.

Bajamos del avión, y recogimos el equipaje, y después salimos del aeropuerto. Esperamos varios minutos en la entrada de este, hasta que un taxi por fin se detuvo frente a nosotros. Subimos al las maletas al auto, y después subimos nosotros. Harry le dio una dirección, el hombre asintió, y comenzó a conducir. Después de una hora en taxi –las cuales no fueron aburridas, estuve todo el tiempo hablando con Harry- llegamos a una hermosa casa de playa- algo apartada de todo.- justo frente al mar.

-Gracias.- le dijo Harry al hombre entregándole el dinero.- Conserve el cambio.- le dijo mientras bajaba las maletas. El taxi desapareció por la calle, y Harry y yo caminamos hacia la entrada de la casa. Harry secó de una maseta las llaves de la casa de playa. -Vamos.- me indicó entrando a la casa de playa. 

Entré, y Harry cerró la puerta detrás de el. La casa era muy linda. Harry dejó las maletas en la entrada, y se giró para verme. 

-¿Qué te parece si nos damos un baño, y vamos a caminar por la playa?-me preguntó Harry, yo solo asentí. Harry llevó el equipaje hacia la habitación, y salió. Me di un baño, y me puse un vestido blanco- que estaba en la maleta- y trencé mi cabello.

Salí de la habitación, y pude notar en el suelo de madera, pétalos de rosa, que formaban un camino. Seguí el camino de rosas. –Que no era corto.- y llegaba hacia la puerta, para salir directo a la playa. Abrí la puerta, y salí. En la arena seguía el rastro de pétalos, qué no dudé en seguir. Después de varios metros, bajo unas dunas de arena junto a la orilla, cuatro antorchas clavadas sobre la arena. Caminé hacia estas, y justo en el centro, con conchas de mar, había algo escrito. Caminé un poco más, y pude distinguir lo que estaba escrito. Decía “¿Te quieres casar conmigo?” giré la cabeza, en busca de alguien, pero no vi nada. Me quedé leyendo el mensaje una decena de veces seguida, cuando sentí unos brazos que me abrazaban por la cintura. 

-¿Qué dices?- susurró Harry en mi oído, antes de besarlo. Me giré sobre mis talones, para verlo de frente. También se había dado un baño, llevaba una playera blanca, y unas bermudas beige. Tomó mi mano, y se apoyó sobre su rodilla. Sacó una pequeña caja roja, y a abrió, dentro se encontraba un anillo. -¿Quieres ser mi esposa?- dijo sujetando la pequeña cajita frente a mi.

-Sí.- dije intentando contener las lágrimas de emoción. Me estaba pidiendo matrimonio. Era lo más feliz que me había sucedido. Harry tomó mi mano, y colocó el anillo en mi dedo. Besó mi mano, y se puso de pie. Me tomó de la cintura, y me atrajo hacia el. Puso una mano en mi mejilla, y sonrió, y comenzó a acortar la distancia entre nosotros. Me besó. Fue el mejor beso que me dio jamás. 

-Te amo.- susurró antes de volver a besarme.- Te amo ____. Te amo más que a nada en el mundo.

-Y yo a ti.- le dije entre besos, Harry sonrió, y me abrazó. Tomó mi mano, y caminé por la playa, con mi futuro esposo. 

Vendida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora