CAPÍTULO VIII

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Lo acompañé y caminamos en silencio por el pasillo. Pero no fue un silencio incómodo, fue un silencio de "no hay nada mas por decir".
El comenzó a caminar rápido como siempre, tan de prisa que ya no podía seguirlo.
-¿Y... ya no te gusto?- Le dije mientras corría tras él... Y me arrepentí al instante de esa pregunta infantil.
Se detuvo. Giró con lágrimas en los ojos, y me besó.

No-podía-creerlo.

Me quedé sin aliento, quería quedarme con él, en sus brazos, me sentía segura ahí. Recordé las veces que lloré por otros chicos abrazándolo, siempre me apoyó, siempre estuvo, siempre y sin condiciones. Ahí entendí todo.

-Ahora, si no te importa, tengo exámen de química.-Me dijo mientras secaba las lágrimas que caían en mi rostro con la manga derecha de su campera beige.
Pero sí, me importaba... De hecho él era lo único que me importaba en el mundo. Lo despedí con un abrazo, sin que él sepa que era el último... y desde ese entonces no lo volvería a ver.

Ella, Delilah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora