Había pasado un día. Un día después de que todo mi mundo se viniese abajo. Quizá pensáis que estoy exagerando, y quizá si me mirase a mi misma desde el futuro, pensaría lo mismo. Pero en estos momentos... con apenas diecisiete años, mi mundo era la persona a la que quería, mi novio, mi pareja, y esta me había olvidado.
Fui a verle al hospital después de una semana en la que únicamente los familiares más allegados podían entrar en la habitación. Rosalia me acompañó, ella también estaba preocupada por su cuñado. Estaba muy nerviosa puesto que necesitaba saber si Lysandro estaba bien. Sentía mis rodillas temblar a cada paso y durante toda la semana que pasó hasta que pude ir a verle, había permanecido en cama, llorando, desolada. Por ello, cuando Rosa me llamó para avisarme de que ya estaban permitidas las visitas, me sentía sin fuerzas, pero no por esa razón dejaría de ir a ver como se encontraba.
Me sentía culpable de no haberles contado la verdad a todos. Que quería a Lysandro y que él me había correspondido. Ojalá hubiese sido más valiente, más abierta... Sin embargo, ahora ya todo daba igual.
El enterarme de que él no me recordaba hizo que casi se me rompiese el corazón en mil pedazos. Sentía mis ojos querer derramar lágrimas y no atreverse a hacerlo por tal de no perturbar más a Lysandro. Había tenido que tragarme mis sentimientos por su bien, pero estaba dispuesta a hacerlo, eso y cualquier cosa con tal de que Lysandro se recuperase.
-¿Otra vez sales?- me preguntó mamá al entrar en mi habitación y verme parada delante del armario decidiendo que vestirme- No has salido en toda la semana por el accidente de tu amigo y... desde ayer que fuiste a verlo, te noto mucho más triste. ¿Tan mal está?- preguntó preocupada.
-Está bien- contesté con una sonrisa triste mientras sacaba un vestido blanco del armario. Era de manga corta y llegaba justo hasta las rodillas- O al menos lo estará con el paso de los días. Está fuera de peligro.
-¿Entonces, por qué te veo tan alicaida?- preguntó mamá preocupada y alzandome la cabeza por la barbilla- ¿Estás comiendo bien?
-Si mamá, tranquila, no es nada. Simplemente me habré despertado cansada... Estaré bien- le sonreí casi por un espasmo muscular- No te preocupes.
-Si tu lo dices cariño- dijo besándome la frente cariñosamente- ¿Dónde vas?
-Al hospital- contesté- El padre de Lysandro también está enfermo y no me gustaría que su madre o su hermano descuidasen sus cuidados por Lysandro, cuando sus amigos podemos estar a su lado para cuando nos necesite- expliqué.
-Eres muy buena cielo- dijo mamá sonriéndome- Espero que todos se recuperen rápidamente. Era un joven realmente agradable, me gustaría volver a verle.
-Quizá cuando se recupere del todo, él también quiera veros a ti y a papá, seguro que estará agradecido por que os hayáis preocupado por él mientras estaba en el hospital- No era mentira del todo. Si Lysandro me recordaba y recordaba lo que sentía por mí, querría conocer a mis padres y presentarse formalmente como mi novio. Era lo que él había querido desde el principio, y sin embargo, por mi estupidez, es posible que haya perdido a mi primer gran amor.
-Ten- dijo mamá tendiéndome unos cuantos billetes de su monedero- para que pagues el autobús, y llévale flores a tu amigo, seguro que se anima.
-Pero mamá... ya me has dado la paga esta semana- contesté sorprendida.
-Digamos que es una ocasión especial- dijo mamá- no te preocupes y márchate ya o cerrarán las horas de visita en el hospital antes de que llegues.
-Gracias mamá- dije besándole la mejilla y saliendo de casa.
Corrí a la floristeria y miré las flores que tenían. El día anterior había llevado flores de Lys, no lo pensé mucho, pero creí que eran adecuadas. El nombre de Lysandro provenía de ellas. Esta vez, sin embargo, no sabía que llevarle. Me acerqué a la dependiente y le pregunté que me aconsejaba.
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Recuerdos perdidos en el viento - Lysandro CDM
FanfictionLysandro la había olvidado... no recordaba nada de ella... como se habían conocido... como la había ayudado en los malos momentos... cómo su compañía había hecho más llevadera su llegada al instituto... su primer encuentro... su primera conversación...