Capítulo 3

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Siguieron pasando los días. Había ido cada uno de ellos a ver a Lysandro en el hospital. Seguía sin recordarme, pero al menos, parecía confiar más en mi. Seguía insistiendo en que no hacía falta que lo visitase cada día, pero yo debía hacerlo. Tenía que estar a su lado a pesar de que él no supiese con exactitud quien era. Le había estado llevando flores cada uno de los días que lo había visitado, incluso hoy que era domingo, la chica de la floristería me había guardado uno a pesar de no abrir. Esta vez se trataba de un ramo de camelias, una majestuosa flor cuyo significado era "Te amaré por siempre".

Tomé el autobús y llegué allí en pocos minutos. Al entrar saludé al doctor que trataba a Lysandro, lo había visto frecuentemente por los pasillos durante toda la semana y siempre tenía una sonrisa amable y me preguntaba por Lysandro y su estado de animo. Al llegar a la tercera planta, de nuevo, llamé a la puerta y la suave voz del chico de ropajes victorianos me contestó con un "pase".

-Buenos días- le saludé con una sonrisa. Lysandro estaba sentado en el sillón de la habitación con un libro entre sus manos, uno que yo misma le había llevado hacía un par de días.

-Buenos días- contestó con una amable sonrisa y su mirada cálida.

-¿Cómo te encuentras hoy?- pregunté dejando las flores en un nuevo florero.

-Bien, esta tarde me darán en alta- contestó él. Mi pulso se detuvo por un momento.

-Vaya...- se escapó de entre mis labios.

-¿vaya?- preguntó sorprendido.

-¡Perdona!- exclamé sonrojada- No es que no me alegre de que ya estés mejor y puedas salir de aquí... comprendo que ha de ser muy aburrido estar encerrado entre estas cuatro paredes, pero... eso significa que no te podré volver a ver tan seguido como ahora...- dije agachando la mirada.

-Cierto...- dijo Lysandro cerrando el libro y sonriéndome- Va a ser extraño, esta semana me he acostumbrado mucho a tu presencia aquí cada día.

-¿Volverás a la granja con tu familia?- pregunté.

-No, me quedaré con Leigh, solo iremos a la granja los días festivos- contestó Lysandro- Papá ya se encuentra mejor, pero necesita descansar y para mi madre sería muy agotador tener que estar preocupándose por papá y por mi....

Así es, por fin, y con mucho tacto y delicadeza, Leigh y la madre de Lysandro le habían contado a Lysandro que su padre también estaba en el hospital porque había sufrido un pequeño infarto y por eso no había ido a visitarle. Lysandro se preocupó por su salud pero por suerte, cuando se lo contaron, su padre ya estaba mucho mejor y ya le dejaban ir a casa siempre y cuando mantuviese reposo, por lo que no reaccionó tan mal y no hubo ningún daño adicional.

-En ese caso, si tu quieres- dije sonrojada. Era extraña la situación, era mi novio y a la vez para él era una desconocida que quería pasar más tiempo con él- podríamos vernos más seguido. Vivo muy cerca de la tienda de tu hermano.

-Me encantaría- contestó él con una sonrisa que casi causó que me derritiese de felicidad.

-¿Ha venido mas gente del instituto a visitarte esta semana?- le pregunté curiosa.

-Castiel viene cada tarde- me explicó. Ese dato no me sorprendió, después de todo era su mejor amigo, e incluso Castiel tenía un corazón aunque pocas veces lo dejase ver- hace unos días vinieron Nathaniel, Melody y Iria, y otro día lo hicieron Alexy, Armin y Kentin. ¡Ah! Priya, Kim y Violeta también lo hicieron a principio de semana.

-Vaya... cuantas visitas- le dije sonriéndole- eso es porque eres una buena persona y todo el mundo te aprecia.

-No creo...- dijo sonrojado por mis palabras.

Recuerdos perdidos en el viento - Lysandro CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora