Recuerdos perdidos en el viento - Lysandro CDM

Capítulo 2

De nuevo el sol asomaba por la ventana dándome de lleno en los ojos. Mamá ya había abierto las cortinas. Me levanté perezosa con un fuerte dolor de cabeza. Me acerqué al tocador y la imagen de mi que el espejo reflejó me aterró. Tenía grandes surcos violetas debajo de mis ojos verdes que en esos momentos se encontraban bastante hinchados. 

Fui al cuarto de baño y me lave la cara para bajar la hinchazón de mis ojos y enjuagarme la boca que tenia seca hasta la saciedad.

-Cariño, ¿Te has levantado ya?- mamá me sorprendió en el pasillo volviendo a mi habitación.

-Si, voy a ir al hospital a ver a Lysandro.

-¿Otra vez?- preguntó sorprendida.

-Hasta que no me quiera allí iré siempre que pueda- contesté caminando hasta mi habitación. Mamá me siguió y se sentó en mi cama.

-Shandra... ¿Qué ocurre con ese chico?- preguntó seriosa pero a la vez preocupada. No tenía sentido seguir ocultandoselo. Mamá me entendería, era la reacción de papá la que ne aterraba.

-El día antes del accidente...-comencé trabando saliva con dificultad- comenzamos a salir...

-¡Shandra!-exclamó sorprendida- ¿Por qué no nos lo dijiste?

-Temía vuestra reacción y de verdad que me gusta mucho Lysandro... creo que le quiero- dije dejando caer lágrimas contra mi regazo-Es el primer chico que me gusta de verdad, me daba miedo que hicieseis alejarme de él.

-Cariño, no nos hubiésemos enfadado. Es normal que a tu edad haya chicos que te gusten. Papá y yo comenzamos a salir en instituto cuando teníamos tu edad. Mientras ese chico no haga que tus notas bajen y hagas tus deberes y obligaciones no impediremos que salgáis juntos. Siempre y cuando te haga feliz- dijo mamá acariciándome la espalda cariñosamente- Se que estás preocupada por él, y no te impediré que vayas al hospital a verle, después de todo tenéis tres semanas de vacaciones por Navidad. Pero ¿por qué estás tan triste? Él está fuera de peligro...

-Mamá...- dije sollozando- Lysandro ha perdido la memoria... no me recuerda...

-Cielo...-dijo mi madre intentándome consolar- ¿Qué dijo el médico?

-Que sufría un episodio de amnesia transitoria.

-Entonces se le pasará. Ten esperanza y pasa tiempo con él, pero no le atosigues, poco a poco con el tiempo y tu compañía volverá a recordarte.

-Gracias mamá- le dije sinceramente.

-Ahora cielo, vístete, arréglate y ve a verle- dijo mamá tirándome de los brazos para hacerme levantar. 

Seguí sus ordenes y me vestí con unos pantalones negros y un jersey de lana blanco. Me calcé unas botas para cubrirme del frío de la calle y proseguí a maquillarme para quitarme las ojeras que tenía bajo los ojos. Salí de casa una vez lista y volví a acercarme a la floristería. 

-¿Otra vez aquí?- preguntó la dependienta con una sonrisa. 

-Si, vengo a por flores para mi novio- contesté con una sonrisa- ¿Tienes algunas que digan lo mucho que le quiero a pesar de que no me recuerde?

-Con un significado tan concreto no creo que exista ninguna flor- dijo la dependienta con una suave risa- Pero estuve pensando en que flores te podrían ir bien si volvías. Creo que estas son perfectas, una flor delicada y elegante, los nomeolvides. 

-¿Nomeolvides? Un poco irónico ¿no?- contesté con una sonrisa ladeada- Me las quedo. Es justo lo que me gustaría decirle.

-15€- dijo la dependienta- Y se fuerte, nadie olvida del todo para siempre.