Capitulo 36

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- Pues... Él no quiere venir, se encerró en la habitación que comparto con Gaa-chan, está algo extraño, se veía nervioso - me explicó algo preocupada, la miré a los ojos confundido.

- No lo entiendo, cuando lo vi estaba bien - dije sin pensar, ella me miro con total confusión.

- ¿Cuando fue a tu cuarto? - ante esa pregunta me tensé - ¿Qué me escondes? - retrocedí un paso pero no fue suficiente para que ella tocara con su mano mi frente entrando y buscando el recuerdo que trataba de evitar pensar o se le haría más fácil, pero pensar en no pensar provocó que lo pensara, no se si me entienden.

- Y-yo... - traté de hablar, pero ella solo me miró directo a los ojos, sus mejillas estaban fuertemente sonrojadas pero portaba una sonrisa suave y tierna.

- Solo cuidalo mucho ¿Sí? Ha sufrido bastante - me pidió provocándome un sonrojo, aunque no entendí a que se refería.

- Cla-claro, iré a verlo - le dije mientras le daba un pequeño abrazo - excusame con los demas - le guiñe un ojo y salí corriendo a una velocidad moderada mientras escuchaba su voz en mi cabeza.

- Suerte, y recuerda que mañana iremos a casa y tenemos muchas explicaciones que dar a papá - suspiré al pensar en como le diríamos a papá, solo espero acepte a Sasu en casa.

Esperen, si iré donde Sasuke ¡¿Qué le diré?! "¡Sasuke me masturbe pensando en ti, lo siento, ¿Amigos?!" ¡No puedo hacer eso! Me detuve de golpe desesperado por encontrar una respuesta; además ¡¿Qué me paso para que me masturbara pensando en Sasu?! ¡¿Qué demonios me esta pasando?! Aunque... como no pensar en él y sus perfectas facciones, su piel de color leche que cada segundo me llama más y más fuerte, sus hermosos ojos de un color tan profundo que siento que me pierdo en ellos, su cabello suave como el de ningún otro y ... ¡¿Qué me pasa?! ¡Sasuke es mi mejor amigo! ¿Qué es esta extraña sensacion que tengo cada vez que pienso en él? ¿Será... amor? - ¡Imposible! Pero... si Sasu supiera esto, él me odiaría ¡¿Qué demonios debo hacer?! ¿Qué... qué es lo que realmente siento? - me apoyé en un pilar cercano mientras veía a tra vez de la ventana la luna.

- Parece que alguien necesita un consejo - escuché una conocida voz, levanté la mirada encontrándome con sus ojos de color marron y su tan acostumbrada sonrisa amable.

- Kai-san... - le llamé con mi voz bastante baja, casi inaudible, pero por lo vacío que se encontraba el lugar mi voz logró hacer eco.

- El mismo... y dime... ¿Esta todo bien? - mis ojos se aguaron, estaba muy confundido ¿Estaba todo bien? No, todo estaba muy mal, mi mente era una laguna de pensamientos e ideas que me carcomian. Él se sorprendió por mo reacción pero su sonrisa amable nunca desapareció, se acercó a mi y me dió un pequeño abrazo, iba a alejarlo, pero realmente lo necesitaba, así que me agarré a él con más fuerza y poco a poco nos deslizamos por el pilar hasta caer al suelo - Puedes contarme si así lo deseas - me dijo de tal manera que no podía negarme, se sentó a mi lado cuando me sentí mejor y le empecé a explicar.

- Como empezar, digamos que el amigo del que le hablé la otra vez me ha cambiado, como ha de saber - el mayor asintió, supongo yo, recordando lo que pasó con Sasuke la otra vez - y desde entonces las cosas han cambiado mucho, ha despertado emociones en mi que desconozco y me asustan. Él es una persona muy importante para mi y no quiero lastimarlo, ni que otros le lastimen - hice una pequeña pausa - el solo pensar que alguien más podría tenerle, me enfurece, el pensar que se alejaría me lastima, el pensar que podría gustarme me aterra... - dije por último, mi voz cada vez sonaba más débil.

- Entonces... ¿Te gusta? - me miró de una forma comprensiva y me puse nervioso ¿Que debería responder?

- No lo se... - razoné y él negó ligeramente con la cabeza.

- Debes tener bien en claro tus sentimientos - ¿Sentimientos? ¿Se refiere al calor en mi estomago cuando esta cerca? ¿Al miedo a perderlo? ¿A los nervios cuando se acerca? No lo se.

- Pero no es fácil - el asintió comprensivo - ¡Y menos con lo que hice! - exclamé dramático mientras tomaba algunos de mis mechones y los jalaba.

- Tranquilo - tomó mis manos - ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué hiciste? - me miro algo impositivo.

- Pu-pues... tal vez me masturbe pensando y gritando su nombre, y tal vez él lo escucho - Kai abrió los ojos de golpe y me miró, pero... no entendía su mirada...

Mi Gato Está...¿¡Enamorado De Mi!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora