Decisiones

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En cuanto Minato volvió a encender el auto para continuar su camino por la vía principal de Konoha, el rubio menor desvió sus expresivos zafiros de los ojos oscuros de aquel joven de cabellos azabaches, quien le observaba con fijeza. Sus mejillas se tiñeron de un leve tono carmín, al notar sin mayor reparo la clase jerárquica del pelinegro, supo que esos ennegrecidos orbes de mirada penetrante solo debían pertenecer a un prospecto de Alfa. Su instinto lo percibió y él como Omega se sintió por primera vez atraído hacia un futuro líder dominante del eslabón social.

Minato por su parte, sonrió con gracia al ver a su hijo en una actitud distinta a su comportamiento rebelde habitual, con las mejillas sonrojadas, avergonzado y su delicado cuerpo encogido sobre el asiento de copiloto. Él como padre de un Omega podía decir sin vacilación alguna que, su querido vástago había tenido cierto interés en especial por aquel Alfa que se encontraba en dirección contraria hace un momento atrás, sabía por experiencia propia que el instinto gobierna la razón en cada uno de los seres que conforma la jerarquía, y el blondo no escapaba de la realidad.

—Tomaré un atajo para llegar en unos cuantos minutos al hospital de la ciudad —el rubio mayor comentó divertido, observando de reojo el perfil de su hijo. En cambio, Naruto solo se limitó a asentir con la cabeza, dándole la razón a su padre.

—Madre nos espera junto la abuela. ¿No es así? —Naruto cuestionó a su padre, intentando olvidar aquellos ojos negros de su mente. Se sentía estúpido por haber caído en una provocación que solo él había iniciado tras mirar con fijeza en dirección contraria, donde una lujosa camioneta esperaba el movimiento del tráfico vehicular, y en ella se encontraba aquel atractivo pelinegro, quien correspondió el gesto. Sin embargo, jamás imaginó que en su corta existencia viviera una situación peculiar de ese tipo con un Alfa. A pesar de que siendo un miembro más tanto del clan Uzumaki como el Namikaze, estuviese acostumbrado a lidiar con otros líderes dominantes con llamativa gracia, viéndose totalmente sereno por la compañía, pero al dar con esos orbes oscuros que le observaban sin emoción alguna, el nerviosismo le invadió de forma repentina.

—Kushina prefirió adelantarse a la consulta para aclarar ciertos asuntos en específico con mi madre —el blondo giró el rostro en dirección a su padre, curioso por saber qué pendientes traía entre manos ambas mujeres.

—Creo que debería de sentirme preocupado al respecto, padre —Minato hizo el esfuerzo de no reír, suponiendo el porqué de aquella frase por parte de su hijo. Predecía los planes futuros del par de mujeres que, evidentemente incluían al rubio menor y él en su momento también sería partícipe.

—No habrá de qué preocuparse, Naruto. Puedo asegurártelo con total confianza. Kushina solo desea consultar algunas dudas sobre el atraso de tu estro —el blondo Omega entornó sus azulinos ojos, observando con seriedad el rostro de su padre. No indagaría nada por el momento, prefiriendo reservarse sus comentarios a exclusividad propia.

...

Sasuke se mostraba impasible sin pronunciar palabra, mientras que su hermano sostenía una burlona sonrisa en su rostro. Aborrecía en demasía tener que ser testigo de ese gesto petulante llena de absoluta mofa hacia su persona. Sin embargo, optó por permanecer tranquilo lo que restaba de camino, necesitaba pensar en cada uno de los puntos que Itachi le había comentado hace un momento atrás, sobre los planes futuros del consejo jerárquico. Debía consultarlo primeramente con su padre y en el extremo de los casos, tomar decisiones inmediatas, si no deseaba verse envuelto en un supuesto compromiso forzoso por mandatos del círculo autoritario.

El moreno bufó molesto de tan solo analizar cada uno de los pros y contras de lo que sucedería al no encontrar una pareja en el tiempo requerido o durante el día de convivio. No había otra alternativa por el momento y debía de buscar una solución a la brevedad posible.

Una simple atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora