Romper las tradiciones

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Las palabras firmes de una posesiva demanda expresadas por el joven Alfa de ojos obsidiana, calaron hondo en los sentimientos contradictorias del rubio Omega. Naruto no era capaz de entender a ciencia cierta el instinto animal que albergaba en su interior, quien se hacía notar con gruñidos amortiguados y sonidos de complacencia al tener la cercanía imponente de un atractivo hombre viril, rodeando con sus fuertes brazos parte de su menuda complexión física.

La agradable calidez que emanaba la figura altiva del pelinegro, aletargaba con creces su animal interior, aquel misterioso ser que habitaba en las profundidades de su psique en amalgama con el raciocinio propio, formaban el carácter dominante del Omega y el resto de los miembros del escalafón. No obstante, el menor jamás previó el caos que iba a experimentar al oír por primera ocasión el rugido tempestuoso de la bestia intrínseca, aceptando a Sasuke como pareja. La esencia espiritual del zorro, reclamaba la protección y cuidado del Alfa, anteponiéndose a los deseos personales de Naruto.

Temeroso ante el inquietante bramido de ruego a propia voz de su instinto animal, el blondo se alejó con parsimonia de la cálida proximidad del moreno Alfa, observándole con recelo. El desconcierto profesado en sus llamativos ojos azules, mostraban la omisión absoluta de su inestable juicio. Por tal razón, el rubio Omega deseó escapar de la sofocante aprensión que le generaba el pelinegro, aquel confuso sentimiento idílico que solo el Uchiha es capaz de incitar de forma arrolladora en su persona. Sin embargo, Sasuke le permitió al menor apartarse del agarre previo, sin desviar su ennegrecida mirada del rostro asustadizo de Naruto.

El azabache no necesitó indagar sobre lo ocurrido para determinar el porqué de la extraña actitud del Omega. Lo mismo había sucedido con él a temprana edad, ese momento en que, siendo un niño Alfa llegó a manifestar el agónico proceso de desarrollo. La conducta animal apoderándose por completo de su raciocinio, gobernado únicamente por el instinto y el demandante deseo de romper con los miramientos establecidos del clan.

Sasuke debió soportar el doloroso ciclo de crecimiento con total entereza, logrando comprender posteriormente el actuar impulsivo del lobo que reside en su interior, alcanzando de forma satisfactoria la estabilidad emocional que ahora es capaz de dominar. De la misma manera sucede con los miembros del régimen, la clase jerárquica experimenta el cambio abrupto de distinto modo, dependiendo de las características de su animal. Cada Alfa, Beta y Omega debe tomar el control de su arraigada bestia y ser uno con su antepasado para mantener la equidad espiritual.

—Es entendible figurarse el porqué de tu comportamiento, Naruto. Tu animal regente se hace notar ante la cercanía de un Alfa que aprueba como su pareja.

El rubio permaneció a la defensiva, escuchando con atención las palabras del moreno. La seguridad mostrada por el menor de los Uchiha enardecía la escabrosa conciencia de Naruto de forma negativa. Sin embargo, aquel lado racional en el blondo, reñía entre la aceptación y el rechazo de admitir a Sasuke como su compañero, quizás por el temor infundado de adoptar una actitud sumisa de Omega emparejado y ser parte de la mayoritaria sociedad subyugada.

Naruto no desea ser parte de las costumbres y tradiciones jerárquicas, debido a las limitaciones que sufren los Omegas, el desprestigio abismal al que se ven implicados constantemente por ser considerados la clase débil del régimen autoritario, peculiaridades que el rubio tiene presente y se han convertido en la mayor disputa de consentimiento propio.

—Desde el primer instante en que cruzamos miradas y se dio la oportunidad de conocernos, te has encargado de imponer tu presencia sobre mi persona, has llegado para liar todo pensamiento ecuánime, siendo imposible concebir la idea de aceptarte como pareja a ti u a otro miembro de la jerarquía. Todo lo que en su momento he planeado se ha visto afectado por ti —Naruto hizo el intento de controlar su animal interior, pronunciando de forma escueta, palabras firmes de su lógica—. A lo largo de mi vida he podido estar rodeado de Alfas, debido a la alianza de clanes al que pertenece mi familia, ignorando por completo el aroma de ciertos individuos o su estatus dentro del régimen, pero tu maldita aparición me ha desconcertado totalmente, tan solo escuchar tu nombre e inclusive, estar cerca de ti me inquieta en demasía.

Una simple atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora