Confrontación

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Los ojos color carmesí del ahora Omega perfecto de nombre Kurama, brillan con una peligrosa intensidad y un deje de diversión, mientras sus orejas se mantienen erguidas sobre su cabeza, cada movimiento que hace el misterioso ser, parece tener un propósito oculto, lo que aumenta la tensión en la amplia estancia. No obstante, es preciso reconocer, que el zorro disfruta de las expresiones faciales de los presentes, quienes permanecen en un absoluto silencio, sabiendo que cualquier palabra mal dicha o movimiento en falso podría desencadenar una respuesta por parte de la criatura. Finalmente, tras un lapso considerable, el ente decide tomar asiento, relajando su postura para soltar una risa irónica, concentrándose en el hombre de larga melena.

Kurama no puede evitar sentirse asombrando ante la presencia de Madara, saber que el Omega es una encarnación divina y este ha roto con un ciclo de generaciones, resulta indescifrable; opta por alzar una de sus manos, mostrando intencionalmente las afiladas uñas y ademanes gráciles que van dirigidos hacia los miembros de la reunión. Su mirada llamativa no disminuye, sino que exhibe su entusiasmo, como si evaluara a sus interlocutores. Las sombras que se proyectan por medio de su quietud, provocan que su larga cabellera parezca oscilar con cada acción que este hace a modo de distracción. La fijeza con que Sasuke analiza el actuar de la hermosa criatura solo se ve interrumpida por el entorno rígido de los demás y el interés del zorro por incitar el caos.

El rubio Alfa decidió poner fin a las artimañas llenas de mofa por parte del ente, ya que no soporta su actitud socarrona con el resto. Por lo tanto, Minato se acercó a Kurama, sin intención de amenaza, sabiendo de antemano su excesiva soberbia. Sin embargo, el zorro no se inmutó por la presencia del líder del Clan Namikaze, sino que le complace observar la reacción del hombre. Con una sonrisa ladina en su rostro, la criatura abandonó su lugar, aproximándose hacia el de hebras doradas, como si estuviera asechando a su rival. A medida que percibe el aroma del contrario, su aura se vuelve más opresiva, produciendo un extraño sentir en los espectadores. El de ojos azules se prepara para la confrontación, pero antes de siquiera pensarlo, la entidad habló en voz baja, lo suficientemente claro para que todos puedan escucharlo.

—Tu hijo no va a regresar. De todas formas, soy el Omega interior de Naruto. No hay nada que puedas hacer, únicamente aceptar la realidad —susurró el pelirrojo, esbozando una petulante sonrisa—. Me quedaré con este cuerpo.

Minato conservó la calma ante las palabras del zorro, aunque por dentro una mezcla de desolación y cólera iba en incremento. Se niega a admitir que su primogénito ha desaparecido sin dejar rastro alguno, y sumado a eso, el hecho de que el Omega de aspecto salvaje ha tomado control del cuerpo de Naruto solo prolonga su dolor. El Alfa comprende que no debe perder la compostura frente a Kurama y guardar mesura es la mejor opción.

—No creo que puedas afirmar lo que dices con tanta seguridad —respondió Minato con voz firme, sosteniendo la mirada altiva de Kurama.

—¿Qué te hace pensar lo contrario, papá? —refutó el pelirrojo, conteniendo la risa por la sola mención de la palabra—. He sido importante en la vida de Naruto durante tanto tiempo, que sé exactamente lo que sucede con él y ustedes no tienen forma de impedirlo.

La extraña mueca de Kurama se ensancha más y el rubio Alfa se da cuenta de que está regocijándose con la situación de poder sobre los invitados. No puede actuar como de costumbre; ya que, si se extralimitara, podría ocasionar una reacción adversa que solo dañaría a su hijo. Minato busca con la mirada a su yerno, implorando en un acto sutil su intervención. Tal vez Sasuke, al ser la pareja de Naruto, logre hacer entender al Omega la gravedad del asunto.

—Hemos entendido que tienes posesión del cuerpo de Naruto, pero eso no significa que te desharás de él por simple capricho —contestó el moreno con molestia—. Si realmente lo conocieras como dices, sabrías que mi Omega nunca permitiría que lo manipularan como ahora haces.

Una simple atracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora