Mi querido yo del futuro

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Andrés y Clara se han reencontrado en el vestíbulo de la piscina y, en un momento en que no pasaba nadie por ahí, se han dado un beso a escondidas. Para no levantar sospechas, ella ha salido primero y él se ha escabullido después. ¡Los dos se morían de ganas de estar juntos! —Qué ganas tenía de volver a verte —le musita Andrés, cariñosamente. —Pero si ya me viste ayer. —Me refiero a tú y yo solos. —La coge de la mano.

—¿Qué haces? ¡Que nos van a ver! —Ella le da un golpecito y retira la mano—. ¿Quieres que nos descubran? —No sé, pero tarde o temprano se sabrá, sobre todo ahora que vienen las fiestas... —Pero si fuiste tú quien quiso mantenerlo en secreto. —Lo hice por ti, por lo de Dani. —¿Por mí? —Ríe con gesto tímido—. Yo pensaba que lo hacías por Sole. Como lo está pasando tan mal con lo de Óscar... —Bueno, también, lo echa de menos y no sé cómo le sentaría si yo apareciese por casa alegre y enamorado. —¿Qué has dicho? —Que me da cosa que yo esté tan feliz y ella no. —¡Has dicho «enamorado»! —Los ojos de Clara se abren como dos lunas, mientras Andrés repasa mentalmente la última frase, repara en que

ha empleado la palabra: «enamorado» y se pone rojo de golpe. —¿Estás enamorado? El chico se le adelanta unos metros. Se le ha escapado una gran verdad y ahora debe defenderla: —Si lo he dicho es porque lo estoy... ¿Y tú? —¿Yo, qué? Andrés toma aire: —¿Estás enamorada? Clara se acerca poco a poco; guarda un silencio tenso; le mira fijamente a los ojos, le sonríe y le da un beso fugaz. No ha podido responder, pues aún no sabe si todo lo que siente es porque realmente está enamorada. Ésta ha sido su manera de despedirse. Los dos saben que esta noche se verán en la cabaña del lago. De hecho, Iris ha tenido una gran idea: juntarlos a todos para cenar. Cada uno llevará algo.

Es una buena manera de calentar motores para las fiestas. Las calles ya están tomando forma: vestidas con banderitas, banderolas y tiras de luces con bombillas, que le darán a la noche un toque muy festivo y entrañable. En la plaza que suele hacer de aparcamiento han puesto las atracciones: los autos de choque, un tiovivo, el tren de la bruja, un tiro y una que se llama El Chorrito, que nadie sabe de qué trata.

Cuando Andrés llega a casa se encuentra a Sole sentada a la mesa del comedor, a punto de escribir algo en una hoja en blanco, con unos morros que llegan de aquí hasta Cancún. —¿Qué escribes? —Una carta. —Eso ya lo veo. ¿Es para Óscar? —No. —Entonces ¿a quién va dirigida? —A mí.

—¿Te vas a enviar una carta a ti misma? —¿Por qué no me dejas en paz? —responde ella mientras mira su hoja, aún en blanco. —Déjala, Andrés: ¿no ves que está concentrada? —le interrumpe la madre. —Yo sólo preguntaba... Además, aún no ha escrito nada —se excusa mientras levanta las manos—. Por cierto, esta noche haremos una cena en la cabaña del lago. ¿Te apuntas o también cenarás contigo misma? La chica levanta la cabeza y le clava una mirada que deja entrever sin el menor asomo de duda que ahora no es momento para nada. A continuación escribe:

A mi yo del futuro: Hola, soy yo..., tú... Bueno, ya nos conocemos... Te escribo desde el pasado para que me ayudes. El caso es que tú tendrás más idea que yo acerca de lo que me va a pasar en el próximo año.

Ahora estoy en el pueblo, pasando el verano sin Óscar... Ojalá hubiera una manera de que me dijeses cómo acabará todo esto. Ya te digo: a mí me gustaría que acabara bien.

Me veo escribiendo esto para mi yo del futuro y no dejo de sentirme un poco rara. Espero que, cuando lea esto, todo sea distinto, pero de momento tengo miedo, miedo a perderme. Eso es todo por ahora. Espero tu respuesta. Un abrazo, S.

Sole firma con una gran S y dobla la hoja. No es la primera vez que se escribe una carta a sí misma. Aunque parezca una locura, esta clase de cosas le traen sosiego y la calman. Acaba serenándose cuando se imagina leyendo la carta en el futuro. Es como si necesitara decirse a sí misma: «Tranquila, que todo va a ir bien». Pero de momento lo ve todo inquietantemente borroso,

Enseñame el cielo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora