La puerta cede con un irritante chirrido. Puedes sentir algo removiéndose con inquietud en el interior, sobresaltado, atemorizado. Un simple sonido que te trae una infinidad de buenos recuerdos a la cabeza. Perfecto para olvidar el gran desastre de esta tarde.
"Tú otra vez..." Murmura una voz suave desde el otro lado de la habitación, con más tranquilidad de la que te esperabas.
"Vaya, así que me recuerdas. Es todo un halago." Afirmas con una afilada sonrisa, cerrando la puerta de la celda detrás de ti.
A diferencia de la otra vez, la ventana se encuentra en esta ocasión totalmente depejada de cualquier clase de dibujo, papel o mierda variada, dejando que la luz fría de la noche ilumine por lo menos los rasgos generales de la habitación. Alice se encuentra sentada sobre la cama con las piernas cruzadas, apoyada contra la esquina, con un cuaderno y un lápiz entre las manos; un bolígrafo tiene la punta demasiado dura y afilada; si uno tiene la imaginación suficiente, como sería tu caso, podría resultar un arma sorprendentemente mortífera.
"¿Qué haces tú aquí?"
"Oh, nada. Visitando a mis buenos vecinos, por si necesitan algo. ¿Necesitas un poco de azúcar? ¿Lejía quizás?"
"Hoy se ha armado una buena en el salón, y nos han metido a todos en las habitaciones antes de tiempo..." Murmura sin precedentes, volviendo a sus garabatos "Has sido tú, ¿Verdad?"
"¿Yo? ¿A qué viene esa afirmación acusatoria? Desconozco por completo el misterioso origen de ese desafortunado inconveniente. Creo que lo ha empezado un tal... James... ¿Mark podría ser?"
Alice suelta una carcajada que ha juzgar por lo rápido que la ahoga ni siquiera ella se la esperaba. Por lo menos no se ha lanzado a tu cuello esta vez. Podría considerarse como un avance.
"¿Por qué estás aquí?"
Podrías decir que porque los gilipollas de los celadores estaban demasiado ocupados encerrándote de por vida a base de agua y migas como para darse cuenta de que todavía tienes las llaves escondidas bajo el colchón.
"Te oí antes, cuando estabas con el doc. Parece que tienes la cabeza bastante jodida, ¿huh?"
"¿Que has...?" Al principio parece realmente indignada, como si hubieras invadido su trocito de privacidad o algo, ni que fuera tan grave. Pero parece controlarse rápidamente. ¿Lo estará haciendo a posta, o serán las drogas?
Y en cualquiera de los casos, ¿por qué conenerse con basura como tú? Hay una cola kilométrica de pequeños hijos de puta deseando darte la somanta de tu vida. La cual, a este paso, tampoco durará mucho.
"¿A ti qué te importa?" Responde entre dientes, apartando la mirada hacia la pared.
"Pues, la verdad, importarme lo que es importarme no me importa una mierda." Cuentas mientras te sientas al otro lado del colchón, haciendo que ella se repliegue sobre su propio cuerpo, como un conejo acorralado en un agujero. "Pero... tengo curiosidad."
"¿Por qué ibas a tener curiosidad por los males de otros? ¿Eres así de sádico?" Te pregunta, alzando la mirada con estupefacción.
"Uno, sí. Dos, no es exactamente por eso. De forma resumida, tengo un insomnio de cojones. Rara es la noche que duermo seis horas del tirón. Y como añadido, hace una eternidad que no tengo un sueño en condiciones. Ya sabes, uno de esos para pasar el rato. De los que no tienen ni puto sentido. Ni siquiera uno pequeñito. Así que, como yo no puedo tener mis propios sueños... siempre me llaman la atención los de los demás."
"Pues ojalá pudiera prestarte los míos. Yo no quiero tenerlos..."
"¿Ah no? ¿Son muy gores?" Entonces te tumbas sobre el colchón como una niñata en una fiesta de pijamas. "¿Hay muchas vísceras, sangre? Dime que hay mucha sangre."

ESTÁS LEYENDO
SWEET DREAMS
Mystery / ThrillerUn asesino psicópata que salta más allá de la ficción. Una loca perturbada que no sabe distinguirla. Otras clases de desequilibrados mentales. Y toda una vida para planear su jaque mate. Encerrados en el manicomio sin saber que los otros existían. ...