"¡Tú!" Espetas sin más, olvidando por un momento que debes guardar tu tono de voz en modo avión si no quieres acabar colgado de los pulgares.
Y te sorprendes de hasta tu propio sonido. Piensas que la loca que tienes delante de tus narices te va a decir algo, pero al parecer sólo abre la boca para morder.
O, en este caso, lanzar un gruñido y retorcerte el brazo hasta que te tiene tumbado boca arriba sobre el suelo, con su peso oprimiéndote toda la puñetera zona del abdomen.
"Joder..." Suspiras, exhalando todo el aire sonriente . "Pesas más de lo que parece."
Pero no dices nada más porque sino te mueres.
Ella acerca su cara a la tuya, buscando tus ojos, metiéndote su asqueroso pelo en la cara, lo que hace que te provoque múltiples cosquillas en la nariz que ahora mismo no te puedes rascar.
"¿Quién eres?" Murmura de forma fiera, a un palmo de tu jeta.
Joder, ojalá que no sea muy habladora, o habrá que coserle la boca. O al menos comprarle un puto cepillo de dientes.
"Tu vecino. Venía a pedirte algo de ¡auch! ...azúcar..." Le respondes sin más. Como si pudieses articular más palabras.
Más te vale ser amable, porque cada vez hay menos aire en tus pulmones.
"¿Por qué lo querías?" Pregunta de repente.
Vale, ahí nos hemos perdido.
"¿E-el... ?" Tartamudeas, sin pillarlo para nada. "¿...azúcar?"
"¿Por qué lo querías?" Masculla de nuevo, plantándote una cosa blanca en mitad de la cara.
Cuando tus ojos enfocan bien el mencionado objeto, logras distinguir lo que es. Al menos una parte. Joder, pero no es difícil averiguar que se trata del puto conejo de peluche traidor de antes.
"¿Qué?" Espetas, casi ofendido. "¡Yo no vine a por tu puto peluche!"
"¡Sí que lo quieres!" Te grita ella, apretando un poco más la presión que ejerce sobre ti "¡Todos lo quieren! Todos quieren arrebatármelo..."
La madre que te parió, sí que está como una puta regadera. Ahora todos los chistes sobre peleas de pareja parecen cobrar sentido ante ti.
"¡¿Quién eres?!" Te grita a la cara, lanzándose prácticamente sobre ti.
Y a tu corazón le da un pequeño infarto.
"¡La madre que te parió! ¡No grites!" Le respondes entre dientes, aguantando las ganas de arrancarle la lengua de un bocado. "¡No querrás que nos pillen!"
Aunque, en realidad, tú serías el único perjudicado de toda esta situación.
Pero parece que tus palabras cobran algo de sentido para ella, ya que simula que te hace caso, alejándose un par de centímetros de distancia, con los hombros menos tensos. A nadie le gusta que los celadores vengan a hacer visitas indeseadas...
"¿Quién eres?" Inquiere de nuevo, en voz baja.
Y dale.
"Ya te he respondido a eso."
Puta, te falta añadir. Peeero recordemos que es ella la que te está asfixiando con su enorme culo.
"Un nombre." Te amenaza, colocando sus manos alrededor de tu cuello.
Abres tus ojos, suspirando de forma entrecortada porque, en serio, necesitas una bombona de oxígeno pero ya. Además, la tía parece estar lo suficientemente tocada como para sacar tu cabeza de su sitio con un solo tirón.
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SWEET DREAMS
Misterio / SuspensoUn asesino psicópata que salta más allá de la ficción. Una loca perturbada que no sabe distinguirla. Otras clases de desequilibrados mentales. Y toda una vida para planear su jaque mate. Encerrados en el manicomio sin saber que los otros existían. ...