"¡Estoy ya hasta las narices de tus gilipolleces, Johnson!" Te escupe a la cara -literalmente- el celador Robert -Bob para los amigos-o-sea-tú-, mientras te zarandea del cuello de la camiseta.
Tú lo miras con los ojos abiertos como platos. Un poco acojonado, la verdad. Pero sonriendo de lado a lado. Bueno, como si pudieras hacerlo de otro modo.
Te echa un rapapolvos de esos imponentes; que si a la próxima te mete en una celda aislada, que si te mandarán a la cárcel, que si allí a un niñato como tú se lo comerán vivo y crudo, que si la silla eléctrica, que si bla, bla, bla...
Lo mismo de siempre.
Y cuando ves que ya le ha dado al "modo persiana" y no va a parar de pegarte gritos en la jeta, saltas con una de tus frasecitas arréglalo-todo para calmar la situación antes de que tus tímpanos comiencen a sangrar:
"¡Hey, tranqui, Bob!" Interrumpes separándote lentamente de sus manos.
Cacho manazas tiene el jodido.
"Sólo me ha dado uno de esos ataques psico-como-lo-llaméis de esos." Aseguras encogiéndote de hombros "Pero te prometo, -fíjate lo que te digo, tío-, te PROMETO... que no volverá a pasar algo así. De veras."
Entonces le sonríes aún más si cabe.
Bob te mira con las cejas fruncidas, como si olieses a mierda. Aunque sí que es verdad que la sudadera no ha tocado la lavadora en varios meses...
"A la próxima, Johnson..."
"¡Oh, ven aquí, tío!" Irrumpes de nuevo, echándote efusiva y melodramáticamente sobre sus brazos. "Tú sí que eres legal, Bob. Te quiero, tío ¿Te lo he dicho alguna vez? Eres un tío legal..."
"Ya, ya, ahora apártate..."
"El puto amo, Bob, el puto..."
"Clark, quítame a este capullo de encima" Le pide al celador Clark -Clarky para los amigos-o-sea-tu-otra-vez.
Clarky, tan obediente como el seboso perro faldero que es, se apresura a separar tus brazos de la enorme mole que conforma al bueno de Bob. Éste se afloja el nudo de una corbata inexistente, tratando de recuperar la respiración. Es un exagerado. Como si sudara menos subiendo las putas escaleras todos los días.
Mientras, tú te pones firme en el centro de la celda, con las manos detrás de la espalda, sonriente y formal. Ellos te miran como si hubieses asesinado a alguien.
Otra vez.
"Vayámonos de aquí." Le pide Bob a Clarky, frotándose el cuello con más dramatismo si se puede.
Pedazo de blando de mierda.
"Adiós, tortolitos." Los despides pestañeando cien veces por segundo mientras cierran la puerta de tu celda. "Que os lo paséis divino ahí afuera, pichoncitos."
"Mejor que tú sí, Jeffrey."
Un golpe metálico retumba en los pasillos, enmudeciendo el "cabrón" que masculla Bob antes de cerrar la puerta. Te echan un último vistazo a través de la ventanilla sucia, para después desaparecer en algún otro lugar del edificio.
"Eso ya lo veremos." Sonríes tan maliciosamente que hasta te duele.
Entonces sacas de detrás de la espalda el manojo de llaves de Bob.
Hoy toca excursión turística por la fascinante casa de locos.
Yuju.
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SWEET DREAMS
Mystery / ThrillerUn asesino psicópata que salta más allá de la ficción. Una loca perturbada que no sabe distinguirla. Otras clases de desequilibrados mentales. Y toda una vida para planear su jaque mate. Encerrados en el manicomio sin saber que los otros existían. ...