Esto es cojonudo. Putamente cojonudo.
"A ver, que me quede claro; entonces por Halloween no ponen nada más que unas putas guirnaldas medio jodidas... pero cuando se trata de Navidad... ¿montan todo esto?"
"En algo se tienen que gastar las subvenciones del Gobierno..." Murmura Jack, encogiéndose de hombros.
"Todavía estamos en Noviembre..."
"No parece importarles. Pueden que piensen que unas cuantas lucecitas de colores, un árbol tamaño XXL y algo de pudding industrial animará nuestros espíritus... mientras que los esqueletos colgando y las calabazas con sonrisas afiladas... no tanto. Además, creía que no te gustaba Halloween."
"Y no me gusta, pero desde luego lo prefiero a toda esta ñoñería." Gruñes, volviendo a tu sitio, tratando de encontrar las agallas de terminarte la pasta de cartón.
Pero es imposible, sigues oliendo el acebo, sintiendo el titilar de las luces de colores y por el rabillo del ojo se te cuela el puto Santa Claus que baila al ritmo de "Holly Jolly LaMadreQueLoParió Christmas".
"Tranquilo, tú al menos no tendrás que soportarlo el resto del día..."
Levantas la mirada de la forma más afilada que sabes encontrar, arrugando la nariz.
"Ja. Ja Ja. Qué gracioso."
"¿Qué tal lo llevas, por cierto?"
"Bueno, al menos ahora puedo salir dos veces al día a estirar las piernas y echar una meada." Confiesas, como si eso fuera un gran hito. "Aunque lo último tengo que administrarlo muy bien. Todavía no han pensado en una celda aislada y un bozal con mi nombre, pero será mejor relajarse un poquito, o puede que me la juegue de verdad..."
"Claro, claro... Es una pena que la llave de tu celda ya no entre en la cerradura, ¿verdad?"
Por milagro divino no llegas a atragantarte con la comida, pero te ha faltado el canto de un duro.
"¡Cállate tío!" Murmuras entre dientes, agachando rápidamente la cabeza. Por suerte parece que nadie más lo ha oído. "¿Es que quieres que todos los locos se enteren?"
"No soy yo el que se lo va soltando al primer celador que pasa..." Sonríe el otro con cierta sorna, mirándote con guasa. "Aún me acojona. Y pensar que te la jugaste sólo por una estupidez..."
"Sí, suele pasar cuando se trata de mí..."
Pero Jack en cambio se queda mirándote fijamente, escrutando cada movimiento de tu cara, como si en realidad estuviera descifrando un mapa dibujado en tu jeta. Y de pronto, se le iluminan los ojos como si hubiera visto a la Virgen, a Jesús y a Cristo montados en un burro.
"Hijo de puta... Le ibas a dar la otra llave. La de la chica esa, Alice, ¿a que sí?"
Y qué le vas a hacer. No puedes evitar sonreír.
"No me iba a servir de nada si no podía salir de la mía propia, de todos modos..."
"¡Ja ja! ¡Lo sabía! Sabía que no eras tan idiota."
"Vaya, gracias eh... Todo un halago."
Intentas quitarle hierro a la situación, pero por algún motivo la actitud que está manteniendo Jack te está distrayendo más de lo que debería. Parece obligarse a sí mismo a mantenerse igual de chistoso y cordial que siempre, como si no pasara nada, pero no puedes evitar reparar en sus hombros encogidos, ni en las rápidas miradas que envía por todo el puñetero comedor, como si lo estuviera persiguiendo la policía. Habrás pedido facultades en varias cosas, pero en pequeños detalles... en eso sí que sigues siendo el rey.
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SWEET DREAMS
Mystery / ThrillerUn asesino psicópata que salta más allá de la ficción. Una loca perturbada que no sabe distinguirla. Otras clases de desequilibrados mentales. Y toda una vida para planear su jaque mate. Encerrados en el manicomio sin saber que los otros existían. ...