Capítulo 16

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Al llegar a la casa de Kathe, con la vista nublada y las piernas adoloridas, Celeste tocó el timbre, esperó. Volvió a tocar. Esperó. Intentó de nuevo y esperó. Esperó, esperó y esperó, pero nadie abrió, no hubo respuesta a su llamado, así que decidió volver a su departamento.
Se demoró algo de tiempo, el cual le ayudo a tranquilizarse, entró en el departamento esperando poder estar tranquila y dormir. Dormir y despertar en otra realidad, como sí aquel día hubiera sido una pesadilla.
Cerró la puerta tras de sí, caminó a su habitación y se desplomó en la cama sin quitarse los zapatos o cambiarse de ropa.
Despertó, sin saber en que momento se quedó dormida, estaba inquieta, incómoda, insegura, se dio vuelta en la cama, encontrandose con William acostado a su lado, mirandola con ojos rojos e hinchados, daba la impresión de que había estado llorando, pero Celeste no preguntó nada, solo lo miró, sin sentimiento alguno, como sí fuera cosa de todos los días, quería ocultar la sorpresa, el enojo y todas aquellas emociones que él la hacía sentir. William abrazó a Celeste y escondió su cara en el pecho de ésta, entonces ella sintió como la respiración de él se agitaba y pequeñas gotas caían en su blusa, William estaba llorando, al percatarse de ésto lo abrazó, fue entonces cuando William comenzó a sollozar y Celeste se quebró al verlo así de indefenso, lo abrazó con más fuerza sin alguna palabra que decir. Se estuvo así por media hora hasta que Celeste dejó de escuchar sollozos. Intentó mover a William para saber que tenía, pero no tuvo éxito pues él se había quedado dormido. Celeste no sabía que hacer, era de noche y estaba cansada, quiso salir de la cama para dormir en el sofá pero William aún la tenía abrazada. Estaba molesta con él, pero no quería reclamarle y golpearlo para que la dejase en paz después de aquel suceso tan extraño le daba miedo la reacción que pudiera obtener de él, así que decidió quedarse ahí. Intentó dormir de nuevo pero tenía tantas cosas en la cabeza que le fue imposible pegar las pestañas.
Pasado algún tiempo Celeste tomó su móvil, eran las dos de la mañana, le envió un mensaje a Kathe diciendole que había ido a su casa y no encontró ni rastros de ella, con la luz que emitía pudo darse cuenta que aquellos ojos tan verdes como las esmeraldas la observaban a través de la oscuridad y la tenue luz de la pantalla.
- ¿Quieres hablar?-cuestionó Celeste.
- Prometo explicarlo, Celi.-dijo él regalandole una sonrisa.
- Está bien.
- Creo que debería irme, nos vemos mañana.-dicho eso besó su frente y salió de allí.
Celeste, agotada, prefirió dormir en lugar de pensar.

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Lo sé, 3 meses sin actualizar, soy una mala autora. Sinceramente no actualizaba porque me daba flojera:v
Pero ya estoy aquí, espero que les haya gustado el capítulo, fue algo raro, lo sé.
Perdonen si hay muchos errores de ortografía, actualicé desde el celular.
Aprovecho para darle las gracias a todos por el apoyo que le dan a la historia, he estado pensando en cancelarla pero llega un "Tal persona agregó tu historia a su lista de lectura de ☆♡☆♡☆♡" o "♡☆♡☆♡☆ te sigue" (no quería inventar nombres y les presumo mis "emojis":v). Gracias♡.

El Chico MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora