Capitulo 13

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  Al día siguiente no tenia clase por lo despertó a las 10:00 a.m. Al salir de su habitación encontró una nota en la barra de la cocina.

 "Lo siento, Celeste. Tengo que salir para resolver unas cosas, nos vemos el Jueves, cuidate."

— Genial—dijo Celeste en voz alta.

— ¿Qué es genial?—contesto una voz a sus espaldas. 

 Celeste se giro esperando que esa voz proviniera de William, aún cuando sabía con seguridad que esa no era ni una pizca parecida a su voz. 

—Hola, guapa—dijo Albert cuando Celeste se volteo por completo.

— Hola, Albert.

— ¿Me extrañaste?

— Si—respondió, aunque sonaba más a pregunta que a afirmación. 

— ¿Por qué esa cara? ¿Estas bien? 

— Se podría decir.

— ¿Pasa algo? 

— Mi madre me abandono. 

— Eso suena muy fuerte, tampoco exageres.  

— ¿Exagerar?—Celeste tomo la nota y se la dio a Albert.

— Wow—dijo al terminar de leerla—. ¿Tuvieron algún pro...?—el sonido de la puerta lo interrumpió.

— Espera.

 Celeste se cruzo de brazos y camino hacia la puerta. Al llegara ella abrió sin mirar o preguntar quien era, abrió la puerta si más. Alguien la sujeto antes de que le diera tiempo de reaccionar, le dio la vuelta haciendo que quedara de espalda a dicha persona, la cual le cubrió la boca.

— La próxima vez debes de ver quien es.—dijo una voz masculina, el sujeto le dio un beso en el cuello— No puedo evitar ser cariñoso, lo siento—susurro en su oído, retiro su mano de la boca de Celeste.

— ¡Eres idiota!

— Shh... Celi, no seas mal hablada—dijo a modo de burla para terminar riendo. 

— Casi me matas de un paro cardíaco.

— Lo siento... Te lo compensare, ¿qué quieres que haga? 

— No lo se.— dijo aún un poco molesta.

— ¡Ya se! ¿Y si dejo que me azotes?—sonrió pícaro.

— ¡Ya te dije que no quiero azotarte! 

— A mi no me engañas— susurro en su oído— se que quiere esto— tomo las manos de Celeste y comenzó a llevarlas hacia atrás, hacía su trasero.  

— ¡No!—dijo retirando las manos antes de llegar a tocarlo y le dio la espalda cruzándose de brazos.

— Tranquila, Celi.—dijo el riendo— Me gustan tus mejillas.—dijo mientras la tomaba de la cadera y le daba la vuelta, Celeste se había ruborizado y el comentario de William solo hizo que la tonalidad de sus mejillas subiera.

— Te dije que dejaras de ser así.

— Lo siento, estoy de buenas.

— Pues yo no.

— Se nota—dijo William riendo. 

— Deja ¿si? 

— ¿Qué te pondría de buenas?   

— No se... Y no quiero azotarte—dijo Celeste con notable molestia en su voz, William rió. 

— Lo se, ya me quedo claro.

 Ambos rieron, después de que las carcajadas cesaran se quedaron viendo, justo a los ojos durante un buen rato.   

— ¿Y si vamos por un helado?—sugirió William.

— No me molestaría...—dijo dando un paso hacia William.

— Bien.—dijo, acercándose al igual que ella.   

 William bajo un poco la cabeza para quedar a la misma altura. Estaban cerca, tanto que sus narices rozaban y respiraban el mismo aire. 

— Oye, Celeste ¿quién es?... Lamento interrumpir—dijo Albert después de ver la escena.

 Celeste y William se separaron rápidamente, Celeste avergonzada y William molesto.

— Albert, el es William mi...

— Amigo, pero futuro novio—dijo William interrumpiendo a Celeste.

— Es un gusto William. Yo soy Albert, fui novio de Celeste pero terminamos cuando ella se mudo acá, lo dejamos por eso de la distancia—dijo él, William solo arqueo una ceja en dirección a Celeste en respuesta a aquel comentario. 

— No fue así—dijo ella.— No fuimos novios.

— Estábamos en eso—intento aclarar Albert algo fastidiado.

— Bueno, pues ahora yo estoy en ello—dijo William dedicándole una sonrisa a Celeste, pero no cualquiera,le dedico una de esas sonrisas tan características de él , una sonrisa burlona con un toque de maldad y picaridad, aunque con algo de dulzura en ella. Lo que hizo que Celeste se sonrojara.     

— Te deseo suerte, porque nunca dije que me rendiría.—dijo Albert.   

— Celi, sera mejor que me vaya—dijo William molesto—. No quiero causar problemas.

— Si, pero...

— Lo dejamos para después—le dijo con dulzura—. Tienes un invitado y sera mejor que no moleste.

— Bien, ¿Nos vemos mañana? 

— Claro.—dijo sonriendo— Nos vemos, pequeña—dicho esto beso la frente de Celeste y acto seguido salio del departamento sin despedirse de Albert.

— Vaya.—dijo Albert— Que pesado.

— Bueno... ¿a qué venias?—dijo Celeste volviendo a su mal humor, como si William se hubiera llevado toda su alegría al cruzar la puerta.   

— Oye, tranquila, no era mi intención arruinar el momento.

 Celeste no respondió, solo se quedo pensando, no podía molestarse con Albert, ya que gracias a su pequeña "pelea" descubrió que William si quería llegar al "siguiente paso".

— Sera mejor que vuelva después, es muy temprano y aún no haz desayunado

— Bien, te veo después—dijo sonriente.

 Albert salio del departamento, Celeste cerro la puerta con cerrojo, teniendo la esperanza de no tener más visitas inesperadas. 

El Chico MisteriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora