Zampaktou e Inner

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Zampaktou e Inner



Sakura abrió los ojos y Rukia se encontraba al frente a ella a una distancia considerable, estaba agitada, habían pasado dos horas desde que se sentó a meditar y apenas era medio día.



-Sakura-san te encuentras bien?- preguntó Rukia al verla agitada.



-Si, no te preocupes- con una gran sonrisa.



-Vamos a comer, ¿te parece bien? Nii-sama está esperándonos-



-Claro!-. Se levantó y se dirigieron hacia el comedor, la mansión era gigante por lo cual era muy fácil de perderse.



La comida pasó muy silenciosa, Sakura no se animó a decír palabra ya que observó que a pesar de que Rukia no es callada se cohibía frente a Byakuya.



-Sakura, en media hora llegarán por tí para llevarte a tu mansión.- habló Byakuya.



-Hai, yo pensé que me quedaría aquí-.



-Será para que tengas una plática con los ancianos- dijo sin inmutarse aunque le inquietaba un poco, ya que sabía sobre que trataría-no es nada de lo que te tengas que preocupar Sakura- dijo para darle ánimos.



-Gracias Byakuya-kun- extrañamente no le molestó tanto cómo sonó su nombre de esa manera.



Rukia no pasó por alto cómo se refirió a su hermano y que éste no se molestara y le pareció curioso.



Terminaron de comer y Sákura se retiró a su habitación.



Estaba un poco nerviosa ya que a todo lo que se estaba enfrentando era nuevo.



Ella estaba acostumbrada a trabajar en el Hospital de Konoha, la clinica que dirigía y a hacer rara vez misiones, era de los pocos amigos que habían logrado ascender a Jounin.



Extrañaba a sus amigos, a Ino, a Naruto, a Hinata y la pequeña Hanabi. No pudo evitar pensar en Sasuke, ese hombre que se había metido en su mente y corazón desde que eran niños.



Sacó su fotografía del equipo 7 y unas lágrimas salieron rebeldes resbalando por sus mejillas hasta sus piernas.



Ella lo esperó y cuando pensó que ya había regresado se volvió a ír sin nisiquiera saludarla.



Por un lado estaba el deseo de seguirlo esperando y por otro la desición de que ella ya no era la misma niña débil.



Recordó lo sucedido mientras meditaba.



Flash back.



Se encontraba en Konoha, y para ser exactos en el campo de entrenamiento 7 donde solía pasar el tiempo entrenando, aunque se veía un poco distinto, y ahí estaban dos personas.



Una chica muy parecida a Sákura pero con rasgos un poco mas toscos y el cabello blanco. -¡Inner!- gritó abrazándola.



-¡Saku! ¡Qué bueno que estas aquí! ¡Mira al salvaje que me cedó!-



Volteó y vió a un chico de cabello azabache y plateado como si fueran luces, unos ojos negros y penetrantes con unas pestañas largas.



Tenía la piel muy blanca, "casi como Sai" pensó Sakura, pero con una sonrisa amplia y amable.



-Hola Sakura, un gusto conocerte-



-Ammm... hola- contestó ella.



-¿Es todo lo que le dirás?, es un salvaje que me mantuvo quietaaa! ¡Es demasiado lindo, si pero no es justo! Solo por que le quise dar un beso, ¡es tal como nos gusta Saku-chan!- esto lo dijo Inner ya que tenía un ligero parecido a Sasuke.



-¿Quién eres tu?- dijo Sakura con voz muy seria- ¿y qué haces aquí?.



-Sabes qué soy, aunque no conoces mi nombre, si quieres hacerlo tendrás que volverte más fuerte y obtener tu verdadero poder para estar completa- dijo sin miramientos dejando un poco confundida a Sakura e Inner, esta última con ganas de ir encima de él.



-¿Pero qué dices? Bueno, eres mi Zanpaktou pero no puedo saber tu nombre supongo... y te refieres a que ¿tengo que normalizar mis canales de chakra y reiatsu?-



-En parte estas en lo correcto, pero ¿no te haz dado cuenta que ya los normalizaste verdad?-



En ese momento Sakura puso atención y efectivamente ya todo marchaba mejor, sólo le quedaba acostumbrarse y aprender a utilizar bien su reiatsu.



En ese momento despertó.



Fin Flash back



Mi Destino Jamás ImaginadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora