Capítulo 15

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Tras dar mi declaración mis nuevos padres adoptivos y yo hemos pasado un par de días hablando sobre nuestros gustos, aficiones, nuestros mejores recuerdos o momentos... Pero cada vez que me quedaba a solas con Elionor ella sabía que me sentía profundamente dolida por culpa de un estúpido boxeador y trataba de distraerme con algún juego, enseñándome fotos de mi nuevo cuarto, prometiéndome una salida de chicas, ir de compras o bien dejándome su ordenador para ver alguna película...

Debo admitir que me quedé impresionada al ver mi habitación y estuvimos hablando sobre redecorarla, pintar las paredes, algunos muebles e incluso de comprar todo el mobiliario nuevo, incluyendo el de la terraza, incluso Beth que ha venido para hacerme compañía se quedó impresionada.

Pero sin darse cuenta, en los momentos en que nos quedábamos Beth y yo solas, dirigía parte de nuestras conversaciones a lo ocurrido con Jaguar y me hacía sentir nuevamente engañada y estúpida. Cuando mencionó su nombre le grité y a pesar que me duele en el alma haberle gritado no me arrepiento:

"- Basta Elizabeth -la corto con voz dura y elevando el tono- no quiero volver a oír su nombre, estoy harta de que hables de él cada dos por tres, ya no sé si lo haces inconscientemente o para hacerme sentir peor aún. ¿No te das cuenta de que estoy aquí porque me pegaron una paliza? ¿No crees que sea suficiente con eso como para que me recuerdes continuamente que tengo más cuernos que el padre de Bambi? Te quiero Elizabeth, pero para hablar de mi ex prefiero que no me vengas a visitar más.

- Lo siento Kat, no me he dado cuenta de que lo hacía -me dice con pesar-por favor perdóname."

A pesar de esa discusión Christian sigue estando presente en mis pensamientos. No se lo he dicho a nadie, pero todos lo saben. No ha venido a verme en ningún momento y debo admitir que eso me duele profundamente ya que me confirma las sospechas que tenía sobre que solamente he sido un juguete para él.

Tras mi última visita a las 22:30 todos abandonan mi cuarto por órdenes del médico. Cuando despierto cojo mi teléfono y veo que son las 4:48 de la madrugada pero a pesar de ser temprano no tengo sueño. Miro por la ventana por la cual entra la luz de la luna. Los enfermeros tuvieron el detalle de permitirme dejar la persiana subida. Enamorada del astro me quedo viendo el pequeño trozo de cielo que me deja ver la pequeña ventana.

Sin previo aviso, en la otra punta de la habitación se abre una puerta y de ella sale Christian. Me quedo estática, asustada pensando quehacer. En el momento en que sus ojos se cruzan con los míos la fotografía de su infidelidad me viene a la mente. Veo una pequeña sonrisa en sus labios. Aparto la mirada y giro mi cabeza hacia la derecha. Oigo sus pasos acercándose.

- Estás despierta -dice. ¿No me digas? ¿Eso es lo mejor que se te ocurre decir? grita una voz en mi cabeza.- La última vez que vine a verte dormías plácidamente sobre esa camilla. -el silencio reina en la sala. Yo sigo mirando por la ventana y noto como él me mira a mi.- Di algo -me pide, yo aprieto los puños- Sé que te enviaron una foto al móvil. Mía con una mujer en la cama. -No llores Katherine, se fuerte me digo a mi misma cuando noto que me empiezan a picar los ojos- No te diré que esa foto es un montaje, porque es real. Me acosté con esa mujer -al oír esas palabras noto como estalla algo dentro de mí.

- Vete-le gruño.

- Katherine déjame...

- He dicho que te largues -le grito furiosa. Oigo los pitidos de la máquina cómo se aceleran pero no me importa. Le miro directamente a los ojos sin miedo o vergüenza por una vez. Mi mirada es de odio puro. Veo en sus ojos un atisbo de miedo y confusión.

- Katherine...

- ¡Largo!-le grito con fuerza. Mi respiración se acelera al mismo tiempo que lo hace mi pulso- ¡Nunca debí haber ido a ningún combate de los tuyos! -soy consciente por su expresión que mis palabras son como dardos envenenados.

- ¿Te arrepientes de haberme conocido? -susurra él.

- Profundamente-le gruño.

- Bien-dice alejándose de la cama. Veo como recorre el camino hacia la puerta y la abre- Eres como todas al fin y al cabo.

- ¡¿Qué has dicho?! -grito incorporándome, notando un fuerte dolor en mi torso.

- Que eres igual a las putas que llevo follándome toda mi puta existencia-me grita. Me levanto de la cama para ir a pegarle- Ni siquiera me dejas explicarme das por sentado tu versión.

- ¿Y cuál es la otra versión, eh? -digo ya de pie ignorando el dolor. Él cierra la puerta con fuerza y se acerca a mí rápido.

- La fotografía la tomé yo mismo hace por lo menos un año para tener con qué alejarla de mí -me dice rápido. Los pitidos de las máquinas empiezan a descender. Lo miro confusa.

- ¿Qué?-susurro confusa.

- Tras follármela descubrí que era bipolar y que había dejado de tomar la medicación por lo cual desembocó la enfermedad en un episodio maníaco del cual yo fui el centro de atención.-me dice cabreado con voz dura- No me dejaba tranquilo así que ideé el plan de follármela y grabarlo sin que ella lo supiese para chantajearla con que me dejase en paz y yo a cambio no le mostraría el vídeo ni las capturas que hice de este a su marido. -mi mente trata de procesar la información. Cada vez que me desarma no noto solamente como me abandona la ira sino como regresa el dolor. Me giro para ocultar mi rostro. ¿Cómo sé que no miente? ¿Cómo puedo creerlo ciegamente? Me pregunto a mí misma.- Tengo el vídeo completo, puedes vértelo entero o sólo el final, el trato de guardar silencio a cambio de tranquilidad está también en el vídeo.

Esa es la prueba, no me ha engañado me digo a mi misma sonriendo. Sin embargo unas lágrimas desbordan la comisura de mis ojos. El dolor sigue incrementando. Me apoyo en la cama con una mano y dirijo la otra a mis costillas. Me siento estúpida, engañada y asustada. Jaguar no me perdonará fácilmente haberle gritado y ahora no me encuentro en posición acostarme con él para reducir su enfado.

Oigo unas voces en el pasillo, son las voces de mis padres. No aguanto más y caigo de rodillas al suelo.

- No...No... No... -susurro llorando asustada, con la voz rota y encogiéndome atrayendo mi cabeza a las rodillas con los brazos- No por favor... -noto como unas manos amables cogen de las manos y me obligan a liberar mi cabeza. Levanto la cabeza unos pocos centímetros y noto como con cuidado Christian me levanta en brazos como a una princesa y me estira en la cama. Tras taparme lleva sus ojos al reencuentro con los míos y me seca con mimo las lágrimas.

- Cierra los ojos y piensa en algo que te traiga buenos recuerdos. -me dice con voz suave. Automáticamente asiento y me giro todo mi cuerpo hacia la ventana y trato de encogerme pero Christian me lo impide-Quédate estirada boca arriba y no te encojas. No puedes hacerlo en tu estado.

- ¿E-en mi estado? -pregunto confusa, aún asustada.

- Tienes cuatro costillas esquebrajadas y tres rotas. Y tranquila, no estás embarazada. Los médicos se han asegurado de que eso no pase -me susurra acariciándome la mejilla dulcemente- Cierra los ojos y trata de calmarte. Todo va a salir bien.

Hago lo que me ordena cierro los ojos. Mi respiración se acelera al oír que las voces aumentan de volumen pero trato de calmarme inspirando y expirando. De pronto las voces desaparecen. Instintivamente abro los ojos y sólo veo a Christian al lado de mi cama.

- Te había dicho que todo saldría bien -me dice. Yo asiento. Alarga la mano y me coge la mía para dejar alguna cosa en ella.- Cuídate -me dice tras besarme el cuero cabelludo. Me lo quedo mirando confundida y veo cómo sale de la habitación. Me quedo mirando mi mano y veo un pen drive. Cojo el ordenador de Elionor y conecto el lápiz de memoria. Al abrirlo veo un solo archivo de vídeo.

Lo abro y nada más ver de qué se trata voy al final y veo los últimos 5 minutos. Justo cuando termino de ver el vídeo Elionor entra por la puerta.

- No me ha engañado -le digo. Ella asiente y me dedica una sonrisa triste. Noto un dolor agudo en el pecho a la vez que recuerdo sus palabras: Cuídate. Me quedo mirando a Elionor- ¿Se va? -pregunto con un hilo de voz.   

El Jaguar de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora