El Jaguar de mi vida

Capítulo 8

Me dirijo acompañada por Elizabeth al vestuario de Jaguar. Veo que la puerta está abierta y que entra alguien con un botiquín de primeros auxilios. Me doy prisa y entro en el vestidor.

- Katherine -me llama Jaguar, siento como mi corazón se acelera.

- Hola -digo en un susurro.

- Entrad, supongo que tu amiga está ahí también. -sigo sus órdenes y entro un poco más, quedándome no muy lejos de la puerta. Veo como Matthew lleva una aguja e hilo en la mano- Sabe lo que hace, no es la primera vez que me cose y hasta la fecha no me ha quedado ninguna cicatriz.

- Tranquila que te lo dejaré perfecto -me dice Matthew burlón.

- Jamás dejaría que tú me cosieses nada -le digo en voz alta mis pensamientos.

Todos se ríen ante mi comentario. Cuando termina con Jaguar, Matthew se lleva a Elizabeth con él tras darnos las "buenas noches".

- Estás nerviosa -me dice- lo veo en cada célula de tu cuerpo -yo me limito a asentir- esta vez has guardado lo que te he tirado -dice acercándose. Me coge del pelo y me lo estira hacia atrás para besarme con mucha ferocidad- no sé si podré aguantarme a llegar a casa -dice más para él mismo que para mí.

- Por favor -le suplico.

- Me voy a duchar, no te muevas de aquí -cinco minutos más tarde sale del baño con una toalla alrededor de la cintura. Me pilla observándolo y se quita la toalla. Yo abro los ojos como platos y desvío la mirada hacia otra parte- Esto -dice acercándose a mí y obligándome a mirarle su pene- va a estar dentro de ti toda la noche -miro su pene erecto que me señala, mi respiración se acelera y soy consciente de que tengo la boca abierta, sorprendida por la enormidad de su miembro, tanto de longitud como de anchura.

- ¿Cómo me va a caber todo eso? -pregunto asustada.

- Nunca has visto nada igual, ¿eh? -me dice burlón. Me levanta el mentón para verme la cara- no te preocupes, te amoldarás a mi tamaño -inspiro por la boca asintiendo. Me muerdo el labio desviando la mirada a un lado- Si sigues mordiéndote el labio te voy a follar aquí mismo y tú quieres que te lo haga en mi casa -me lo quedo mirando sorprendida con la boca entreabierta- Antes hemos dejado las cosas a medias. Te he comido el coño y quiero que tú me comas la polla, si no lo haces aquí, lo harás en mi casa. Tú eliges -me dice con una sonrisa- ¿qué va a ser? -dice sentándose en el banco que hay en medio del vestuario. Inspiro fuertemente y me arrodillo, cojo su miembro con la mano y empiezo a masturbarlo- Quiero una mamada, no una paja -me dice él.

- Lo siento yo, yo no sé qué hacer ni como -le digo en un susurro. Tengo ganas de llorar.

- Veamos así. -se levanta y me coge del brazo para que haga lo mismo. Empieza a besarme y a medida que la temperatura sube entre nosotros, va bajando sus besos hacia mi intimidad- Haz esto conmigo -hago lo que me ordena y empiezo a besarle el cuello- no tengas vergüenza -dice acercándome a él. Intento imitar los besos que me da él en el cuello- Dios Cachorrita... -dice él.

- Lo siento -digo en un susurro separándome de él. Él me coge de la nuca y me acerca a su cuello.

- Sigue haciendo lo que estabas haciendo -me lo quedo mirando- Dios Cachorrita, estoy muy caliente, sigue si no quieres que te folle ahora mismo -yo asiento y continúo, él empieza a besarme también a medida que se tumba en el banco y a mí me tumba sobre él. Empiezo a descender mis besos a su pecho desnudo aún mojado. Oigo como gime y eso me da coraje para bajar a sus asombrosos abdominales y lamérselos. Subo con mi lengua hasta su pecho y vuelvo a bajar dejando besos sobre el recorrido de mi lengua- dios Cachorrita -dice en un gemido. Bajo y me encuentro con su pene duro, recuerdo lo que me ha dicho antes y abro la boca introduciéndome su miembro. Me cubro los dientes con los labios y empiezo a chupar- Dios nena, joder -dice en un gruñido sexy. Empiezo a mover mi cabeza arriba y abajo, liberando su miembro algunas veces para lamerlo, me excito y repito la acción, sus gemidos no hacen más que darme valor para continuar.