Capítulo Uno

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Narra:____

— ZENDA, ZENDA despierta ya, es hora de ir a la escuela —escuche gritar a mi madre

—mamá, otro cinco minutos, por favor —dije bostezando

— No, no, no, nada de cinco minutos, ya es hora, te espero abajo.

Ya se acabaron las vacaciones, de vuelta a la escuela, no admiro nada madrugar, me aliste lo más rápido posible, bajé, desayune y me fui rápidamente a la escuela.

— Al fin llegue — exclamé
— Pero mira quien está Aquí —escuché decir a una chica, cuando volteo era Briseida

No la soportaba, siempre me trataba mal ella arruinaba mis días, pero yo nunca le dije nada, no soy una chica conflictiva ni me gusta criticar a los demás de todos modos si le decía algo me iba a tratar más mal de lo normal y eso era lo que no quería. Me fui a mi salón, entre y ahí empezó mi día a día, sacando buenas notas, mis padres orgullosos de mí, y yo, enamorada, enamorada del chico más popular de la escuela, él es Michael el chico más popular de la escuela, creo que me estaba haciendo ilusiones "ridículas" de que estaría con él, él estaba enamorado de otra chica, obviamente de Briseida, y lo último que quiero es que ella sepa que me gusta su chico, porque o sino me molestaría más de lo que lo hace y no quiero que me siga poniendo en ridículo en frente de todos y menos en frente de él, aunque me debería dar igual, soy invisible para los chicos y para todo, a nadie le gustaría andar conmigo, ni amigas tengo, no creo que a nadie le guste tener mi amistad. Lo mejor sería concentrarme en mis estudios, en lo único que soy buena. Al salir del colegio vi a Briseida dándose un beso con Michael, casi me da algo, Salí corriendo triste, sin que nadie se diera cuenta.

Por fin se acabó el día, hoy es el turno de ir donde mi papá, desde que mis padres se divorciaron me toca andar de un lado a otro, hoy es el turno de ir donde mi papá. Llegue a la casa con una mirada muy fría, me sentía muy mal desde que vi a Michael besarse con Briseida.

— ¿Te sientes bien? —escuché decir a mi papá

—Si, si me siente excelentemente bien —le dije con el corazón partido en pedazos

Prefería que mi papá no supiera, quería quedarme en silencio, sin que nada ni nadie supiera que me estaba muriendo por dentro, esto es tan difícil, tragarme el dolor, llorar de la forma que más duele, sin lágrimas, y con el alma. En este momento estaba deseando una amiga que me aconsejara que hiciera.

— Yo sé que te pasa algo Zenda, dímelo confía en mí —Dijo mi padre

— No, deberás que estoy bien, no me pasa nada Papá

Me retiré a mi cuarto a escribir amo escribir, es la mejor forma de expresarme, aunque estos escritos los guardaba solo para mí, son muy personales, no quería que nadie los leyera.

—Oye Zenda, ya está la comida, ven a comer! —Exclamo mi padre luego de un largo tiempo de haber estado escribiendo

— ¡Ya voy! —exclamé

En realidad no tenía nada de hambre, me sentía tan mal que ni hambre tenía pero me tocaba ir a comer solo para disimular.

— ¿Qué tal tu día? —Dijo mi padre

— Perfecto padre, ¿y el tuyo? como te fue en el trabajo hoy? —dije mientras cortaba un pedazo de carne

— Pues que te digo Zenda, un poco cansado, hoy me toco duro, hubo una reunión de trabajo y me costó ehh... —dijo mi padre haciendo u a mueca

En realidad no me interesaba nada en este momento solo quería acostarme a descansar, ya mañana era otro día de "sufrimiento" por así llamarlo.

—Bueno padre, creo que ya me voy a dormir, estoy muy cansada, hasta mañana — Le dije a mi padre luego de haber terminado mi comida

— Hasta mañana, Zenda —se despidió dándome un beso en la frente

~Nat

La chica del blogDonde viven las historias. Descúbrelo ahora