East Of Heaven ~ Larry Stylinson

Capítulo 36

Hola chicaaas :D Como les prometí, hoy es mi cumpleaños así que aquí está el nuevo capítulo ;)

-Harry –susurró una dulce voz por detrás de mí-. Hazza… Cariño, despierta, debo irme a casa.

Los cinco primeros segundos me los pasé removiéndome encima del sofá felizmente, pero en el momento que las últimas cuatro palabras salieron por los labios de mi novio abrí los ojos de golpe, encontrándome con la cara del castaño a pocos centímetros de la mía.

-Por fin despierta –musitó Ed por detrás con sus brazos cruzados sobre el pecho-. Pensé que había muerto… qué lástima.

Levanté la cabeza hacia el pelirrojo y tanto Louis como yo lo fulminamos con la mirada.

-Mira que llegas a ser desagradable –criticó su primo negando con la cabeza con gesto de desaprobación.

-Respétame o te echo de mi casa de una patada, ¿eh?

-¡Pero si me voy ahora!

-¡No! –Levanté los brazos y los enrollé en el cuello de mi novio-. No te vayas.

Louis soltó una risita divertida en cuanto le demostré mi grandiosa capacidad de imitar a un koala y agarrarme al cuello de la gente como si me fuera la vida en ello.

-Debo irme, amor –me besó la mejilla y se alejó de mí, quedándose al lado de su primo.

Me incorporé en el sofá quedándome sentado en una punta, observándolos indignado.

-Pero yo no quiero que te vayas, Lou. Llevamos mucho tiempo sin hablar…

Ed rodó los ojos soltando así un suspiro melodramático y se encaminó hacia cualquier otra parte de la casa donde no pudiera ver nuestra siguiente escenita de despedida.

Miré a mi novio con gesto apenado y él me correspondió mientras soltaba un suspiro.

Tras unos segundos de silencio me levanté rápidamente y corrí hacia él, haciendo chocar nuestros cuerpos en un abrazo realmente ansiado.

-Te quiero –musité en su cuello-. Te quiero mucho. Siento ser tan idiota, de verdad, debí creerte a ti desde el primer momento. No quiero que te vayas, te necesito… necesito ayuda.

-No estás tan loco como para pedir ayuda, Hazz –rió por lo bajo haciéndome reír a mí también-. Pero si quieres, cuando regrese te pagaré un psicólogo.

-Tonto, Louis –le regalé un beso en el cuello y él me lo devolvió en la frente-. De verdad, necesito que me ayudes con esto…

Me acaricié la muñeca izquierda con cuidado y él bajó la mirada, comprendiendo ahora de lo que estaba hablando.

Entrelazó su mano con la mía cuidadosamente y la alzó con lentitud hasta la altura de sus labios. Lo miré de hito en hito observando cada movimiento que el chico hacía.

Sus ojos zafiro se clavaron en mis cicatrices, incomodándome. De repente se acercó mi brazo a sus labios y besó aquellas marcas blanquecinas.

Rozó cada una de mis cicatrices con dulzura haciendo que mis pulsaciones tomaran un ritmo más rápido.

-La vida es una mierda, Harry –se separó de mi brazo y yo lo pasé lentamente por su cuello-. Todos los que están ahí fuera son unos idiotas, unos estúpidos ignorantes que no comprenden que la sociedad no está basada tan solo en sus opiniones o su punto de vista, sino que gente como tú también forma parte del mundo.