East Of Heaven ~ Larry Stylinson

Capítulo 11

Hola amores ♥
Oh dios, ¡nunca pensé que llegaría tan rápido a las 120 leídas! Muchísimas gracias por todos los comentarios y votos, sois tan tiernas *-*
Como prometí, aquí tenéis un nuevo capítulo, espero que os guste ♥

-Más te vale que todo quede reluciente, Tomlinson –dijo con un dedo índice señalándole amenazante.

-Quedará mejor de lo que ya estaba, mamá  –sonrió angelicalmente.

La mujer suspiró, echando un último vistazo a aquél desastre para luego suspirar frustradamente y marcharse de la cocina, murmurando cosas para sí misma mientras gesticulaba con los brazos abiertos.

-Louis, ¿puedes ayudarme? –Le llamé- No encuentro mi ropa.

Levanté las sábanas de mi cama con la esperanza de encontrar algo digno que ponerme. Mis manos volaron hasta mi mochila, abriendo la cremallera desesperadamente.

-Espera ricitos, acabo de salir de la ducha –me habló desde el baño.

Me incorporé de nuevo, echando mis rizos enharinados hacia atrás con un gesto ágil. Caminé por la habitación mordiéndome los labios, ahora mirando por encima de la cama de Lou para ver si encontraba algo.

¿Dónde se habían metido mis prendas? No podían haber desaparecido así como así, y era básicamente imposible que le hubieran crecido patitas y se hubieran ido andando. Aunque la idea me hizo gracia. Sonreí por un momento.

-¡Lou! –solté un quejido infantil.

-¡No puedo salir ahora, espera a que me ponga los calzoncillos!

Suspiré, apoyando las manos en mi cintura y mirando con frustración alrededor de la sala. Escuché la puerta del baño abrirse, unos pasos acercarse para luego encontrarme a Louis en ropa interior, dejando ver su cuerpo bronceado y musculado, con el pecho lleno de pequeñas gotitas de agua que caían de su cabello que era revuelto por una toalla que el chico sostenía en sus manos, siendo agitada enérgicamente.

-Ya estoy aquí, tranquilo –anunció.

Se paseó por la habitación caminando hacia mí, ahora quitándose la toalla blanca de su cabeza y dejándola reposar alrededor de su cuello.

-B-bien –murmuré.

Posó una de sus manos en mi cintura y me robó un beso en la mejilla, sus húmedos cabellos rozando mi oreja, provocándome un escalofrío.

Seguía sin poder creer lo normal que actuaba Louis a mí alrededor, cuando me rodeaba entre sus brazos o me provocaba para que le besara. Parecía que tenía años de experiencia con esto y que yo era el que  acababa de descubrir que era gay, y no al revés.

-¿Qué querías?

-¿Sabes dónde está mi ropa?

-Claro –sonrió de camino a su armario-. Yo mismo la puse a lavar.

Alcé las cejas por pura sorpresa e incredulidad. ¿Louis era tonto?

-¿Y con qué quieres que me vista yo hoy? –inquirí algo preocupado.

Se giró sobre sus pies para mirarme extrañado, poniendo una mueca graciosa en su bello rostro.

-Harry, amor –me habló lentamente con un tono dulce pero infantil- ¿qué ves delante de ti?

-A un chico guapo –no dudé en responder.

Soltó una pequeña risita negando con la cabeza, para luego seguir hablando.