East Of Heaven ~ Larry Stylinson

Capítulo 2

Mi hermana se había marchado ya hacía una media hora o así a comprar algo de ropa con sus amigas, antes de que mamá volviera por la noche. Yo, como cada día, me pasé la tarde encerrado en mi habitación.
Eché mi mochila con rabia y pesadez en la cama y acto seguido me senté al lado de esta, soltando un suspiro.

-Asco de vida -gruñí.

Cogí el ordenador portátil, que lo había dejado encima de la almohada aquella mañana, y lo encendí, poniéndolo sobre mi regazo. Últimamente me había estado "viciando", si se puede decir así, a los videojuegos con chat, en los que podías hablar con los demás jugadores mientras jugabas. Ya que no tenía amigos en la vida real, ¿qué había de malo en intentar tener amigos en la red?

Después de media hora de juego, comencé a sentir un dolor terrible en el estómago, así que salí corriendo hacia el cuarto de baño. Estúpidas alitas de pollo picante.

Al volver a mi habitación y coger el portátil de nuevo, me percaté de una pequeña luz azul en la esquina inferiror derecha de la pantalla, tenía un mensaje nuevo. Pasé el ratón por encima y lo abrí.

"6:51pm, louist91: hola :) xx"

 Tecleé rápidamente una respuesta.

"6:53pm, harry_styles: hola ¿qué tal? :D x"

Obtuve otro mensaje de inmediato.

"6:53pm, louist91: bien, ¿y tú? ¿Como te llamas?"

No parecía un chico muy listo, solo necesitaba mirar mi nombre de cuenta.

"6:54pm, harry_styles: ¿No lo ves? Me llamo Harry hahaha"
"6:54pm, louist91: encantado de conocerte, Harry Hahaha, yo me llamo Louis. Louis a secas."

Me reí por lo bajo y me acomodé en la cama, apoyando la espalda en el cabezal.

"6:55pm, harry_styles: lo mismo digo Louis A Secas"
"6:55pm, louist91: vale, vale hahaha. ¿De dónde eres Harry?"
"6:55pm, harry_styles: ¿Debería decirtelo?"
"6:56pm, louist91: ¿Quien te crees que soy, un acosador? ahaha"

Se me hizo un nudo en la garganta al leer eso. Se lo pensó un rato antes de responder.

"6:58pm, harry_styles: no lo sé."

Pero no obtuve respuesta por su parte.
Me di cuenta de que ahora tenía los ojos llorosos, así que decidí levantarme e ir hacia la cocina a tomar un vaso de agua. Salí de mi habitación, bajando las escaleras con mis piernas doloridas de tanto correr, llegué a la cocina y abrí la nevera, cogiendo una botella. Vertí un poco en un vaso y lo sostuve en mi mano notando como comenzaba a empañarse al cálido contacto de mi piel. Me apoyé en la pared mientras lo bebí lentamente.
Escuché la cerradura de la puerta de entrada moverse y el chirrido viejo de aquél gran trozo de madera abrirse para dejar paso a alguien.

-¿Gemma? -me incliné un poco aunque no pude ver a nadie desde la cocina.

Me terminé lo que quedaba de agua de un solo trago, que hizo que me entrara dolor de cabeza al estar a tan baja temperatura. Dejé el vaso en el fregadero y me dirigí hacia la entrada.

-Hola Hazz -me saludó mi madre, quitándose su chaqueta.

-¿Mamá? Pensaba que vendrías más tarde -me extrañé.

-Yo también, pero se ve que han habido cambios de horario -suspiró rodando los ojos- Juro que este trabajo me lleva muerta.

-Trabajas demasiado -me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla- Deberías tomarte unas vacaciones.

-Si fuera así de fácil ya lo habría hecho -se rió divertida hacia mi comentario pero su expresión cambió al mirarme a los ojos- ¿Estás bien?

Fruncí el ceño preguntándome a qué se referiría.

-Sí, ¿por?

-Tienes mala cara -observó poniéndome una mano en la frente- Estás algo caliente, ¿De verdad estás bien? ¿Te ocurre algo? Estás pálido.

-Bueno, antes he vomitado algo, creo que no me han sentado bien las alitas de pollo del mediodía -me encogí de hombros restándole importáncia y mi madre suspiró con alivio.

-Me parece que eres tú el que necesita unas vacaciones, Hazz -comenzó a caminar hacia el salón.

Ojalá.

-Ya, bueno -no se me ocurrió qué responder así que decidí cambiar de tema- ¿Puedo preparar yo la cena?

Me miró sorprendida, antes de que pudiera negármelo comencé a atacarle con verdades.

-Hace mucho que no te tomas una tarde libre, mamá -hice que se sentara al sofá y me senté a su lado-. No descansas lo que deberías, además, Gemma ha salido con amigas y puede que llegue tarde y cansada. Quiero cocinar mamá.

Dudó por un rato así que saqué el último as de mi manga.

-Porque te quiero -rematé.

Tocado y hundido.

-Eres un amor Harry -me sonrió y me pasó la mano por la frente, retirándome algunos rizos de ella-. De acuerdo, pero no me destroces la cocina, ¿sí?

Sonreí con satisfacción y me levanté del sofá, alegre.