Capítulo 10

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Escuché unas sábanas moverse y luego unos pies descalzos aterrizar en el frío piso, seguido de unos pasos lentos que se alejaron cada vez más. Poco después, pude escuchar la puerta abrirse.

Me removí entre las sábanas impregnadas en el dulce aroma de Louis, soltando un murmullo parecido al ronroneo de un gato cuando le acaricias el lomo. Entreabrí los ojos lentamente, tratando de adaptarme a la oscuridad de la sala, cuando pude divisar un tenue rayo de luz proveniente de la puerta. Poco a poco me incorporé relamiéndome los labios y me apoyé en mis codos. Alcé la vista hacia la cama de Louis, ahora vacía, y me la quedé mirando en silencio, mientras una de mis manos se paseaba por los rizos rebeldes de mi frente para que no me taparan la vista.
Pude saber que mi acompañante se había ido al cuarto baño cuando escuché el agua de la cadena, ahora seguido de unos pasos que cada vez se hacían más fuertes. La luz proveniente del pasillo se apagó y la habitación se sumió de nuevo en la oscuridad, la puerta ahora cerrándose. Una figura se paseó por la habitación lentamente, tratando de hacer el mínimo ruido posible.

-Oh –murmuró la voz ronca de Louis al verme despierto- ¿Te he despertado?

Me encogí de hombros, mirándole con pereza.

-Lo siento –susurró y se acercó hacia mí-. Duérmete otra vez, que todavía es temprano.

-¿Qué hora es? –mi voz salió más grave y ronca de lo normal, por lo que tosí para aclarármela.

-Las cinco de la mañana –me informó, agachándose para luego darme un beso en la frente-. Buenas noches bebé.

-Buenas noches –respondí, observando como él se alejaba hacia su cama.

Me tumbé de nuevo en el colchón y, antes de que pudiera pensar en algo más, me dormí.

**

-Hazza –me llamó una voz angelical-. Haaazza.

-Hmm –me di la vuelta entre las colchas y una risa divertida sonó por mis espaldas.

-Vamos cariño, despierta, buenos días –unas manos rodaron hasta mis hombros y me sacudieron con cuidado, no pude evitar sonreír.

-No –me llevé las sábanas por encima de mi cabeza.

-Vaaaamos.

-Quiero seguir durmiendo.

-Harry, son las diez y media, has dormido mucho ya –me informó.

-Mentira –hice un puchero.

-¡Once horas!

-Vale, puede que sí –admití, girándome de nuevo hacia Louis.

El chico seguía en pijama, con los pelos revueltos y los ojos algo más hinchados de lo normal, con lo que pude deducir que se acababa de levantar. Sus finos labios formaban una sonrisa divertida.

Se sentó en el borde de la cama y su mano derecha voló hacia mi frente, retirándome los rizos rebeldes de ésta. Me miró a los ojos por unos segundos en silencio, con cara de tonto enamorado. No quise saber la cara que yo tendría en ese mismo instante, porque de seguro que era mucho peor.

-Acuéstate conmigo –solté.

Sus ojos se abrieron desmesuradamente, mirándome asustado, su expresión cambiando radicalmente. No entendí lo que ocurría hasta que noté el doble sentido de mi frase.

-¿Q-Qué? –musitó.

-¡NO! –rectifiqué de inmediato- ¡No me refería a eso! ¡Túmbate conmigo… a mi lado!

East Of Heaven ~ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora