Sipnosis

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La azotaron contra los casilleros. Ella sintió un dolor punzante en su estómago, pero sabía que no por eso se detendrían. Beth le tiró de sus castaños cabellos haciéndole doler bastante y sentir mareos. Se aguantó las ganas de gritar, sabía que eso no serviría en absoluto.


Sollozó cuándo Beth la pateó fuertemente en el muslo. Luego, sintió la sangre salir de una herida abierta.

—Beth... ¡¿Qué estás haciendo?!
—Le estoy enseñando a esta pequeña perra a quién respetar

_____ sintió por unos segundos aquella sensación de que alguien -finalmente- se preocupaba por ella. Pero no era así...

—No quiero que te ensucies las manos con esta... cosa—exclamó él con cierta repulsión en su tono de voz—Vámonos de aquí antes de que alguien te vea.

Beth salió corriendo de aquel pasillo, dejando a _____ sola, sangrando y con la cabeza doliéndole hasta más no poder.

_____ sintió que alguien se acercaba... era él... Justin.

—Te he salvado de esta, rarita. Si no es Beth la que te saque la mierda, seré yo—le advirtió, tómandola fuertemente del mentón—Y debo advertirte que tengo un brazo fuerte, y te haré sangrar mucho más que Beth.

_____ se atrevió a mirarlo a sus ojos. Eran de un color miel, cautivantes. Justin también conectó su mirada con la de ella. Por segundos, ambos sintieron aquel ″Shock Eléctrico″recorrer su cuerpo.

Justin se separó de ella, lentamente, con cuidado de no lastimarla más de lo que ya estaba.

_____ ya no pudo más con el dolor y cerró sus ojos... deseando no abrirlos nunca más. Cayó desmayada ante los brazos de Justin, quién la abrazó.

{...}

_____ se despertó con un aroma nauseabundo. La habitación blanca hacía contraste con lo oscuro de su interior. No le creía ni en broma las palabras de Justin. Aunque sí, sentía un poco de miedo de él.

Justin se había pasado toda la tarde junto a _____. Sentía por ella una pena inmensa, que ni él podía especificar.
Él se había encargado de hacerle sufrir cada minuto de su vida y muchas-por no decir demasiadas-veces la había visto así, en esas condiciones. Pero al verla fijamente a sus ojos sintió un escalofrío recorrerle de la cabeza a los pies. Ahora la veía de una manera distinta: frágil y débil como una pequeña flor o como una mariposa en su primer vuelo.

Sólo había una explicación: estaba enamorado.

AWKWARD. | j.b |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora