Summer Love

2

Habían pasado cerca de dos meses desde que Mike y yo terminamos. Desde entonces no nos hemos vuelto a ver, ni siquiera por la calle. En verdad, le he hecho de menos. No entendía cómo habíamos podido acabar así.

Pero por todas las cosas, necesitaba olvidarme de aquel idiota. Y por ello, había comenzado a encerrarme en mí misma: apenas salía de casa, pasaba horas y horas en mi habitación, no hablaba con nadie...

Me había vuelto más reservada, no solía mirar a los ojos a nadie, ni siquiera al hablar. Pasaba noches enteras en vela llorando, pensando que la culpa de todo lo que había pasado era mía, por confiar tanto en una persona.

Mis amigas estaban preocupadas por mí, por ese cambio tan repentino que había dado a mi vida. Y no les quito la culpa. Pero era como si necesitara aquella soledad. Total, estar al lado de algún ser humano no traía nada más que problemas y decepciones.

[...]

Y estaba yo, tan tranquila en casa, sumergida en un libro, cuando llaman al teléfono.

"Joder, quién es ahora..."

- Ey, Charlotte - Era mi mejor amiga, Lilly - ¿Cómo estás?

- ¿Qué es lo que quieres ahora? No tengo ganas de nada... - dije pasiva.

- Eso ya lo sé. Escucha... ¿Quieres que quedemos hoy? Podemos hablar... - Se notaba que no sabía qué decir.

- Uff... Vale, está bien. Pero tranquilo. Sabes que no estoy de humor para ir a ningún sitio.

- Te espero a las nueve en esa cafetería que han abierto nueva al lado de la biblioteca. No llegues tarde.

Y colgó.

En verdad, no quería quedar. No quería salir de aquella burbuja que me había creado yo misma para intentar aislarme del mundo. En cierto modo, me daba miedo lo que podía pasar.

[...]

Entré en aquella cafetería. Había dos parejas sentadas al final en una mesa, y un chico en la barra, que se giró al ver la puerta abrirse.

Hicimos contacto visual, y aparté la mirada. Estaba nerviosa.

Me senté en una silla a unos metros de él y pedí un café cortado. Volví a mirarlo, y esta vez me miró más tranquilamente, como si realmente disfrutara de eso. Era bastante alto, calculo que un par de años más mayor que yo, y moreno, tanto de piel como de pelo. Sus ojos eran grandes y castaños, podía verme reflejada en ellos. Tenía unas gafas negras que le daban un toque bastante inteligente, llevaba unos vaqueros, unas zapatillas y una bonita camisa azul a cuadros. Sonrió y aparté la mirada.

Maldije mil veces a Lilly. ¿¡Cómo podía estar haciéndome pasar esto!?

De repente, se abrió la puerta de la cafetería, y era mi amiga.

- Perdona por haberte hecho esperar, lo siento, de verdad - Dijo, intentando respirar - Y eso que he venido corriendo. ¿Has estado aquí mucho tiempo?

- No, acabo de llegar. No te preocupes. - Sonreí.

Entonces, aquel chico miró el móvil, se levantó, pagó su café, salió hacia la puerta y se fue, pero no sin antes haberme recorrido con la mirada y haberme guiñado un ojo.

- ¿Te pasa algo? - Preguntó mi amiga, que me sacó de mis pensamientos sobre aquel misterioso chico.

- No, no me pasa nada. - Sonreí.

- Sí, te pasa algo - Confirmó Lilly - Te gusta ese chico que estaba aquí, ¿eh?

- ¿Qué dices? Si ni siquiera lo conozco.

- ¡¡Venga, Charlotte!! No te he visto una sonrisa tan profunda desde hace mucho.