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Justo antes de irme de su casa, Jack y yo nos dimos los números para estar en contacto.

Había pasado una semana y, literalmente, lo único que hacía era hablar con él por mensaje. Mañana, tarde y noche. Siempre estaba pendiente del móvil, de si había algún mensaje suyo. Hablábamos de cualquier cosa, de cualquier tontería. Pero, no sé por qué, me hacía sentir bien. Joder, me hacía sentir muy bien.

Pero no por lo que me decía, sino por la forma en la que lo decía. Una manera tan sincera, como si estuviéramos hablando cara a cara.

Me tenía enganchada a su forma de ser, como dos polos opuestos de un imán.

[...]

Quedábamos de vez en cuando por la noche, cuando la gente salía a los bares a tomar, y nos íbamos a un parque apartado un poco del barrio. Nos sentábamos allí, en un banco, y hablábamos de todo.

- Mañana tengo que irme a la ciudad. Tengo que ir ya a buscar piso.

- ¿Has visto y alguno cerca de la facultad por internet?

- No. Mi hermano viene conmigo, ya que él ha estado estudiando allí y sabe cuáles están mejor. Pero lo importante no es la posición, sino los compañeros.

- Debe ser estupendo irte a estudiar lo que quieras, lejos de aquí. Dejar de estar bajo las órdenes de nadie, hacer lo que quieras cuando quieras y donde quieras. - Dije, mirándole a los ojos. Quedaba aún mucho tiempo para que se fuera, pero sabía que algún día se iría, y tendría que soportar estar semanas sin estar con él.

- Tampoco te creas. Un piso de estudiantes es un sitio de suicidio por unas aberraciones de exámenes.

Reí.

- Pero, ¿vendrás cada fin de semana, o cada dos, no?

- No lo sé. Mi intención era quedarme allí, hasta que me hiciera falta venir por cojones. Pero por el bien de la ciudad, es mejor que venga a traer la ropa a lavar, vaya que explote la lavadora o algo.

Reímos. Lo miré, y él me miró a mí.

- Pero tranquila. Siempre nos quedará el skype.

- Pero no es lo mismo - dije tomándole la mano - Aunque te entiendo, se me va a hacer difícil acostumbrarme a tenerte lejos.

- Ah, ¿y a mí no?

Entonces, él agarró mi mano con fuerza y me dio un beso inesperado y tierno.

Estas cosas serían las que echaría más de menos.

- Y no lo veas todo tan oscuro. Ya sabes que soy una caja de sorpresas - guiñó el ojo.

Sonreí.

- Lo sé, y eso es lo que más me gusta de todo.

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⏰ Last updated: Oct 29, 2016 ⏰

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