4

33 3 2
                                    

Había pasado toda la tarde y parte de la mañana leyendo; y, por alguna extraña razón, pensando en lo que había pasado el día anterior, en aquel chico tan misterioso de la cafetería.

"Joder Charlotte, quítate ya de la cabeza a ese tío".

También pensaba que tenía que salir hoy con Lilly y su amiga que no conozco de nada. Es como si algo me dijera que iba a pasar algo interesante esta noche.

Miré el reloj del móvil. Eran las ocho y media pasadas.

"A veces me odio mucho a mí misma".

Y, sin pensarlo más, me duché y me vestí lo más rápido que pude. Muy casual para un sábado, pero, al fin y al cabo, llevaba prisa y no quería pararme a pensar.

[...]

Llegué un poco acalorada al pub donde habían quedado. Había mucha gente; las mesas estaban llenas, tanto dentro como fuera. Se notaba que era día de partido de fútbol. Sentía vergüenza por haber aparecido allí sola, y en esos momentos se me pasó por la cabeza darme media vuelta y volver a casa. 

Pero por fin pude localizarlas, de pie, pidiendo en la barra, que también estaba abarrotada de gente.

- Hola - Dije saludando a mi amiga con un beso.

- ¡Charlotte! ¡Has venido! - Me correspondió el beso - Mira, te presento a mi amiga, Rose.

Frente a mí tenía a una chica no muy alta, supongo que un par de años mayor que nosotras, morena de ojos negros. Parecía simpática.

- Encantada, Charlotte - Me sonrió y me dio dos besos - Lilly me ha hablado mucho de ti.

- Bueno - interrumpí - ¿Dónde os vais a sentar? Todo el local está lleno de gente.

Rose comenzó a mirar a su alrededor. Entonces, sonrió rápidamente y fue corriendo a saludar a un muchacho que se encontraba sentado en una mesa enfrente de nosotras, a unos tres metros.

- ¿Qué tal, rubio? Mucho tiempo ya sin verte - Se fundieron en un abrazo. - Mirad, os presento a mi amigo Adam.

Nos acercamos a ellos.Era un chico bastante alto, rubio con los ojos azules. Se veía apañado.

- Encantadas - Sonreímos las dos.

- Escucha - Dijo Rose - ¿Nos podemos sentar con vosotros? No hay ninguna mesa libre...

- Claro - respondió Adam - Pero tened cuidado con estos individuos - Dijo riéndose señalando a sus amigos.

Entonces, lo vi.

Sí, al muchacho de las miradas de la cafetería.

A uno de los lados de la mesa.


Summer LoveWhere stories live. Discover now