CAPITULO 11

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ZOÉ

Mantengo mis ojos cerrados mientras escucho la música a todo volumen con los auriculares puestos estando acostada en mi cama, poco a poco el sueño me invade a pesar de que el rock retumba mis oídos pero al momento en que me hundo en un profundo sueño, mi móvil vibra a un lado de mi cabeza haciendo que abra los ojos irritada.
Me senté en mi cama y tomé a tientas el móvil que se encontraba a un lado de mi almohada. Miro la pantalla de este y en la pantalla abarcan dos mensajes ( al parecer llegaron al mismo tiempo ). Los mensajes son de Lorena y de Reyes, suspiro y leo desde la pantalla bloqueada los mensajes.

MENSAJE DE REYES
Será mejor que asistas al gimnasio, te tengo una sorpresa.

MENSAJE DE LORENA
¡Hey! ¿Qué tal si salimos a algún lado? ¡Es domingo!

No respondo ninguno de los dos pero opto mas por ir al gimnasio. Salir con Lorena ocasiona que me den dolores de cabeza y me ponga mas irritante con todo el mundo.
Me levanto de la cama y me pongo un pantalón de gimnasio color gris, una blusa de tirantes negra junto con unas zapatillas deportivas al color con mi blusa, tomo una sudadera blanca y tomo la mochila carmesí que llevo al gimnasio, la cuelgo a mi hombro al mismo tiempo que tomo el móvil con los auriculares y las llaves del cuarto.

Salgo lo mas rápido del edificio antes de encontrarme con Lorena que si me ve no parará de hacerme mil preguntas como siempre o arrastrarme con ella a algún lado. Me hago una coleta alta mientras camino a pasos rápidos ya fuera del edificio, al terminar de peinarme dejo caer mi coleta que de seguro termina por debajo de mi cintura y camino con las manos ahora en los bolsillos de mi sudadera. Paso por el edificio 03 que es el de Europa y no puedo evitar acelerar mi paso aun mas casi corriendo evitando encontrarme con las inglesas.

En cuanto pasé por los edificios y creer que estaba a salvo noto como alguien me toma de la mochila y llama mi atención, giré mi rostro un poco mirando a la persona encima de mi hombro, en mi interior solté un gran suspiro de cansancio junto con un grito de horror pero por fuera solo me mantuve seria como siempre enfrente de ella –Hey Zoé ¿Como estás?– fruncí mi ceño y me separé de ella rápidamente y girarme completamente para mirar a la desgracia de persona de Aline –¿Qué? ¿No puedo preguntarte como estás? Y yo que quería empezar bien con nuestra rutina– ella se cruza de brazos y suspira mientras inclina la mirada cerrando los ojos.

Me quedé callada y no pude evitar mirar a sus espaldas como habían mas chicas de costumbre –Vas a golpearme ¿No es así?– me crucé de brazos y suspiré para después volver con ella –Hazlo rápido, tengo unas cosas que hacer– aparté mi mirada de ella esperando el primer golpe pero a cambio recibí una risa de su parte, fruncí mi ceño confundida y la miré de inmediato.

–No querida...– no pude evitar sentir y poner una expresión de asco al escuchar como me llamó pero ella no pareció ponerle importancia lo que es sorprendente porque antes me hubiera sacado un ojo por poner una expresión así ante ella –Hoy no vine a darte la lección de siempre– se cruzó de brazos mientras se recargaba en su pierna izquierda y la otra moverla un poco –Hoy vine a hacer un trato contigo– sobresalté mis ojos impresionada, ella rió de manera chillona e irritante –¿Qué tal si somos amigas?– sonrió pero no de la manera de siempre al terminar de golpearme que es una sonrisa llena de satisfacción al marcarme.

–¿Por qué crees que yo querré ser tu amiga?– dije ya mal humorada por ya creerme una imbécil Aline por pensar que yo iba a querer ser parte de sus esclavas. Ella caminó hasta mi hasta quedar casi milímetros de distancia de mi rostro, fruncí el ceño y me mantuve firme con el rostro duro de siempre para al menos darme un poco de valentía aunque en realidad en lo mas profundo de mi estoy casi temblando.

Ella sonrió una vez mas –Porque ocupo a alguien que sepa pelear de una manera mas profesional– se alejó de mi y llevar su mirada a sus uñas postizas largas que tienen de esmalte un color rojo pasión demasiado llamativo que para mi es mas un rojo prostituta porque es el color que siempre cargan. Estaba por hablar para negar que yo no sabia por pelear pero ella pareció leer mi pensamiento y habló –Se que no sabes pelear querida pero me enteré por ahí que ahora te vas del instituto a un gimnasio para poder aprender a defenderte pero...– apartó la mirada de sus uñas para poder mirarme con ojos molestos llenos de rabia pero aun así verse firme y posesiva –¿De qué?– dijo ronca, molesta.

–Te informaron mal– contesté de inmediato tratando de encontrar una excusa para salir huyendo pero con las chicas que tiene detrás de ella se ve que en cualquier segundo me atraparían –Voy ahí por...por Reyes...– contesté rápidamente, llena de nervios, demasiado asustada a que se me suban encima y quieran matarme de una vez.

Aline levantó una ceja y comenzó a reírse a carcajadas que segundos después las chicas detrás suyas imitaron su acción –¡Por dios!– gritó entre carcajadas Aline poniendo una mano en su vientre –¿¡Por ese tipo!? ¡Es un asco de sujeto! ¿¡Acaso te gusta!?– siguió riéndose enfrente de mi, en mi cara. Sentí el impulso de golpearla pero solo apreté de mis puños conteniendome, no tengo oportunidad con Aline, yo soy una y ellas parecen ser casi diez.

Me quedé callada sin responder nada, retrocedí unos pasos para irme pero ella me tomó del hombro de nuevo deteniendo mi paso –Ahora ¿Qué?– dije entre dientes olvidando de quien era la persona a quien me le enfrentaba, la miré por encima del hombro y ella frunció el ceño –Te daré razones para ir con ese Reyes– gruñó y sentí sus garras clavarse en mi piel y girarme para quedar frente a ella, solo bastó de segundos para el primer golpe en mi rostro.

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PERFIL: CHRISHARUKO

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