CAPITULO 40

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ZOÉ

Las cosas habían sido tan rápidas.
Fuera del equipo, él está fuera del equipo.
Ambos fuera.
No somos la competencia ahora para los demás.

–No tenías porqué participar– su voz se escuchaba ronca, se intentaba sonar la nariz pero le era imposible por el golpe que había recibido por parte de Cooper y que lo había hecho sangrar, aun lo hacia pero no demasiado, Ethan no quería que le trataran la hemorragia para poder irse y tirarse fuera del gimnasio en la vereda.

Negué mientras me acomodaba a su lado mirando como los autos pasaban y los faros eran cada vez más luminosos conforme los minutos, la noche caía rápidamente y el frío era más doloroso cada segundo.
–Sentí que debía hacerlo– respondí sintiendo como mis ojos ardían por las ganas de llorar a causa de la derrota.

Hubo un silencio, en ese momento podía sentir con mayor claridad como mi cuerpo comenzaba a temblar aun por el frío, la desesperación y la rabia.
Sentía como la piel me ardía cada vez más por el frío al no tener un saco sobre mis hombros protegiendo ahora mi vulnerable cuerpo hasta llegar a un punto en que parecía estar congelada y no sentir varias extremidades de mi cuerpo.

–¿Sentiste? ¿Cómo que sentiste? Nadie está obligado a entrar a esa clase de actividades al menos que estés al fondo de un pozo y no puedas salir de la manera fácil– habló Ethan.

Me quedé callada jugando con mis dedos y la cabeza agachada sin saber que responder a sus palabras que se notaban que fueron pensadas muy en claro.
–No quiero gastar mi beca y lo que me dan mis padres es poco, apenas sobrevivo– susurro levantando la cabeza lentamente hasta él.

Ethan rió con ironia.
–Tienes una vida, joder– dijo haciendo notar su rabia contra mi pero la voz la tenía aun moderada pareciendo olvidar lo de hace unos minutos en el gimnasio, con su padrastro –Tienes estudios, dinero para cualquier cosa que necesites y hasta...– se cortó un segundo en seco –hasta unos padres que te esperan con ansías en casa ¿O me equivoco?– ésta vez había hablado mas calmado y en bajo, se notó que le había lastimado con solo decirlo pero cuando lo miré, lo miré igual de firme que siempre, la cabeza en alto y ese rostro inexpresivo con ojos misteriosos brillantes a la luz de la noche.

Me relamí los labios sin saber que decir sin dejar de mirar a Ethan a mi lado sentando en la fría banqueta sin mover un solo músculo.
–¿Y tú?– hablé a la defensiva pero en segundo calmarme, esta vez yo no soy la víctima «"O nunca lo fui"» y notar como juntó el entrecejo al mismo tiempo tensaba la mandíbula por alzar la voz –¿Por qué entraste?– susurro poniendo mi espalda derecha dejando de estar jorobada y tratar de arreglar lo de hace un segundo con mi voz.

Se quedó callado un segundo pensando en su respuesta con claridad.
–Ocupo mi propio dinero– respondió moviendo sus piernas, alzando un poco más las rodillas enderezando más su espalda.
–¿Tú dinero? ¿Y Maurice?– pregunto en bajo tratando de no molestarlo pero ésta noche sería imposible dañarlo.
Gruñó.
–No puedo seguir dependiendo de él, ocupo conseguir ya mi propia vida, mi dinero– me miró –Comenzar de nuevo– susurró.

Sentí un pequeño escalofrío al verlo, al escucharlo hablar tan suave con su mirada siempre fija en mis ojos.
–¿Comenzar?
–Dejaré la delincuencia, tomaré de nuevo los estudios y quizás llegue a irme de este lugar, un lugar donde nadie me conozca y no sepan que hice por esta ciudad– suspiró –Espero y no sea demasiado pedir– su voz era calmada pero aun muy dura, puedo notar como su confianza crece cada vez más conforme estamos más cerca.
–Eso es solo si lo pides– me sobé los brazos cruzando mis piernas queriendo entrar en calor pero era imposible, un poco más y neva en esta ciudad –Trabaja duro para ello si quieres que tenga buen valor porque así en el futuro te dará una muy grande recompensa– hablé sin pensar, sintiendo que las palabras iban más a mi pequeño hermano Josúe de diez años que es un conformista.

ETHAN IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora