CAPITULO 04

9.3K 591 42
                                    

ZOÉ

Apreté de la correa de mi mochila y caminé por los pasillos hasta el primer elevador ignorando de Angélica que me pedía que me detuviera y le explicara pero estaba mas que claro; No hay nada que tenga que explicar, soy una inútil sin corazón y punto.

–¡Zoé!– gritó desesperada, su voz se escuchó forzada pero no perder ese tono peligroso el cual siempre usa con todos para intimidar y que nadie se meta con ella –¡Mierda Zoé!– gruñó ahora y solo pude ignorarla un momento para detenerme enfrente del elevador y presionar el pequeño botón para llamar el ascensor.

Angélica me tomó del hombro girándome hasta ella y clavar sus tétricos ojos en mi, clavó sus cortas uñas en mi piel, fruncí el ceño para disimular del dolor que sentía por las heridas de Aline y ahora ella.

–¿Que quieres que te diga?– suspiré inclinando mi mirada y cerrar mis ojos para apartar los ojos de Angélica de los míos –Sabes perfectamente el porqué lo dejé– sonó la pequeña melodía del ascensor y se abrieron las puertas metálicas enfrente nuestra. Me zafé del agarre de Angélica con cuidado y entré en el elevador sin demorarme en presionar el botón de mi piso –Piso 7 miré unos segundos a Angélica y ella solo me miraba sabiendo perfectamente que no había ya nada que hacer conmigo.

–Perderás también a Hector a este paso– susurró aferrándose con una mano a la correa de su enorme bolso y mirarme seria –Te lo e dicho; Personas como tú, deben...– no pude escuchar lo ultimo que dijo ya que las puertas metálicas se cerraron haciendo que perdiéramos el contacto.

(( . . . ))

Golpes desesperados en la puerta de nuestro dormitorio hicieron que me despertara de inmediato. Miré en la oscuridad en búsqueda de Angélica en su cama pero su cama estaba aun bien tendida como en la mañana.

Fruncí mi ceño y los golpes de volvieron a hacer presentes haciendo que me levantara de mala gana y caminar a la puerta a pasos medios rápidos mientras pasa mis manos por mi cabello teñido para intentar calmarlo un poco.
Cuando abrí la puerta pensaba que era Angélica por no estar en su cama pero me llevé una gran sorpresa al mirar que era alguien mas.

Hector estaba recargado en el marco de la pared y me miraba con ojos sin brillo mientras jadeaba, parecía no poder respirar bien, su cuerpo estaba destrozado, sangraba por la nariz y el labio y su mejilla derecha estaba roja –¿Tu pediste al stripper?– soltó una pequeña sonrisa intentando ponerse derecho pero al hacerlo tambaleó y dejó caer su peso encima de mi haciendo que ambos cayéramos al suelo, cuando pensé que el cuerpo de Hector iba a asfixiarme sentí como todavía el aire entraba a mi cuerpo y algo caliente chocaba contra la punta de mi nariz y mis mejillas –¿Estás bien?– murmuró entre un susurro mirándome fijamente, me quedé paralizada al sentir mas cerca.

–Quítate...– susurré poniendo mi mano derecha en su rostro y poner distancia mientras que nuestros ojos acababan de perder el contacto –De encima– gruñí molesta, él soltó un pequeño quejido de dolor y quité de inmediato mi mano de su rostro, miré mi mano y estaba con puntos no tan grandes de color carmesí –¿Que hiciste? ¿No bastó con lo de esta tarde?– llevé mi mirada hasta él. Frunció el ceño y cerró la puerta detrás de él con su piernas, esto no me da buena espina –¿Se vengará de que no lo ayudé esta tarde?– pensé comenzando a retroceder usando mis codos y mis talones arrastrándome en el suelo –Ve a tu cuarto– susurré sin mostrar de lo que siento –Desconfianza, miedo– él me tomó de mi muslo derecho e hizo que me detuviera.

–Quiero hablar de algo contigo infeliz– gruñó molesto y moverse encima mio para que nuestras miradas no perdieran contacto –De esta manera no podrás huir como siempre lo haces– noté el enfado en su voz y no pude evitar un suspiro junto con tirar mi cabeza contra el piso mirándolo fijamente.

–Habla ya para que pueda irme a dormir– dije irritada entrecerrando mis ojos sin perder el contacto con Hector.

Suspiró cerca de mi rostro poniendo sus manos a los costados de mi cabeza e inclinar su mirada hasta mi, sentí como los mechones de su cabello castaño de un color tan profundo chocaban con mi frente y con unos cuantos cabellos tintos –Pelearas conmigo– habló en un tono tan tranquilo y tan común que no pude evitar sobresaltar mis ojos de la sorpresa y poner inmediatamente mi mano en su pecho golpeándolo, él soltó un quejido de dolor en bajo y apretar de sus dientes.

–¿¡Perdón!?– dije antes de que continuara con cualquier cosa que fuera a decir y él sobresaltó sus ojos al ver mi reacción –Entiendo que estés molesto conmigo por no protegerte de ese chico pero ¿¡Y!? Sabes que me cuido yo misma y no tengo porqué cuidar de los demás– comencé a retorcerme debajo de él para que se quitara de encima.

¡TASS!

–¡No es lo que piensas!– gruñó tomando de mis muñecas con rudeza y ponerlas contra el suelo de madera que estaba demasiado frío e hizo que un escalofrío recorriera mi espalda –Me expliqué de la manera incorrecta– Y si, idiota –Hablo de que entres a un lugar conmigo y así yo pueda enseñarte una cosas– fruncí mi ceño confundida y el tensó su mandíbula –No puedo seguir soportando que Aline te siga golpeando– susurró.

Bufé –No es problema tuyo Hector– apreté de mis manos para hacer presión y él soltara de mis muñecas pero en cambio las apretó con mas fuerza, cuando miré de su rostro con mas atención en la obscuridad noté su rabia –Se lo dije a Lorena y te lo diré a ti; Cada quien sobrevive a su destreza– dije retándolo, no es raro el decirnos esta clase de cosas pero es raro que Hector actué así.

–Zoé..– murmuró en bajo entre dientes –No me importa si te vale mierda todas las personas que te cuidan pero intenta cuidarte también tu misma porque al paso que vas puedes quedar sola– me quedé callada y el tragó saliva ya nervioso –Quiero estar contigo como los amigos que somos pero no siempre puedo estar a tu lado– acarició mi labio en la zona lastimaba y suspiró –Ya vez, estuviste sola con Lorena y ambas salieron mal, si aprendes al menos a lanzar un golpe todo se arregla– se levantó un poco de encima de mi y sonrió –No quiero verte mas así– apretó de sus labios y levantó de mi blusa desde mi cintura hasta por debajo de mi pecho –Tan marcada– gruñó mirando de los moretones de mi estomago.

Me quedé con la boca entre abierta ¿Ahora actúa así? ¿Que mosco le picó?

TWITTER: CHRISHINANCHIGO
PERFIL: CHRISHARUKO

ETHAN IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora