CORRECCIONAL PARA LESBIANAS (camren)

C1: "¿Por qué yo?"

-1950-

Corro por los pasillos como una demente en serie, estoy siendo seguida, no puedo continuar corriendo con estos tacones así que de apoco me los voy quitando en el camino me deshago de ellos sin destrabar el broche de la correa así que camino descalza con los tacones colgando al lado de mis pies, el tacón raspa mi tobillo pero el dolor físico es lo menos importante en mi actual circunstancia. Se acabó. Va a golpearme. Subo las mangas de mi vestido que vuelven a caer por el paso apresurado, por la velocidad en la que corro.

El miedo está dominándome, estoy llorando, quiero correr más veloz pero mi cuerpo ya no da más y no lo culpo pues ha corrido demasiado, corro escaleras abajo y giro mi cuello para ver si lo he perdido, si él me ha perdido a mí y dejo salir el suspiro de cansancio y miedo que estaba dentro de mí. El hombre se cansó de seguirme y yo aprovecho ese tiempo para quitarme los tacones, la velocidad de los latidos de mi corazón es frenética, me duele la caja torácica por los fuertes y veloces latidos de mi corazón, mi garganta se siente seca y mi cuerpo pesado, además, no dejo de jadear por el cansancio.

Me adentro a una habitación enorme donde sólo hay una tenue luz proveniente del ventanal cerca de una cama, desde mi punto veo que la puerta que da al jardín está cerrada con cerrojo, la puerta que da a la sala igual y me quedo congelada desde el instante en que oigo un portazo y la alarma de mi cuerpo se enciende <<Es él...>>

Mi mirada recorre toda la estancia, quiero encontrar una salida, quiero regresar a casa. Alguien ha entrado a la misma habitación en la que yo me encuentro pero sólo soy capaz de ver la sombra masculina frente a mis ojos, desesperadamente busco con la mirada otra puerta y veo una de madera al otro lado de la oscura habitación, corro hasta ella y muevo desesperadamente el pomo pero éste no gira.

Mis manos tiemblan, mis rodillas tiemblan, todo mi cuerpo es una masa hecha de temblores inevitables e incalculables incluso puedo oír el rechinar de mis dientes ¿Por qué estoy tan asustada? No es normal que yo me sienta aterrada pero supongo que siendo consciente de la maldad que flota en esta correccional el miedo es algo natural.

¡Vamos! Mis padres no pueden haberme dejado en un lugar en el que me harán daño, este hombre no va a violarme, tal vez sólo va a propinarme algunos golpes como siempre, tal vez esto es un juego para asustarme, tal vez esto es producto de mi mente ¡Despierta, Lauren! ¡Despierta! Me digo a mi misma pero es inútil, no es un sueño...

Estoy llorando, sollozos que al pasar por mi garganta arden se escuchan por toda la estancia a oscuras

- DEJA DE GRITAR -Me exige mientras se acerca a paso lento a mí

No sé quién este hombre, no lo conozco, en los tres meses que tengo de estar en esta correccional jamás había visto a un hombre, ni un vestigio de un cuerpo masculino pues es un lugar para sólo mujeres

La luz de la estancia se enciende y así compruebo, que en efecto, es un hombre quién está frente a mí. Sus ojos son ira pura, su cabello está alborotado y sus facciones tienen la dureza de Satán. Me siento frágil, tonta, idiota, vulnerable, imbécil, impotente. Grito con todas mis fuerzas, mis pulmones no son llenados de aire porque mis sollozos y derrame nasal a casusa del llanto me impiden respirar con normalidad. Quiero salir de esta habitación, correr a los brazos de papá, despedirme de él y lanzarme del edificio más alto de New York

No importa cuánto forcejeé, mi resistencia es vencida por sus golpes y sus gritos

- ¡No, por favor! ¡Déjame ir! -Suplico apenas audible

- Vas a disfrutarlo, vas a darte cuenta de lo que es un hombre y dejarás de sentirte atraída por una mujer ¡Maldita gay! -Grita. Estoy acostada sobre la cama, el cobertor es un desastre, he olvidado la cantidad de veces que he intentado quitármelo de encima y a cambio recibo golpes. Él está sentado ahorcajadas sobre mí con sus pantalones abajo, mi ropa está en el suelo sólo poseo mi ropa interior.