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POV.      ~Celia
Habíamos estado en el lago hablando sobre la broma que íbamos a gastarles a los monitores. Pero llego un momento en el que ya teníamos todo planificado, así que había que salir del lago para "prepararse". Pero resulta que ninguno de los tres se movía. Así que no tuvimos más remedio que empezar a remar. Jessica me había dicho que según llegásemos a la orilla, que me moviese con tranquilidad, que no le dirigiera una mirada, nada. Y había sido difícil, muy difícil. Logré hacer todo eso y después nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. A las siete y media habíamos quedado en su habitación.
Debíamos ir vestidas formal, yo me había puesto una blusa roja, con un pantalón negro y unos zapatos rojos. Las dos íbamos a llevar una pequeña mochila con todo lo necesario. Yo llevaba los globos, los hilos transparentes y mis grafitis.
Jessica llevaba las pinturas, los cubos y el agua.
Mire el reloj de mi muñeca y marcaba las siete y cuarto. Cerré mi mochila, no antes de asegurarme que lo tenía todo. Pedí permiso a mis padres para salir, sabía que me lo iban a conceder, ya que era mi último día aquí y ellos querían que lo disfrutara al máximo. Empecé a subir la rampa, gire a la izquierda y subí los escalones que llevaban a la habitación de mi amiga. Pasé por la habitación número 10 e intente pasar de largo, pero como siempre, me detuve en frente de la puerta. Demasiados recuerdos.
Caminé hasta la habitación 13 y toqué la puerta. En seguida me abrió mi amiga.
-Pasa.- me interné en la habitación.- Mis padre no están.
-¿A dónde fueron?-
-Naaa, están en la piscina.- contestó ella.
Cerramos la puerta y nos sentamos en los sillones del salón.
-Vale, yo tengo los cubos, la pintura y tres botellas de agua grandes.- me informó Jessica.
-Ok, yo tengo los globos, los hilos transparentes y mis grafitis, a propósito, ¿qué color tienes?- pregunté refiriéndome a las pinturas.
-Rosa, amarillo y negro.- sonreí.
-Vale, repasemos el plan. Primero entramos en la sala de reunión de ellos mientras los monitores cenan. Vertemos la pintura en los cubos y los atamos con los hilos transparentes. Colocamos los cubos en el techo, podríamos colocarlos en el ventilador del techo; pasamos los hilos por la ventana. Luego salimos. Nos escondemos y esperamos fuera junto con los globos de agua. Cuando ellos entren, cuando veamos qué están debajo del ventilador, ZASCA tiramos de los hilos y la pintura cae sobre ellos.- Jessica hizo una pausa para coger aire y poder seguir hablando, pero yo seguí hablando por ella:
-Luego, lanzamos los globos de agua desde la ventana y salimos corriendo. El plan Chicaspivonescontraviejosprofesores va a ser lo más divertido e increíble que he hecho nunca.
Las dos nos reímos pero nuestra risa fue interrumpida por el TOOC  TOOC de alguien en la puerta.
Jessica y yo nos miramos.
-¡Escóndete!- exclamó Jessica.
Mire hacia todos los lados sin saber qué hacer.
-¿Jessica? ¿Estás ahí?-
Me quede en shock cuando Alejandro habló.
-¡Escóndete!.- exclamó de nuevo mi amiga. Yo seguía mirando a los lados, si Alejandro entraba, no podía esconderme en las habitaciones, así que me agaché, rodé bajo el sillón  y me quedé allí.
Escuché como la puerta se abría y Alejandro saludaba con un:
-Hola.-
-Emm... Hola.- dice Jessica.-¿Necesitas algo?
-No, solo quería verte.- dijo él con vergüenza.
Y allí estaba yo, debajo del sillón escuchando atentamente, como mi madre me solía decir "con las antenas puestas"
El ambiente estaba tenso, ninguno de los dos sabía lo que decir.
-¿Verme? ¿Para qué?- preguntó Jessica. Reconozco que su pregunta había resultado bastante fría. Alejandro también pareció notarlo.
-No sé, es que mañana nos vamos y...- Alejandro se quedó sin palabras.
<<Ni el mismo sabe porque ha venido, simplemente con verla, tenía suficiente.>> pensé desde debajo del sillón.
-Bueno, ha sido una hermosa semana.- afirmó Jessica y creí detectar un tono de cariño en su voz.
-Ya, sobretodo por el momento en el que te conocí.- le dijo Alejandro, Jessica se ruborizó.
-Si, a mí también me...- Alejandro la calló con un beso.
Fue tan inesperado que pegué un brinco y mi cabeza se estrelló contra el sillón, haciendo que los dos voltearan. Claramente no me vieron, pero Alejandro estuvo a punto. Cuando Alejandro se fue de la habitación, Jessica cerró la puerta despacio mientras yo rodaba por el suelo y me levantaba.
-¿Lo has oído todo?-
-Todo, sobre todo la parte en la que habéis...- le guiñé el ojo. Ella se ruborizó y las dos reímos.
-Vale, por dónde íbamos.- Jessica caminaba de allá para acá intentando organizarse, se notaba que lo que acababa de pasar la había dejado anonadada.- Ok, creo que la ropa la tengo aquí dentro.
Vi como Jessica entraba en una habitación exacta a la que yo compartía con mis hermanos.
-¿Ropa?- le pregunté.- Ya estamos vestidas, ¿no?
-Tal vez tú quieras hacer la broma así vestida, pero yo prefiero no ser descubierta.- Jessica salió del cuarto con una bolsa azul y de ella sacó un pantalón negro, unas botas negras, una sudadera y un gorro negro. Me lanzo la ropa a la cara y me miró diciendo "Póntela"
Me empecé a desvestir y a ponerme la ropa que ella me había dado. No me importaba estar en ropa interior delante de ella, era mi amiga.
Cuando acabé de vestirme, me mire al espejo y dije:
-Parezco una ladrona.-
-Parecemos.- dijo Jessica. Volteé a verla y vestía exactamente igual que yo.
-Okay, como sabremos cuando están cenando. Y tal vez tú no, pero mis padres creen que iré a cenar con ellos.-
-Celia, irás a cenar.- dice ella.-Iras a cenar, lo más rápido que puedas, yo también estaré cenando, cuando acabemos, pícame un ojo tres veces seguidas y las dos nos levantamos. Mientras los profes estén cenando, nosotras prepararemos todo para la broma y después es solo esperar.-me aclaró Jessica.
-Jessica, ¿qué pasa si uno de los chicos, o Alejandra y Raquel nos descubriesen?- no podía negarlo, me había hecho esta pregunta un millón de veces.
-No lo harán. Pero si lo hiciesen, creo que Alejandra sería la única capaz de decírselo a alguien, o de fastidiarnoslo. Los demás no lo harán, no son como ella.-
-Eso lo sé. Solo espero que nada malo ocurra.-
-Bien, ¡¡¡el plan Chicaspivonescontraviejosprofesores empieza!!!- y las dos chocamos las manos en el aire.
****
Entré en el restaurante. Nos habíamos vuelto a cambiar de ropa y ahora llevábamos la formal. Cuando entré, mi familia estaba esperando por mí en una mesa. Mire a mí al rededor disimuladamente y vi la mesa en la que estaba Jessica. No vi a nadie más que a nosotras dos, y eso me tranquilizó. En una mesa del final, estaban los monitores, y sonreí al saber que dentro de poco no estarían riendo, ni tan limpios.
Camine hacia la mesa y me senté en una silla de forma que pudiera ver a Jessica y ella a mí. Después de entablar una pequeña conversación con mi familia, me levanté s coger mi plato, me serví y regresé a la mesa. Comí lo más rápido que pude y cuando me terminé mi comida le dirigí una mirada a Jessica. Esta tardo un poco en darse cuenta y cuando lo hizo, le guiñé el ojo tres veces. Pensé que no se había dado cuenta pero entonces se levanto y yo hice lo mismo.
-¿A dónde vas?- preguntó mi padre.
-He quedado con mis amigos en el parque, hoy es la última noche y queríamos pasarla juntos...- mentí. Mi padre frunció el ceño y cuando iba a reprocharme, mi madre la cortó:
-Déjala, hoy es su último día. Tiene que divertirse.
Cuando me dieron permiso para levantarme, Jessica me estaba esperando en la puerta.
-Te ha costado salir ¿no?-
-Calla, que casi no me levanto ni de la silla.- le respondo.
Íbamos a salir cuando una familia nos corto el paso, bueno, más bien dos familias.
Conocía a una familia, pero a la otra no. Pero cuando pasó Alex por delante mío, junto con sus padres, me quedé sin respiración, y después, cuando pasó Alejandra junto con su familia delante mía, quise morirme allí mismo. Las dos familias se sentaron en una mesa grande. Alejandra hablaba con Alex y de vez en cuando reían.
-Celia, vamos.- me susurró Jessica.- es un imbécil.
No me había mirado, nada. Y sin embargo ahora era yo la que lo miraba sin apartar mis ojos de él. Pero respiré hondo, me relajé y salí de allí. No sin antes voltearme y mirarle a los ojos. Y esta vez sí me miró.
Salí del restaurante junto con mi amiga y el camino fue un silencio, no uno incomodo, en el que no sabes que decir ni qué hacer, sino uno en el que necesitas estar en silencio. ¿Para qué? No sé.
Llegamos a la habitación y rápidamente nos cambiamos de ropa. Revisamos nuestras mochilas y que lo teníamos todo. Volvimos a repasar el plan.
Salimos sigilosamente de la habitación y bajamos las escaleras. La pequeña sala donde los monitores se reunían era pequeña, las paredes de fuera eran verdes y había varias ventanas con los marcos blancos. Estaba al principio de la cuesta.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que algo iba mal.
-Jessica, las lucen están encendidas.- le informé.
-Ya me he dado cuenta, ¿qué hacemos?-
-Tengo una idea. Asómate a la ventana y dime quién está dentro.- Jessica se asomó por la ventana e hizo una mueca. -No sabes quién es ¿verdad?
-Creo que es una de las que cuida a los pequeños.-contestó ella.
-Vale, ya sé un modo de hacer que salga de ahí. Escóndete tras esos arbustos. ¿Tienes algo de ropa más colorida?-
Jessica buscó la prenda en su bolsa y sacó un suéter azul. Me quité el gorro de lana negro y me coloqué el suéter. Peine mi pelo y toqué la puerta.
Cuando Coral abrió la puerta, la salude con la mano y le dije:
-Hola, Coral. Necesito que vallas junto con mi hermano pequeño. César esta triste porqué mañana nos vamos a Madrid una semana más y después volvemos a Canarias. Dice que no quiere separarse de este campamento ni de la gente que ha conocido- entonces, en ese momento dije en mi mente <<yo tampoco quiero hacerlo>>
-¿Y que quiere que haga César?- preguntó ella con curiosidad.
-Me mando a buscarte diciendo que quería que fueras con él. Acaban de terminar de cenar y quiere verte, estarán en la piscina, o sino en el restaurante.-
Coral se metió en el interior de la sala y apagó las luces. Entonces me di cuenta de que las ventanas estaba cerradas y no teníamos ningún lugar por donde entrar. Entonces le dije:
-Deberías de dejar una ventana abierta, hace mucho calor esta noche.
Ella asintió y abrió una ventana. Luego cerró la puerta con llave y se fue.
Me quité el suéter y volví a ponerme el gorro de lana. Jessica salió del arbusto donde se había escondido y dijo con una sonrisa:
-Empecemos.-
Abrimos más la ventana. Ayudé a Jessica a entrar y luego ella me ayudó a mi. Una vez dentro, encendimos las luces, no sin antes cerrar las ventanas y cubrirlas con las persianas.
-Bien, podemos colocar los cubos en las aspas del ventilador.- sugirió Jessica.
Sacamos los cubos y la pintura. Vertimos la pintura rosa en un cubo, la amarilla en otro y el negro en el último. Yo le até los hilos a las asas de los cubos. Tuvimos que subirnos a una silla para poder colocar los cubos en las aspas del ventilador. Una vez que todo estuvo colocado, saqué mis grafitis.
-Vamos Celia, están apunto de llegar.- me avisó Jessica, que después salto por la ventana. Tomé un grafiti y en la pared pinte con letras grandes:

                       CHICASPIVONESCONTRAVIEJOSPROFESORES
Por este campamento y por más. Omar te quiero...;)

Reí ante lo que acababa de escribir. Lo de Omar había sido la gota que colma al vaso, odiaba a Omar. Lo que había sido escrito había sido puro sarcasmo. Me quede quieta cuando escuche una llave abrir la puerta. Apagué las luces y salte por la ventana.
Gateé hasta donde estaba mi amiga y las dos contemplamos como los monitores entraban en la sala. Sentía que el corazón iba a salirme del pecho, nunca había hecho algo así, y sonreía. Nunca había gastado una broma como esta.
Jessica me hizo señas con los dedos como si estuviese contando de tres hacia atrás. Sabía porque lo hacía.
Uno. Pensé en todo lo que había pasado.
Dos. Pensé en lo que haré.
Tres. Pensé en él.
Y las dos tiramos de las cuerdas.

Amores del veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora