14. No Quiero Verte

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"¡Cuánto me he divertido!", pensó BaekHyun mientras se disponía a tomar una ducha. Luego se pondría el pijama y comenzaría a hacer la tarea. Lo había pasado tan bien con ChanYeol como creyó que disfrutaría de su salida del sábado por la noche con Jung Hee.

"¿Cómo pude haber pensado que ese aburrido era el chico para mí? Cómo me equivoqué... Channie es el ideal."

Comenzó a silbar la misma melodía que pasaban por la radio mientras buscaba la bata en su guardarropa.

- ¿BaekHyun? -Llamaron a su puerta. - ¿Podrías bajar, por favor? Queremos discutir algo contigo -dijo su madre.

-Bien, ya bajo. -Se encogió de hombros. Se puso la bata y bajó de inmediato. Encontró a sus padres en la cocina. Su madre estaba sentada a la mesa; el señor Byun caminaba de aquí para allá, frente a la lavadora de vajilla.

- ¿Qué pasa? -preguntó él. Por la expresión de tensión que ensombrecía los rostros de ambos, comenzó a preocuparse-. ¿Es la abuela?

-No, no es la abuela -respondió el señor Byun, irritado.

-Rae Yoo, tranquilízate -dijo la madre.

- ¿Cómo puedo tranquilizarme? -Exclamó el padre, meneando la cabeza-. BaekHyun, necesito preguntarte algo y quiero que seas franco. Totalmente franco. Como creo que siempre lo eres.

BaekHyun tragó saliva y se sentó en un escalón.

-Por supuesto. ¿Qué sucede? -El asunto pasaba de castaño a oscuro. Nunca había visto así a su padre.

- ¿Alguna vez has usado a Poroto sin nuestro permiso? -preguntó el señor Byun.

BaekHyun ni siquiera pudo abrir la boca. Como no supo qué decir, sólo asintió con la cabeza.

- ¿Sí? -preguntó la madre, genuinamente sorprendida.

Su reacción lo hizo sentir mucho peor. Confiaban tanto en él... y los había decepcionado tanto.

-Sí -confesó-. Una vez.

-Pero una vez te bastó para tener un accidente, ¿verdad? -Presionó el padre-. Y nunca nos contaste que habías usado el auto, ni que lo chocaste, ni nada.

-Yo... yo... no sabía cómo decírselo -admitió BaekHyun-. Tenía miedo de que no me permitieran conducir nunca más, y que no me dejaran tener un auto propio...

-Bueno, tienes mucha razón en todo eso. -El señor Byun golpeó la mesada con una cuchara. -Ciento por ciento de razón. No te dejaremos usar el auto ni tener el tuyo propio, BaekHyun. No quiero ni siquiera que mires mi auto. De hecho, tal vez te quitemos la licencia de conducir para asegurarnos de que no conducirás, porque es evidente que el simple hecho de pedírtelo no basta para ti.

-Rae Yoo, no hay necesidad de...

- ¡Claro que la hay! -El padre del pequeño lo miró fijo. Este, sin poder soportarlo, miró el piso. -Dime qué sucedió.

Inspiró profundamente. Temblaba como una hoja y sentía que en cualquier momento, se echaría a llorar con desconsuelo. Detestaba pelear con sus padres. Odiaba que se enojaran con él, y sobre todo cuando tenían razón.

-Fue hace varias semanas, cuando ustedes se fueron de viaje -balbuceó.

- ¡Lo sabía! -El señor Byun estrelló la palma de la mano contra la mesada. -Nos vamos de la ciudad un solo fin de semana y...

-Déjalo terminar -urgió la señora -. Sigue, Baek.

-Sólo salí un rato -contó, sollozando-. Tenía que... -pensó en mentir, decir que tenía que ir al supermercado a comprar algo para comer, pero de inmediato se dio cuenta de que sólo empeoraría las cosas. -Tenía que ir a comprar algo al centro comercial.

El dia que me encontre con elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora