7.Casamiento

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"¿Qué estoy haciendo? -se preguntaba BaekHyun-. Debería estar en el partido de béisbol, como todo el mundo."

Hacía quince minutos que estaba parado en la puerta de su casa, con unos pantalones de cuero negro bien ajustados, una camiseta nueva, por cierto, negra con estampados (bastante bonita, cabe aclarar) junto con una chaqueta color caqui. Y su perfecto maquillaje, con sus ojos delicadamente delineados, no podía faltar. Sintiéndose una diva completa y a la vez un tonto por estar esperando al gigante idiota.

Arreglado para salir, en vano.

"Ojalá."

ChanYeol estaba demorando, y a cada minuto que pasaba, BaekHyun debía contener sus ganas de correr al interior de su casa y esconderse en el guardarropa antes de que el galán se presentara.

No tenía ganas de mostrarse amable ni simpático... en especial con ese poste con patas. A veces actuaba como un reverendo idiota. BaekHyun prefería mucho más pasar la tarde con sus amigos, con la gente a la que apreciaba de verdad. El equipo de béisbol tendría que jugar dos partidos seguidos, para compensar los que se habían suspendidos por mal tiempo, y el, como su capitán del equipo de hockey, tenía la obligación de estar presente, ayudando con la venta de tortas.

No había cruzado ni media palabra con ChanYeol en toda la semana, mejor dicho, desde el lunes, cuando intercambiaron la nota. La estúpida nota. ¿Por qué se le habría ocurrido escribirla? ¿Y por qué él se la habría contestado de esa manera tan grosera? De todos modos, el mismo había sido grosero de todos modos.

Por supuesto que se habían visto en varias oportunidades en la escuela, pero se ignoraron. BaekHyun decidió que era mejor así. De todas maneras, habrían terminado riñendo.

¿Pero cómo harían para llevarse bien durante toda una tarde? Mientras reflexionaba sobre el asunto, el pequeño se apartó un mechón de cabello que la brisa de abril le había alborotado.

"Tal vez el primo decidió raptar a su prometido -pensó-. Podría suceder."

Pero la suerte no estaba de su lado últimamente.

Oyó la aceleración de un motor y luego vio una camioneta que doblaba por la esquina para tomar la calle donde él vivía.

"Oh, no", pensó.

La destartalada camioneta de remolque roja, con la inscripción "Centro de Automotor Park" en letras blancas a un costado, estacionó frente a la casa de BaekHyun. La puerta del copiloto se abrió de inmediato.

- ¿Estás listo?

ChanYeol lucía bastante elegante. Llevaba una chaqueta informal en blanco y negro, camisa blanca, pantalones negros, una corbata colorinche y, por supuesto, las inefables zapatillas. Por suerte no eran violetas, sino negras. ¿Sería ése su calzado formal, para las grandes ocasiones? Vestido de "gala" se lo veía apuesto. Sus alborotados cabellos, dándole un aspecto sexy.

No pienses eso BaekHyun, se reprendió.

Se parecía a un modelo que había visto en una revista, en un aviso que promocionaba un negocio de última moda para hombres.

Cuando subió a la camioneta, se le quedó enganchada una de las cadenas que adornaban sus carísimos pantalones y por poco se le rasgó, a causa de la superficie tosca del tapizado del asiento.

-Oye, qué lindo auto -le dijo con sarcasmo mientras cerraba la puerta. Quitó una miga gigantesca que había quedado en el asiento.

-Hoy estoy de guardia. Ése es el problema de atender los negocios de los parientes. Cuando hay una fiesta familiar, todos se perjudican. Hoy no es mi día de suerte -protestó ChanYeol mientras acomodaba el espejo lateral.

El dia que me encontre con elDonde viven las historias. Descúbrelo ahora