-Debe estar reparado para mañana a la noche -repitió ChanYeol entre dientes-. Justamente. Y yo seré electo rey de la fiesta de egresados el año próximo -masculló con una carcajada. Que BaekHyun encontrara un taller mecánico dispuesto a arreglarle el auto para el día siguiente era tan poco probable como que ChanYeol ganara las elecciones de presidente de ese estúpido consejo escolar. Todavía recordaba cómo lo habían tratado todos cuando sugirió que el desfile era un derroche de energía como si hubiera sido un extraterrestre recién llegado de Marte.
Tenía cosas mucho mejores en las que invertir su tiempo en lugar de perder horas discutiendo cómo decorar el gimnasio para el baile, o si el anuario de ese año debía ser con tapas rojas y letras negra o tapas negras y letras rojas. Esas reuniones eran una rotunda pérdida de tiempo. Qué cuidad superficial. ChanYeol detestaba esa clase de gente.
Pero eso no importaba. Una vez que diera arranque al próximo auto, habría terminado su turno. Libertad de acción. Nada de escarabajo VW ni de Byun BaekHyun. Nada de problemas. Su primo mayor, Kris, estudiante de primer año de la escuela técnica de la ciudad, tomaría el turno siguiente. Si bien ChanYeol lo estimaba mucho, aquel día no quería encontrarse con él pues estaba convencido de que le preguntaría si ya había conseguido una chica que lo acompañara al casamiento de SuHo, otro primo en común, que tendría lugar el próximo fin de semana. Entonces se vería obligado a mentir otra vez, diciendo que todavía estaba "evaluando sus opciones". Sin embargo, la verdad era muy diferente: no tenía ninguna chica y no imaginaba ni remotamente cómo haría para encontrar una.
Algo era cierto: no podría ir solo. Todo formaba parte de una apuesta que había hecho, a menos que... quisiera pasar los primeros días de sus vacaciones en Alaska, con su extraña tía. Tía Margaret tenía la descabellada convicción de que tanto Kris como ChanYeol, sus "dos sobrinos predilectos", morían por viajar a Alaska para compartir las vacaciones con ella. Sin embargo, la invitación era sólo para uno. Ambos quedaron tan horrorizados que perdieron el habla. Pero ella interpretó justamente lo contrario: que el silencio era un indicio de lo mucho que los extasiaba la perspectiva de pasar seis noches y siete días a bordo de un crucero, a miles de kilómetros de su casa, y con ella.
Pasar una tarde -hasta un almuerzo de una hora- con tía Margaret resultaba tan agradable como una extracción de muela sin anestesia. De ninguna manera ChanYeol estaba dispuesto a soportar una semana en cautiverio con tía Margaret. Sabía que ella tenía buenas intenciones, y le habría encantado conocer Alaska, pero podía prescindir del viaje si para ello tenía que jugar damas o tejo de cubierta todo el tiempo.
Dos semanas atrás, cuando hicieron la apuesta, ChanYeol pensó que ganaría con facilidad y que sería Kris el beneficiario del viaje a bordo del Aloha Deck, en compañía de tía Margaret. ChanYeol sabía que, si bien no poseía el atractivo de Ethan Hawke, era más apuesto que su primo (los dos lo eran pero el ego era más grande). Además, Kris solía ser bastante aburrido: su idea de divertirse consistía en ir a una pista de karting y pretender que su chica lo alentara en cada vuelta.
Sin embargo, sólo quedaba una semana para la boda de SuHo, y ChanYeol todavía no había conseguido ninguna chica. Por supuesto que tampoco se había esforzado mucho. Las dos chicas a las que había invitado el día anterior rechazaron el ofrecimiento, diciendo que ya tenían planes. Talvez había esperado demasiado, paro jamás hacía planes con más de una semana de anticipación. ¿Por qué todos los demás sí?
De repente se le ocurrió una idea: Byun BaekHyun necesitaba que le arreglaran el auto. Él necesitaba a alguien. Ambos se encontraban en situaciones desesperadas. De acuerdo, la del mayor era peor; pero la de él dejaba bastante que desear. Podría arreglarle el auto a cambio de que él lo acompañara al casamiento. Los dos quedarían felices... -o, por lo menos, menos tristes. Valía la pena intentarlo. Fingiría que era gay o algo al frente de su familia, lo que sea por no ir a ese crucero.
Claro que, por el modo en que le había vuelto la espalda, en medio del camino y bajo la lluvia, lo más factible era que BaekHyun ni siquiera aceptara escuchar la propuesta. ChanYeol rogó que aún no hubiera llamado a otro servicio de auxilio. La persona que estaba esperando para que le diera arranque al auto tendría que buscar otro puente y darle arranque al motor por sus propios medios. ¡Él debía salvarse de ese crucero!
.
- ¿Qué se supone que haces?
BaekHyun se secó el sudor de la frente con la manga de su camisa azul. Estaba tan ocupado tratando de enderezar el paragolpes que ni siquiera oyó el motor de la camioneta que se detenía a su lado. Levantó la vista y vio a Park ChanYeol parado allí, mirándolo con expresión divertida.
-Estoy tratando de arreglar esto, ya que tú te has negado a ayudarme -respondió-. Pero... ¿qué te importa, de todos modos?
-Hazte a un lado. Así jamás lo arreglarás. -ChanYeol se agachó junto a él y sus botas de trabajo se enterraron en el barro.
Cuando tomó el paragolpes, rozó apenas el brazo del mayor con el suyo, BaekHyun experimentó un extraño cosquilleo. Si bien era delgado, se lo veía f fuerte y en buena forma.
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El dia que me encontre con el
ФанфикChanYeol era tan rudo y arrogante... No quería volver a verlo jamás Aprovechando que sus padres se habían ido de viaje, Byun BaekHyun sacó el auto de su padre sin permiso. La escapada le costó cara, ya que a las pocas cuadras chocó contra un cartel...