Hipo encuentra un gato a las afueras de un almacén y en su cumpleaños desea con todo su corazón encontrar en amor verdadero.
¿Sabían que la magia existe?
Weon yo daba esta weá por terminada, pero al revisar el fanfic me di cuenta de que les había prometido dos extras más :0
Puta el weón aweonao weon
Sorry we
Los amo alv
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La navidad es distinta en todos los hogares del mundo. En algunas parte hacen muñecos de nieve, en otras colocan ventiladores por toda la casa porque mueren de calor. Algunos invitan a toda la familia al gran festejo, otros simplemente se conforman consigo mismos. Algunos lo celebran a destajo, a otros simplemente les da igual. En el caso de los Haddock era el primero en todas las situaciones. Hacia un frío inmenso y las calles estaban cubiertas de nieve, algunos niños salían a jugar, otros preferían el calor del hogar. Hipo había crecido un poco, seguía siendo un flacucho sin fuerza, pero estaba algo más alto y el pelo le había crecido.
Se detuvo entre la nieve, atento a cualquier señal de movimiento.
-¡Perdiste!- resonó la tan conocida voz detrás de él. Jack también había cambiado, estaba bastante más alto y, dato curioso, le habían crecido las manos, por alguna razón. "Será la adolescencia" les decía siempre Estoico.
La bola de nieve no tardó en llegar a la cabeza del chico.
-¡Hey!- Jack se mataba de la risa, era imposible que Hipo ganara en una pelea de bolas de nieve. Pero una de estas le llegó en el brazo al alvino.
-¡Rayos, fallé!- no estaban jugando solos. Desde que Pitch se graduó y se fue a la Universidad, las cosas habían mejorado. Hipo había logrado hacer un pequeño pero singular grupo de amigos. Patán, Patapez, Brutacio, Brutilda y, como siempre, Astrid. La rubia estaba encantada de que Hipo ya no gustase de ella. Y de hecho, pensaba que Hipo ya no estaba muy interesado en lo que vendrían siendo las mujeres. Todos olvidaban que solo les quedaba un año de colegio y se comportaban como niños que eran. Después de todo, ¡sólo tenían diecisiete años! (Aunque Jack tenía ya diecinueve). La mayoría de los chicos creen que ya se deben considerar y tratarse como adultos con apenas dieciocho o diecisiete años, cuando la verdad es que siguen siendo unos niños pequeños, incapaces de disfrutarlo.
Hipo y su grupo de amigos simplemente se dejaban llevar por el placer de ser aún niños. Llegaba la tarde y con ella, la noche buena. Todos los chicos se fueron responsablemente a sus casas a celebrar. Hipo y Jack hicieron lo mismo. Cuando Estoico volviera del trabajo partirían a casa del Tío Bocón.
Nuestros dos chicos favoritos se encontraban viendo "Solo en casa" en el sofá. Esa película era tradición de todas las navidades.
-Jack- susurró Hipo, quien se encontraba cómodamente sentado en las piernas del albino.
-Dime -le ronroneó, Hipo suspiró.
-Quiero decirle a mi familia sobre nosotros... -Silencio. La cara de Hipo se volvió roja. Jack le besó la mejilla.
