Apocalipsis zombie.
No es ficción, es la vida real.
Donde conoces a personas quienes se vuelven parte importante para ti, pero luego con el pasar del tiempo desaparecen.
Sin embargo, siempre tengo en cuenta y sé que debo seguir mis instintos, mi cam...
Con Javier encerrado, Jared sufriendo, Roberta como la heroína de «La reina», y yo sabiendo toda la verdad; solo me queda la opción de no herir más a mi novio.
Tommy lo entiende, o eso me deja a entender con su mirada, cuando lo observo antes de llevarme a Jared a mi habitación para que se tranquilice.
De verdad, todo se está haciendo muy complicado.
— Te puedes acostar en la cama -hablo en tono bajo para Jared mientras cierra la puerta.
Él camina lentamente y cabizbajo hacia donde le indico. Decido acercarme al verlo a punto de quebrarse. Demonios, que difícil es ver a un hombre llorar. Extiendo mis brazos y lo rodeo con estos.
— No te apartes de mí -murmura entre sollozos.
— No lo haré -acaricio su cabello- haremos todo lo posible para que Javier esté bien, lo prometo.
— Te amo -levanta su vista a mí- sé que tú también me amas, al igual que lo haces con 10k y...
Oh, mierda.
— Te amo -lo interrumpo regalándole una sonrisa- eso es lo que nos debe importar, así que necesitaré ese anillo -le extiendo mi mano.
Amo a Jared, y bueno ¿Quién no puede amar al hombre que te ha tratado de lo mejor en días buenos y malos? ¿Quién no amaría al hombre que te dio su amor más sincero y verdadero, más aún en estas circunstncias? ¿Quién no amaría al hombre que te salvó de tantas y se preocupa más por ti que por él mismo?
Mi ilusión y amor por 10k no me dejaron pensar que él a pesar de que quiso arreglar las cosas entre nosotros, me había evitado completamente por Cassandra cuando ella estaba con vida. Y yo por un tema de «darle celos», siendo sincera, estuve con Jared, sin pensar que me terminaría de enamorar de verdad.
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Jared me sonríe, se pone de pie frente a mí juntando nuestras frentes y de un momento a otro me besa. No puedo evitarlo, amo sus besos, es por eso que mis brazos rápidamente se enredan en su cuello, acariciando su nuca. Y él recorre mi cintura con sus grandes manos. Un sentimiento raro se apodera de mí, algo que jamás lo he sentido, y dado el hecho que sigo siendo virgen, ese sentimiento se intensifica al sentir algo en mi abdomen, algo que claramente le pertenece a Jared y no a mí.
Me separo de él y lo miro a los ojos sin decir nada. Estamos agitados y solo nos estamos besando.
— No te haré daño -susurra en mi oído-
Y le creo. Pero, ¿estoy preparada? Teniendo en cuenta que este puede ser mi último día con vida. Y que dado las circunstancias del mundo, nadie está a salvo...
— Eso lo sé perfectamente -posiciono la palma de mi mano en su mejilla y lo acerco a mí para besarlo-
