7. Bailemos idiota.

45 1 1
                                    

Entró con su serio rostro analizando a cada una de las personas de la fiesta. Al posar su mirada sobre mí frunció aun más el ceño de lo que lo traía. Prosiguió a ir a la mesa de licores y se sirvió un gran trago, no tengo claro de qué tipo de licor se había servido, mi conocimiento sobre bebidas alcohólicas es casi nulo. Luego lo perdí de vista gracias a un conversador Jeff, genial.

—¿Qué te apetece tomar? —volvió a ofrecer como por décima vez.

—Nada, no tomo —respondí amablemente por décima vez en la noche.

Divisé a mi amiga junto a un chico atractivo, se le veía feliz. En su mano derecha sostenía un vaso con alguna bebida, claramente alcohólica. Y es que me encontraba preocupada por Liz, se le veía muy emocionada bebiendo y eso no puede terminar bien.

Seguí sumida en mis pensamientos ignorando a Jeff.

—¿Estás bien? —knterrumpió.

—Oh sí, lo estoy, ¿por qué?

—Te veo muy distraída.

—Lo siento —sonreí— estaba viendo a Liz.

—Tranquila, iré a servirme algo —se levantó.

—Claro...

Continué con mi mirada perdida hacia no sé qué lugar, ya ni siquiera veía a mi amiga o al rubio, solamente veía gente bailar, tomar, hablar y algunos hasta tragarse. En realidad se podría decir que me encontraba totalmente aburrida.

—¿No bailas? —escuché una voz masculina que no reconocía.

—¿Ah? —pregunté.

—Que si bailas —repitió.

—Oh, sí —me levanté y seguí al chico de cabello negro a la "pista".

—Me llamo Nick —se presentó.

—Me llamo Tess —proseguí.

Comenzamos a bailar, una canción lenta. Continuamos bailando unas dos canciones más.

—Nick, basta —escuché una voz que sí conocía.

—Está bien —me dejó y se retiró— mucho gusto Tess.

—¿Qué te pasa? —dije seria.

—Ya han bailado lo suficiente, no quiero que te canses —se cruzó de brazos.

—Emmmm, ¿por qué?

—No has bailado conmigo Tess —rodó los ojos.

—¿Acaso Kelvin Sellers desea bailar conmigo? —dije burlona.

—Ya no —se retiró molesto. Lo seguí y lo tomé del brazo.

—Oye, bailemos idiota —sonrió.

Comenzó una nueva canción, una canción hermosa, romántica y que me ponía los nervios de punta. Kelvin tomó mi cintura y colocó mis manos sobre sus hombros, comenzó a moverse al ritmo de la lenta canción a lo que yo seguí su ritmo. Para ser sincera no se movía para nada mal. Tenía la expresión seria de siempre en su rostro, no me veía a mí, veía hacia un punto cualquiera, yo mientras lo observaba. Su mirada, su mirada era tan profunda e hipnotizante. Me arrecosté sobre su pecho, era un tipo alto y yo no era muy grande que digamos. No decía palabra alguna, no demostraba sentimiento alguno.

—No bailas tan mal como imaginé —me miró.

—Oh gracias, el experto me halagó, me encuentro agradecida.

Rió y siguió con su expresión de siempre, no hablamos más, pero no se tornó incómodo.

—Sellers —Jeff se encontraba detrás mío.

Perfectamente distintos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora