Sólo cuéntame » luke hemmings {en edición}

Capítulo 17

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—No, sólo se disculpo y luego se marchó. —dio unos pasos hacia mi dirección—Tuviste suerte de que me controlé, porque si no le hubiera volado la cara de un golpe.

Rodeé los ojos, esperé que me dijera que era broma, pero al parecer no había una pizca de falsedad en el asunto.

—Voy a mi cuarto. —informé, volteándome bruscamente para subir por las escaleras.

—Por cierto, ¿donde andabas?

—Con Hayley. —respondí con más frialdad de la que esperaba, pero no tenía ánimos de nada.

Subí por las escaleras y entre rápidamente a mi cuarto. Cerré la puerta con seguro y me tiré a la cama tapándome con la almohada.

Me sentí triste, y con rabia, para empeorar las cosas, mi estómago se revolvía al punto de que sentir nauseas.

Escuché mi móvil sonar en la chaqueta de Tyler. Joder se me había olvidado devolvérsela. Me paré sin prisa y divisé la pantalla, no me había molestado en prender la luz.

Mi corazón dio un revuelco. Cerré los ojos repetidas veces para comprobar que lo que leía era real.

Una llamada de Luke. No me sentía preparada para hablar con él. Quería mandarlo a la mierda, pero a la vez tenía ganas de verlo.

¿Qué hacer?

El sonido el de mi móvil hizo que saliera de mi trance.

"Caith, contesta por favor"

seguido de otro

"Necesito verte"

¡Justo hoy! Vaya mala suerte que me gasto. No creas, Luke, que me olvidé de todas las promesas que rompiste.

"¿Y eso significa que yo también debo tener ganas de verte?"

No respondió. Tengo unas ganas inmensas de gritarle todo lo que por tanto tiempo he deseado decirle.

"Vamos, te espero en el árbol"

Respiré profundamente y como sumisa estúpida que soy, accedí a su petición.
Me dirigí al árbol que tantos recuerdos me daba de él, traté de evitarlo todo este tiempo, pero hoy era el día en que debía verlo cara a cara.

Me senté a esperarlo a los pies del árbol. Las naúceas habían decido por irse, lo que me hacía sentir más tranquila. Me quedé mirando hacía el piso, no sabía cómo reaccionar.

De pronto lo vi, vi lo que mucho había esperado por ver en mucho tiempo. Esa silueta que sabía perfectamente de quien era, ese cabello rubio iluminado por la luz del parque y esos opacos ojos azules que un día vi brillar. Joder todo en él gritaba perfección, pero no podía, no podía perdonar el daño que me había hecho.

Al verme, detuvo su acelerado paso y se acercó lentamente. Ahora que lo tenía en frente, no sabia que hacer.

—Perdóname Caith, —vociferó con la voz ronca, ni si quiera me saludó, fue directo.—siento no haberte llamado en estos meses... de verdad lo siento, no fue mi intención. Tengo muchas cosas que decirte..