Pensar como perra

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—Ay no, que paja despertarse temprano un sábado. Pidele a la Anto —me quejé.

—Ya po, Cane. Si la Anto no puede porque tiene que hacer su wea de servicio social. Acompáñame —rogó.

La Flo quería que la acompañara a ver el partido de futbol de nuestro colegio el sábado. Habían muchos partidos durante el año y nunca íbamos, pero ahora la weona quería ir, justo a este. Había una razón, y yo la sabía.

—Puta, ya po. Que el Shawn me pidió que fuera, y weon... ¡Quiero ir por al chucha! ¡Me invito él mismo!

Tragué saliva, incomoda.

No quería. No quería. No quería.

No quería seguir ayudando a la Flo y al Shawn en esto, la wea dolía. Pero tampoco quería ser mala amiga con ellos porque en el fondo los quiero mucho, y no quiero perderlos.

—Ah, pero Flo, él invita a todos —dije intentando convencerla de que no fuera.

—¿De verdad...? —la emoción en sus ojos se había ido, ahora se veía decepción.

Puta no podía ser una maraca con mi mejor amiga porque mi hombre: el Shawn–que en realidad no es mi hombre, pero ese es mi hombre– la pescara a ella y no a mí.

Aunque fuera triste, ella no tenía la culpa. La culpa la tenía yo por tener cara de trauco.

—O sea... No, no, no —suspiré —. Yo te acompaño al partido.

—¡Ay, weona! ¡Gracias! ¡Eris la raja!

—Chúpala.

***************

Era viernes por la noche y todos andaban de parranda.

Tomando y agarrando.

Yo no.

Estaba acostada en mi cama viendo fotos viejas en mi computador, y a la vez pensaba en lo que estarían haciendo mis amigas y el Shawn.

Hace unas semanas atrás fui a un carrete donde me curé raja, al día siguiente de eso desperté con una caña enorme y sin recordar nada, cuando les pregunté a mis amigas sobre el carrete ellas dijeron que no me vieron durante la fiesta. Hoy no quería hacer eso.

No tenía ánimos de ir a otra fiesta. Estaba chata de la gente y de esta rutina culiá.

Simplemente ya no lo pasaba bien, me aburrí de salir y descontrolarme.

Solo que todos los hacían y yo me dejaba llevar. Pero hoy no. Quiero estar sola.

Todos estaban en el carrete del Pablito. Me habían invitado, a mis amigas también. Ellas estaban allí, felices, la Flo y el Shawn estaban ahí. Y yo no iba a verlos agarrar.

Abrí el cajón de mi velador, saqué un cuaderno y lápiz, y escribí:

Sean felices conchetumare :)

Me quedé mirando el techo, pensando en cuando era más pendeja. En octavo básico tenía tantas ganas de ser grande y pololear.

Vi la hora: 22:06. La fiesta estaba recién empezando.

Mi celular empezó a sonar.

Llamada entrante: chon culiao fleto bueno pa la corneta🌚💖

Contesté al instante.

—¡Aló! —saludé.

—Wena —su voz sonaba rasposa y un poco cansada.

Me encantaba.

—Shawn.

—Cane.

Silencio.

—¿Vai a ir? —preguntó con su hermosa voz rasposa.

—No, ¿Tú?

—No sé... Es que mañana tengo el partido.

—Ah, bueno, entonces.

—¿La Flo va a ir?

Si le digo que no va...

Conchetumare Canela, en qué estai pensando. No puedo ser así con mi mejor amiga.

Pero la Pili me dijo que tenía que pensar como perra...

—Emm... —tomé aire —. No, o sea... ¡No va! Jeje ¡no va! —dije nerviosa.

Si me descubrían weon, si me descubrían me quedaría sin amigos.

Pero si no me descubrían, ellos no agarrarían y yo pasaría piola.

—Ah ya, oye.

—¿Qué?—respondí.

—Mañana después del partido... Podriai ir a mi casa. O sea pa que la conozcas —dijo algo... nervioso.

—¡Si obvio! —chillé —. Espera, ¿va ir la Flo? —pregunté preocupada.

Lo escuché reír.

Chucha, él no podía saber que me ponía celosa.

—No, solo tú.

Sonreí.

Él no podía ver lo feliz que estaba.

—¿Voy a conocer a tus papás?

Me emocionaba mucho conocer a su familia. Por ahora solo sabía que tenía una hermana chica llamada Aaliyah.

—Vai a conocer mi pieza —cambió el tema.

—Si, pero también...

—Ya chao que se me acaba la plata —me interrumpió.

—Bai.

Cortó.

Me subí a mi cama y empecé a saltar.

—¡LA VIDA AL FIN ME SONRÍE! —grité con los brazos extendidos.

Puse la playlist más chana que encontré en spotify y empecé a celebrar.

Mientras celebraba el Rorro abrió la puerta.

—Pendex, ¿qué estai celebrando? —preguntó desde el pasillo con la cabeza asomada.

—No, nah. Es que como hoy no tome ni salí tengo que festejar aquí no mas.

—Pendejos de quince años ya andan tomando, yo a su edad... —hizo una pausa haciendo algunos cálculos —. Yo a su edad también tomaba, weon.

Tonta culiá. » Shawn Mendes✨ CANCELADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora