Capítulo 6

3.1K 131 1
                                    

Angela observó la rabia construirse en los ojos de Ethan ante su identidad.

Había sabido que esto no sería fácil, pero parecía como si fuera a estrangularla en cualquier momento.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo, Angela? ¿Estás loca?—le susurró bruscamente, la agarró del brazo, con los dedos clavándose en su carne, y la condujo fuera del escenario, hacia una pequeña habitación adjunta.

—¿Qué demonios te parece que estoy haciendo?

—Jugar.

Eso la sorprendió. No había pensado que sería desagradable cuando se enterara.

Molesto sí, cruel no.

—No estoy jugando a nada, Ethan. Soy una mujer adulta explorando sus fantasías—Le miró fijamente-Todas ellas.

—Tú no perteneces a un lugar como este.

—¿Por qué no? Tú estás aquí.

—No soy joven e inexperto—Oh, fue demasiado lejos en ese punto. Tenía que dejar de tratarla como a una niña.

—Puedo ser más joven que tú, pero de seguro que no soy inexperta. O inocente o pura o cualquier otra etiqueta ridícula que quieras ponerme.

—Tu hermano nos matará a ambos si descubre que estamos aquí juntos. No puedo hacer esto—Líneas de frustración se formaban alrededor de su boca.

—Ya no tengo doce años, así que no puedes simplemente acariciarme la cabeza y echarme de nuevo. Si no quieres ser mi Dom esta noche, encontraré a alguien más.

En un instante, sus manos le rodearon la cintura y la arrastró contra él. Hasta el último duro centímetro de su pecho, torso y pelvis se presionó contra ella, incluyendo la dura polla en sus pantalones. Su coño se humedeció otra vez, traicionando su enfado.

—No encontrarás a nadie más -susurró amenazantemente. Sus labios se cernieron cerca de su boca mientras ella luchaba por respirar.

Tenía la capacidad de retorcerla y excitarla de modo que no podía recordar quién era, sin mencionar lo que quería decir.

—No me voy—Mejor no la presionara en esto, su influencia en el club podría muy bien expulsarla. Él continuó mirándola fijamente mientras la calidez de su excitación se propagaba sobre su vientre desnudo. A menudo se había preguntado cómo sería envolver sus manos alrededor de su grosor, tal vez incluso deslizarlo en su boca. Simplemente no podía alejarse ahora, ¿verdad?

De repente, su boca cubrió la de ella, áspera y exigente. Su lengua empujó entre sus labios y barrió a través de su boca desestabilizándola. Cuanto más profundo iban, más sentía cada centímetro de su
gruesa polla presionando contra ella. Un poco más y se fundiría en un charco en el suelo.

Él apartó la boca.

—No hay nadie más aquí para ti. Ni siquiera debería estar tocándote. Pero que Dios me ayude, no puedo parar ahora.

Ella se humedeció los labios, acariciando la hinchada carne de su boca.

—¿Por qué tienes que parar?

Su lengua lamió el labio inferior y ella la abrió en un suspiro, ahogándole en su boca y chupando su lengua ligeramente. Sus brazos se levantaron y se enroscaron alrededor de su cuello,más de su calor
abrasando su piel. Había esperado tanto tiempo por este momento, y había estado dispuesta a hacer cualquier cosa por estar desnuda y bajo él.

—Eres sólo una niña, Angelita—Ella se avergonzó ante el nombre que él utilizaba cuando era pequeña. Él nunca iba a superar el hecho de que era mayor y el mejor amigo de su hermano. Era una barrera que no cruzaría sin importar si quería o no. Luchó contra las lágrimas que quemaron detrás de sus párpados. No podía llorar... no lo haría.

Cerró los dedos alrededor de sus hombros y lo apartó.

—Si no me quieres entonces deja de torturarme.

El calor se encendió en sus ojos, cambió su comportamiento un momento antes de moverse.

—¿Crees que esto es tortura? No has visto nada aún, nena—Agarró su mano y la sacó de la habitación justo donde estaban la multitud de invitados. Fueron recibidos con vítores y comentarios que enviaron calor subiendo rápidamente hacia sus mejillas.

Todavía estaban esperando verla jugar.

TÓMAME (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora