Un príncipe sin título de nobleza

6. Querida princesa Aitana:

Madrid, España. 1948

Querida princesa Aitana:

Usted, usted, usted... ¿Tienes diecisiete años? Sabes, no somos un par de adultos para llamarnos de "usted". Llámame Tadeo, yo me doy el permiso de llamarla por su nombre, gracias.

Por supuesto que he de aceptar tus disculpas, princesa. Quiero decir, ya suficiente dolor cargas al no ser amada por la persona que tu amas. Una pregunta ¿Qué se siente una desilusión amorosa? Vaya que me encantaría saberlo.

Jamás en mi corta vida me han roto el corazón. Me gusta pensar que en cualquier momento en que yo quiera sentir eso...esa cosa que las mujeres sienten, la otra persona corresponderá los sentimientos, porque vamos...soy guapo. Es por eso que la curiosidad me carcome y pienso que mejor descripción que la tuya, ahora que sabes que tu príncipe no te tiene en mente.

No intento indagar en tu vida personal, pero como admití antes, esta es una forma muy buena de matar mi tiempo libre. Y vaya que tengo mucho. Se supone debo estar terminando un proyecto de biología para mañana y es verdad que me vale tres kilos de comino.

Por cierto, ¿insultos? Debo estar ciego pues mis ojos jamás leyeron algún insulto. Hasta en eso eres refinada y estirada, que sorpresa. Además, me han llamado de peores maneras.

Respóndeme esto ¿Qué se siente ser una princesa? ¿Qué se siente tener una vida poderosa y llena de lujos?

Si Marcus jamás aparece, ten la certeza de que yo estoy disponible. Seria asombroso ser un príncipe y no tener que trabajar por el resto de mi vida. Que el personal hiciera todo por mí y no tener que ir a la universidad.

¿Te imaginas eso? ¡NO TENER QUE IR A LA UNIVERSIDAD!

Esa vida yo la quiero.

Princesa, espero que el olor a tabaco te guste más que la marihuana. Me voy.

Tadeo