Un príncipe sin título de nobleza

4. Querida princesa Aitana:

Madrid, España. 1948

Querida princesa Aitana:

Hola, princesa Aitana. Asumo que tu inteligencia no sobrepasa los límites de la lógica... rayos, de acuerdo estoy siendo algo grosero, déjame retomar desde el principio...

Princesa, debes saber mucho sobre tu país: Política, asuntos internacionales, situación económica y los lugares más increíbles para tener sexo en el palacio ¿cierto? Vamos bien. Lo que asumo que no sabes, es acerca de la correspondencia, Y déjame decirte que no es algo de dar vergüenza... bueno si, Si lo es por el hecho que yo lo sé y yo solo soy ¿Cómo me llamaste? Oh, sí, un "chiquillo inmaduro" de dieciocho años que ni siquiera puede aprobar un examen de literatura.

Tú, siendo princesa, deberías utilizar un poco más el sentido común. Es extremadamente difícil y se da en muy pocas (puedo darme la libertar de decir escasas) veces, que el sistema de correspondencia cometa un error. Por esta misma razón, te recomendaría no amar de forma tan extremista a ese tal "Marcus". Créeme, no me parece que te ame lo suficiente, Si yo fuese él, tendría la iniciativa de enviar la primer carta.

Y no, no fue eso un alago. Lo que pasa es que pienso que un chico que no acepte en su vida a una princesa, lo que conlleva a riqueza y poder, debe estar demente. Estas enamorada de un desequilibrado, de hecho.

Para que lo sepas, yo también me reí a carcajadas al leer tu carta. ¿Qué edad tienes? ¿Ochenta? Si es así, te pido disculpas. Es normal que los ancianos se vuelvan aburridos y no puedan distinguir sobre lo real o falsedad.

Espero que no te olvides de responder, porque volveré a ser sincero, escribir esta basura al mismo tiempo que fumo marihuana, es una muy divertida forma de matar mi tiempo libre. Voy a enviarte un poco del aroma que espero puedas apreciar.

Por cierto, hueles malditamente bien, ¿Crees que ahora puedas enviarme alguna fotografía de tu rostro? Quiero fascinarme con tu belleza así como el príncipe Marcus lo hizo por unos segundos.

Atentamente, tu aun no príncipe...

Tadeo